jueves, 26 de julio de 2018

Reflexión: entre invierno y verano

Jueves reflexivo; mi paseo de verano con sabor a invierno

Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos a jueves, el finde asoma por el horizonte.

Ya sabéis que el post de hoy es improvisado, que estoy aquí tomando un café con unas galletas y escribiendo así sin pensar. Y sin más rollo empezamos.


Llevo unos días en los que me da por pensar, duermo poco y pienso mucho, y claro, a veces pienso cosas profundas y otras tonterías. Y me ha dado por pensar lo distinto que es el invierno del verano.
Si, lo sé, desbordo inteligencia con semejante afirmación. Pero es que hace unos días estuve paseando por la zona centro de la ciudad, que con tanta playa y tantas excursiones voy poco por el centro, o voy a hacer trámites deprisa y corriendo, pero ese día pude pasear con calma y mirar a mi alrededor, y se me ocurrió hacer la comparación.

Mi paseo empezó en una de las calles más céntricas, y lo primero que llamó mi atención fue una zona que cada verano reservan para lo que llamamos "arte en la calle", que consiste en una serie de actuaciones diarias, generalmente música aunque a veces hay bailes regionales o alguna performance o magia.

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En Navidad en ese mismo sitio tenemos enormes figuras donde todos nos sacamos fotos, todos queremos quedar retratados junto a Papá Noel y la zona está invadida por niños abrigados, con sus gorros y sus bufandas y los ojos brillantes de ilusión. También vemos a las mamás haciendo fotos, envueltas en abrigos y mucha gente lleva bolsas en las que se adivinan bonitos paquetes que esperarán bajo el árbol a ser abiertos.

En cambio el otro día los niños vestían pantalones cortos y camisetas de colores, las mamás vestidos veraniegos y nadie hacía fotos. Algunos niños bailaban o miraban a los músicos y otros correteaban entre la gente, pero ninguno tenía los ojos brillantes de la Navidad.

Y nadie llevaba bolsas con regalos, solo capazos o bolsas de playa.

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El arte en la calle es una tradición del verano gijonés


Caminando por la calle recordé que en Navidad a esas horas ya es de noche y todo está iluminado con preciosos motivos navideños, el aire huele a frío y la gente camina como con prisa, con ilusión pero con prisa. En cambio este día el sol aún brilla en todo lo alto, la calle huele a verano, a bronceador de la gente que vuelve de la playa, a colonia fresca y a sol, y nadie parece tener prisa.

Poco a poco nos acercamos a la zona del ayuntamiento, y entonces sí que pensé en lo bonita que suele estar en Navidad, adornada, y generalmente con los adoquines brillantes por la lluvia, con las luces reflejándose y haciendo más intenso su fulgor.

Y los paseantes se detienen unos momentos a hacer fotos. Ahí si que huele a frío, y muchas veces a mar y a bruma, ya que estamos a unos metros de la playa.

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El ayuntamiento en Navidad está ideal


En cambio ahora nadie hace fotos, y huele a verano. Apenas hay rastro del olor a mar pero los bares de la zona ya empiezan a preparar la cena y huele a pescado frito, a sardinas a la plancha, a bonito y a sidra, eso sí que es olor a verano.

Las calles de Cimadevilla, que en invierno languidecen tristes y frías están ahora abarrotadas de gente.

Entonces regreso a casa paseando por El Muro, que es el paseo de playa, un lugar donde en invierno paso mucho tiempo. ¡Qué diferente está ahora! No hay ni rastro de la bruma y el olor a sal, ahora huele a productos solares y a mar de verano, un mar ha dejado de ser gris y es de un azul intenso.
Por la playa ya no hay runners, ni perros haciendo pandilla mientras sus dueños charlan tranquilamente, ahora hay niños correteando, pandillas de chicos jóvenes y señoras que toman el sol en grupo.

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Pero me gusta. Adoro el invierno con sus cosas, y la Navidad aunque estos últimos años me llena de dolor, pero el verano es tan mágico, tan alegre y colorido...

Y mientras camino hacia casa veo las terrazas llenas de gente, los parques aún llenos de vida, y no solo de niños, muchos abuelos aprovechan los días largos para charlar sin tener frío.

A mí alrededor todo parece tan bueno...familias que regresan de la playa con las mejillas rojas y mil y un trastos, gente que sale a esas horas porque estamos rodeados de verbenas y algunos que regresan de su excursión. Todos parecen felices, seguro que tienen mil problemas, como yo, pero intentan disfrutar del verano, que además este año ha venido muy pasado por agua así que cada día de sol se vive como si fuera el último.

Y entonces llego a casa. He dejado la cena preparada y muertos de hambre cenamos rápido y tras una ducha decidimos salir un poco de noche porque es verano, y hay que saborearlo.
Y caminando bajo las estrellas, con el aire fresco rodeando nuestra conversación termino este paseo.

Y hasta aquí el post. La verdad es que no he llegado a ningún lado pero mientras escribía he recordado el paseo y las cosas que he ido pensando, y me apetece saborear intensamente el verano, disfrutarlo y no quiero que se acabe, no quiero, aunque claro, el invierno tiene tantas cosas buenas...

Mil gracias a todos por leerme y hasta pronto.

18 comentarios:

  1. Dices que no has llegado a ningún sitio. Claro que has llegado —como siempre— a sacar lo mejor de cada estación y cada momento, para darnos tu lección diaria de positivismo.
    Un abrazo.

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    1. ¡¡¡Hola!!!
      Pues muchas gracias, tenía la impresión de haber divagado sin sentido.
      Un abrazo.

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  2. Cada estación tiene su encanto, y no se puede pretender vivir todas de la misma forma, sería como convertirse en un autómata.
    Besos!

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    1. Totalmente de acuerdo, lo importante es disfrutar el momento.
      Besos.

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  3. yo prefiero el verano, aunque el invierno también tiene buenos momentos. me vienen a la mente sobre todo las quedadas de diciembre con las estherianas.
    el verano, en cada sitio se vive de manera diferente. una perfecta estampa veraniega, para mí sería el paseo de puerto chico de santander, con familias paseando, chicas sentadas descalzas en los bancos... por ahí siempre pasaba como el rayo camino de la playa.
    besos!!

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    1. Hola.
      Pues me encanta tu estampa veraniega. ¿Por qué pasabas como el rayo? Seguro que caminar despacio mola.
      Y el invierno tiene muchas cosas buenas, que a veces cansa, si, a mí este se me hizo eterno por un cúmulo de cosas malas pero me gusta el frío, los escaparates elegantes, la comida caliente...muy muy feliz jueves.

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  4. Te prometo que no entiendo a la gente que afirma tan alegremente "odio el invierno" u "odio el verano". Yo Creo que cada estación tiene su encanto y no saber apreciarlos te hace vivir a medias.
    Un besito!

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    1. Qué bien lo describes, es vivir a medias. A mí me gusta aprovechar el momento y sacar lo bueno de cada cosa.
      Muy feliz jueves.

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  5. Comparar el invierno y el verano es distinto. El invierno tiene encanto , si sales a la calle lo haces bien abrigado y en verano con una camisa o un vestido, ligera de ropa. La calle está más llena de gente en verano. Pero cada estación tiene su encanto y tu lo describes estupendamente. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Mamen, lo importante es disfrutar cada momento.
      Feliz jueves.

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  6. cada estación tiene lo suyo, lo importante ees vivir el día a día sin imporante la estación, aunque está claro que el clima influye mucho a la hora de hacer una u otra cosa. Besosos. Desde el domingo estaré de vacaciones.....

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  7. Como no soy navideña y no me gusta el frío, adivina con qué estación me quedo. Jajajaja. Besotes!!!

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  8. A mí me encanta disfrutar de la esencia de cada estación, te estaba leyendo e iba imaginando esos detalles que describs, el olor a playa, aquí lo tengo muy presente y es verdad que cambia de una estación a otra, en invierno huele más el mar, en verano se mezcla con aceites de coco y pescaito frito ajjaja...hay que disfrutar cada momento, pararse y ser conscientes de lo que estás viviendo.
    Un beso guapísima

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  9. La verdad te confieso que me gusta mas el verano que el invierno, soy muy friolera, y lo paso mal, pero bueno es cierto que tiene su encanto.
    El verano me gusta mas por la alegría que hay en la calle a todas horas, las cafeterías llenas de gente y los niños jugando en la calle sin prisa, en fin es una alegría el verano, hay mas luz, tiene mas vida todo, no se.
    Me ha gustado mucho como has descrito las dos estaciones, con unos sentimientos tan vivos, me ha encantado como siempre tú Jueves reflexivo.
    Besos

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  10. La verdad es que cada estación tiene su encanto pero yo la verdad es que elcalor lo aguanto poco por eso me tiro más por la primavera u otoño. Un beso

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  11. Yo muchas veces pienso que el invierno es menos invierno porque tenemos la navidad ahí y el carnaval también ayuda, que el invierno en el hemisferio sur tiene que ser mucho más feo que el nuestro. O lo mejor me equivoco porque nunca fui allá claro.
    Me gusta el verano por el sol, el calor y los días fuera. Y el invierno por los días de manta y lo que se agradece que después de días malos haga un día de sol.
    Besos

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  12. Yo adoro el verano y el calor, pero muchas veces he pensado que si siempre fuera verano, como en algunos países tropicales, llegaría a cansarme. Estamos acostumbrados a esos cambios estacionales que mencionas y que tanta variedad le dan a la vida.
    Aunque no denote una enorme brillantez eso de que invierno y verano son diferentes, es una de esas obviedades en las que resulta interesante pensar de vez en cuando porque, por obvias, terminamos por olvidarlas.
    Un beso.

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  13. Cada estación tiene un encanto distinto,yo las disfruto con todo lo que lleva cada uno,siempre disfrutar y ser feliz.
    Besos y feliz finde!!

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