viernes, 18 de noviembre de 2011

Cómo paso las navidades


 Navidad

Hola a todas. Como el otoño poco a poco va dejando paso al invierno, hoy quería hablaros de mis navidades. Sobre esto se podrían hacer miles de entradas, así que yo voy a hacerlo de forma sencilla para no cansar ni aburrir a nadie, y en esta primera entrada en lugar de hablar de las cosas que suelo regalar voy a hablar más bien de los preparativos que hago, como paso esos días, vamos para que me conozcáis un poco y en la próxima entrada podemos empezar a dar ideas para regalos.
   Bueno, debo confesar que me encantan las navidades. Siempre, desde que tengo uso de razón, he sentido que la Navidad es una época verdaderamente mágica. Cuando era niña me gustaban porque todo giraba a mi alrededor y al de mi hermana y cuando fui madre porque me encanta preparar las navidades de mis hijos. Lo malo de estas fechas es que se echa mucho de menos a los que ya no están, y si ya les recordamos todo el año estos días es aún peor. Pero yo siempre pienso que a ellos no les gustaría verme triste así que intento disfrutar de las fiestas y que los míos disfruten también.
   Para mí las navidades empiezan el puente de la Constitución. Hay quien piensa que es un poco pronto, pero claro, como todo está ya tan adornado y navideño, es inevitable que nos posea el espíritu de la Navidad. Excepto un par de veces que me fui con mis hijos a Madrid para que lo viesen en Navidad, es un puente que siempre paso en casa. Y uno de los días lo dedico a hacer fotos para enviar una felicitación a la familia. Cuando los niños eran pequeños comprábamos felicitaciones y ellos escribían un mensaje y las mandábamos por correo a los abuelos, bisabuelos, tíos y 10 primos. Con el paso del tiempo empecé a hacer yo las fotos y con un programa hago la tarjeta y la envío por correo. Generalmente son fotos donde salen ellos, un año fue en la nieve, otro en la plaza mayor de la ciudad toda iluminada, otro en un lavadero antiguo que es muy bonito. Voy variando, y a la familia le gusta recibirlas. A los que tengo muy lejos se la mando por email, pero me parece que no es lo mismo. Otro de los días del puente vamos a coger musgo para el Belén. Esa es una de mis pasiones, llevo años coleccionando figuras y disfruto montándolo. Y cuando cogemos musgo siempre hay alguna piedra o algo que sirve para adornar. Y generalmente aprovechamos para coger piñas, troncos y ramas de pino para hacer un centro de mesa. Ahora que mis hijos han crecido no tengo tanto tiempo para estas cosas porque tienen que estudiar y algún día les gusta ir con sus amigos pero buscamos la manera de hacer cosas juntos, y por supuesto, uno de los días, normalmente el sábado, toca paseo por la ciudad iluminada, sacando fotos y empapándonos del ambiente. 
    Además de poner el Belén me gusta poner el árbol y adornar la casa. El árbol que tengo es normal tirando a grande y los adornos los he ido comprando a lo largo de los años, y me gusta añadir alguno nuevo todos los años. Me encanta también poner cosas por casa, en las paredes cosas de colgar, en el arco que hay a la entrada una guirnalda, en las puertas calcetines grandes y bastones de caramelo( de plástico, claro)  en la puerta de entrada, por fuera, pongo una corona de Feliz Navidad, un Papá Noel de fieltro colgado de la manilla, otro Papá Noel que viene en una escoba muy grande y un muñeco de nieve de madera. Pero no lo pongo todo junto y recargado, voy distribuyendo porque es una puerta muy grande y antigua, y ocupo también algo del pasamanos de la escalera.
   Y me encanta adornar la fachada. Poco a poco he ido juntando y tengo unos Papá Noeles pequeños que se iluminan y yo pongo trepando por un canalón que hay en la ventana, tengo un Papá Noel en un columpio grande, Reyes Magos, bolas gigantes, una estrella luminosa y un árbol de navidad luminoso y lo pongo todo pero de forma sutil, sin recargar. Es que aquí es difícil de explicar pero mi fachada es muy larga y antigua, y lo pongo de forma que quede bien, según los vecinos de enfrente ”tu casa está muy newyorkina”. La verdad es que disfruto adornándolo todo, y cada año intento innovar, cambiar la presentación, me encanta.
   Y otra cosa que me gusta y me hace ilusión es comprar esos calendarios de adviento que traen bombones, que se supone que es uno para cada día pero que desaparecen como por arte de magia.
   Otro día que me encanta es el de la lotería, que nunca me toca pero me gusta mucho. Me levanto sabiendo que casi es Navidad, a mis hijos les dan vacaciones y nos esperan unos días de descanso y paz.
    El día de Nochebuena, por la tarde, suelo ir al cine, y hasta el año pasado íbamos a ver Harry Potter, pero este año no lo hay y me han roto los esquemas, jejeje.
La cena de nochebuena la paso siempre con mis padres, mi tío y mi hermana además de mis hijos y mi marido. Cuando vivían mis abuelos también venían. Y me encanta idear el menú, la mesa y todo. Lo primero es que cada año digo que no hay que atiborrarse que es una pena lo que se gasta y al final siempre gastamos de más, parece una boda. Es la única ocasión en que me salto mi tacañería. Hay cosas que ponemos siempre, son una especie de tradición, por ejemplo langostinos como entrante, y panecillos con pastel de cabracho y pastel de centollo. Eso no falla. Pero a mí me encanta hacer canapés y cada año los hago distintos. A veces hago creps de colores añadiendo tomate o espinacas a la masa y los relleno de gambas salteadas con bechamel. Otra vez calenté cava y le eché unas hojas de gelatina y llené con ella una cuarta parte de unas copas de cava muy grandes que nunca usamos. Cuando ese fondo cuajó puse un poco de lechuga en juliana y encima un cóctel de marisco sencillo con salsa cóctel. Quedó genial. A veces relleno tartaletas y me gusta freír dátiles envueltos en bacon.
Después de los entrantes y el marisco hay sopa. Me gusta hacer una de marisco o de rape, por ejemplo, y otra de verduritas y estrellitas, tipo minestrone por si a alguien le apetece más. Cuando mis hijos eran pequeños no comían ninguna de las dos, y les compraba una sopa de sobre con dibujos de películas Disney y aunque eran un poco comida basura al menos era algo diferente para que disfruten de la navidad. Luego ponemos un pescado, cada año variamos, puede ser merluza en salsa, rodaballo, mero en salsa, depende. Y luego la carne. Hay no variamos tanto. A veces ponemos cordero guisado, otras pollo que aquí llamamos “pitu de caleya” y otras pollo relleno. Y además de los postres típicos me gusta hacer algo especial, un mousse de turrón o un flan de turrón o gelatina de mosto blanco y tinto con uvas blancas y rojas. Viene a ser como la trata de tres chocolates.
    Me encanta decorar la mesa. Tengo un mantel navideño, servilletas de tela navideñas y además siempre compro de papel con motivos de navidad porque para el marisco y cosas así es más cómodo. Pongo velas, unas en candelabros y otras tienen forma de abetos, casitas con nieve y esas cosas, y en la mesa pongo el centro de las piñas y troncos que hacemos.
   Y después de cenar nos gusta jugar a algo todos, juegos de mesa tipo trivial o a las películas. Y siempre acabamos contando anécdotas y viendo fotos o vídeos nostálgicos.
  Siempre he creído que el día de nochebuena huele diferente. Huele a comida en todas las casas,  a humo y a frío. Así que siempre, después de cenar, mientras estoy en la cocina recogiendo un poco para que los platos sucios no lleguen al techo me gusta abrir la ventana y respirar. Y siempre pienso que huele a Navidad y me alegro de la suerte que tengo porque a pesar de las dificultades estamos todos juntos y bien, que es lo más importante.
    Desde hace mucho, las cosas de jugar de mis hijos se las doy para Papá Noel. Y es por una razón. Como tienen diez primos y abuelos y mi tío y mi hermana, el día de Reyes juntan un montón de cosas, y el día 8 vuelven a clase y no les da tiempo a disfrutarlo. Si encima les doy lo mío, no les da tiempo a nada así que cuando eran  pequeños les daba los juguetes en Navidad y ahora lo que piden, cosas como guitarras y aparatos de música también se los doy en Navidad y los disfrutan 15 días. En reyes también les doy regalo, reparto el presupuesto pero cosas tipo colonia, algo para llevar al cole, bolsos y cosas así y tienen regalo en casa pero a la vez disfrutan con los regalos de los demás familiares.
   Tanto el día de reyes como de Papá Noel me gusta hacerlo especial. Cuando aún creían en esas cosas dejábamos comida y agua para los renos y camellos respectivamente y leche y galletas para los    Reyes y Papá Noel. Y como yo les decía que entraban por la ventana, siempre dejaba un rastro de brillantina desde la ventana a la zona del árbol donde estaban los zapatos. Para Papá Noel dejaba brillantina roja y para los reyes dejaba tres rastros, uno dorado, otro plateado y el tercero del color que tuviese, generalmente azul o verde. Por supuesto la carta se llevaba a los pajes que siempre te dan caramelos y que tenían colas de hasta dos horas. Y aquí, si mandas una carta a los reyes mediante correos te envían un detalle departe de los reyes, así que siempre la enviaba para que les llegase algo. El detalle era una baratija, un llaverito y cosas así pero a los críos esas cosas les gustan mucho y aún las conservo porque son cosas especiales. Y siempre fuimos a la cabalgata. Lo de la brillantina, las cartas y demás no lo hacemos ya, pero a la cabalgata nos gusta ir, y luego merendamos un chocolate con churros por allí cerca de donde pasa.
    Saltando en el tiempo diré que la nochevieja la paso con la familia política. Somos tantos que ahí no elijo el menú, todos llevamos algo. Uno pone los postres, otro el marico y así. Yo soy la de las uvas, y cada año las presento de forma diferente, aunque se me están acabando las ideas. Como las uvas me parecen poco, a pesar de que son para más de 30 personas, les llevo algo a los niños y como son de muchas edades suelo coger huevos Kinder de Navidad para todos, y gorritos de Papá Noel para sacar fotos y hacer el bobo. Y luego añado lo que se me ocurre, alguna tarta, un licor, lo que yo vea.
   El menú en este caso es más tradicional, marisco, sopa y carne. Pero me lo paso muy bien, hay tanta juventud que te diviertes. Y en lugar de jugar a juegos de mesa jugamos alas cartas usando un montón de barajas.
   Y bueno, el día de Navidad y año nuevo como con mi familia, generalmente restos de Nochebuena y alguna cosa especial que siempre preparo y que voy buscando casi sobre la marcha.
   Esos días también aprovechamos para ir a patinar sobre hielo, para ir a ver Belenes y para hacer alguna excursión a la nieve y a los centros comerciales porque en Navidad están muy bonitos.
   Yo creo que por difíciles que estén las cosas tenemos que intentar guardar un poco de ilusión para esos días, sobre todo si tenemos niños. Debemos disfrutar poniendo el árbol, envolviendo los regalos y preparando la cena. Y si este año no podemos gastar tanto no pasa nada, yo refiero cenar una francesa con los míos que el mejor menú sola o sabiendo que alguno no está bien. Bueno, ya no aburro más, de verdad, que me enrollo y soy una pesada. Pero si alguien me quiere contar lo que hace encantada, soy una cotilla y me gusta saber y además puedo copiar ideas. Bueno, pues gracias por leerme y besinos para todas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Estoy probando un producto nuevo


Hola, hoy voy a haceros una entradita muy breve sobre un producto que estoy probando, y en el próximo post ya hablaremos de la Navidad. Cómo ya comenté en alguna ocasión, me he apuntado para probar cosas, y estoy muy contenta porque me da la oportunidad de probar cosas nuevas para saber si me gustan y así, si las compro ya sé cual va a ser el resultado.
 En esta ocasión se trata del grupo Trnd y el producto a probar son unas baguettes de Panini Dr Oetker. Ya sabéis que yo no soy demasiado partidaria de los platos precocinados, me parece que a la larga salen más caros y no alimentan lo suficiente, además del exceso de conservantes y colorantes que tienen. Pero este producto no está mal. Me enviaron cuatro vales para cuatro paquetes, así que cogí uno de cada variedad. Y para probarlos, en lugar de usarlos un día cualquiera los usé en una cena especial de los viernes. El viernes pasado, concretamente, decidí hacer noche temática de Italia. Preparé spaghetti con varias salsas y cada uno se los sirvió con la que quiso y luego metí en el horno todos los Panini(es la ventaja, en el horno caben hasta 10) y los serví en una fuente partidos en varios trozos. Por supuesto, mis padres y hermana estaban invitados al evento para que me dieran su opinión.
La verdad, estaba todo rico, a mí me gustó especialmente el de jamón y queso. Los hay de distintos sabores, jamón y queso,  atún, cuatro quesos, speciale y barbacoa. La única pega es que en cada caja solo vienen dos, pero bueno, no son demasiado caros. Mi opinión sincera, que al fin y al cabo es lo que yo creo que me piden, sinceridad, es que es un producto que no está mal, y es ideal para tener en el congelador por si un día tus hijos traen de repente a un amigo a merendar, en lugar de pegarme un atragantón preparando tortillas y cortando jamón puedo meter las baguettes en el horno. O por si un día no sabes que poner de segundo plato o de entrante. Ya que me ha surgido la oportunidad de probarlos, seguramente me compraré un par de cajas y los dejaré en el Frigo para algún apuro. En resumen, me han gustado aunque no es mi estilo de comida. Son una buena opción para un día que surja algo repentino o para un día en que no nos apetezca nada cocinar y nuestras reservas de comida hecha en casa y congelada se esté acabando. Y a mí me han servido de excusa para reunir a la familia, lo cual siempre está bien.
 Bueno chicas, os dejo y a ver si hago pronto una entrada de Navidad porque quiero que vosotras también me contéis cosas. Besinos a todas.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cenas improvisadas


Hola a todas. Últimamente tengo mi querido blog bastante abandonado, pero intentaré ponerme un poco al día. ¿Qué tal habéis pasado el puente de Todos los Santos?La verdad es que llevaba un mes esperando un puente para descansar y disfrutar y se ha pasado volando, cuando quise darme cuenta ya era día laborable y de nuevo todo son carreras y atragantones. Bueno, hoy quería contaros alguna experiencia en que he tenido que improvisar comidas o cenas con poco dinero y pocas cosas.
   Por cierto, os dejo alguna foto de Halloween, que ha sido uno de los días familiares de este puente.
   Una de esas experiencias me ocurrió hace ya algo de tiempo, una tarde de invierno en que llovía a mares y era día de fiesta. Cuando más tranquilos estábamos, viendo una película y sintiendo el repiqueteo de la lluvia en los cristales, sentimos el timbre. Al abrir vi que eran unos primos segundos que viven fuera y con los que tengo poco trato debido a la distancia pero con los que me llevo bien.
   Después de los saludos me contaron que habían venido a pasar un par de días y no querían irse sin vernos. Yo estaba contenta pero me preguntaba por qué no me habrían llamado para avisarme porque me pillaban con pocas cosas, poco dinero y todos los comercios cerrados.
     Después de tomar un café con un poco de bizcocho que milagrosamente tenía, empezamos a charlar y sin darnos cuenta llegó la hora de cenar, y yo no dejaba de pensar que teníamos que invitarles, pero claro, ir a un restaurante todos un día de fiesta me descolocaba por completo, si me hubieran avisado me habría organizado pero así… tenía que ser en casa. Mientras mi marido y mis hijos los entretenían empecé a revisar la despensa y la nevera. Tenía pechugas de pollo porque esa iba a ser nuestra cena, y lechuga y tomate cherry por el mismo motivo. Pero para dos personas más quedaba un poco escaso, así que la solución era preparar canapés, dar de cenar un poco de todo. Lo bueno de esto es que me permitía estrenar unos cacharritos que tenía que eran para raciones individuales. Unos eran cuadrados, otros ovalados y las otras eran unas cucharitas de presentación. Lo primero que hice fue coger las pechugas y trocearlas en lugar de filetearlas. En la nevera tenía media lata de pina así que por un lado preparé brochetas de pechuga y piña. Siempre tengo palitos de brocheta y en la plancha que tengo se hacen en un segundo. El resto de la pechuga le herví, la troceé, la mezclé con una manzana que tenía y le añadí lechuga en juliana y tomate en dados y le añadí una salsa hecha con un yogurt, una cucharada de mostaza y un chorrito de zumo de limón y me quedó un salpicón de pollo muy apañao y que recomiendo a todo el mundo. En la despensa tenía una lata de calamares en tinta, así que herví un poco de arroz. Lo mezclé con los calamares y lo puse en las cucharitas. Tenía en la nevera un poco de jamón serrano, así que salteé un poco, añadí una lata de guisantes, salsa de tomate y un chorrín de vino y ya tuve guisantes con jamón que puse en el cacharrito ovalado y en el cuadrado puse un canapé que siempre causa sensación. Untamos un cuadradito de pan de molde con mayonesa y le ponemos encima un trozo de lechuga. Cogemos medio tomate cherry y le ponemos debajo un trozo minúsculo de anchoa o algo así muy sabroso, yo tenía anchoas y las usé y ponemos el tomate encima de la lechuga. Mezclamos cacao con agua y con una manga (yo uso papel de horno enrocado porque me arreglo mejor) dibujamos lunares y antenas y quedan unas mariquitas preciosas. A veces el dibujo no me sale muy bien pero ese día estaba de suerte. Y el contraste de sabores, aunque suene raro, está muy rico. Y para segundo plato preparé un revuelto rojo. Doré el poco jamón que me había sobrado, batí huevos a los que añadí una cucharada de Ketchup, e hice un revuelto por persona que serví en platos individuales sobre un lecho de lechuga( era lo que más tenía) y unas patatas al lado. Las patatas las partí con una mandolina y quedaron  como las de bolsa, muy finas, pero para que fueran más originales apliqué un truco de Arguiñano, cogí dos y entre ellas puse una hojita de perejil y al freír quedan geniales.
Así que al final serví como entrantes las brochetas de pollo y piña con mayonesa a un lado y salsa rosa al otro. Luego puse delante de cada uno el recipiente con los guisantes con jamón, la cucharita con el arroz con calamares y el recipiente con la mariquita. De primer plato el salpicón de pollo y de segundo el revuelto rojo con patatas “graciosas” como dice Arguiñano. Esto lo puse individual para que no se sirvieran ellos y pareciera escaso. De postre cogí la fruta que tenía, la troceé y la mezclé con yogurt azucarado, lo puse en copas y lo adorné con nata montada. Me hubiera gustado ofrecer algo más elaborado pero no me daba tiempo, un flan, la gelatina o cualquier tarta necesita más tiempo para cuajar. Y aunque contado aquí puede parecer complicado la verdad es que fue todo rapidísimo, y si quitamos los calamares con el arroz, lo demás lo hice con los ingredientes de mi cena y superrápido.Y al menos nadie se fue de mi casa con hambre.
                             
       
   La otra experiencia fue por el verano, lo cual facilita las cosas. También vinieron unos familiares de repente, pero estos tienen niños y como el día estaba bueno decidimos ir a pasar la tarde a un área recreativa. El día iba a ser largo y yo pensé que lo mejor era llegar a casa cenados pero claro, invitarlos a ellos y contándonos a nosotros era una cena para ocho en pleno verano, y así de repente no me apetecía. Mientras se hablaba y se decidía donde ir preparé cuatro tortillas de patata. Una la metí en mi Tupper de las tortillas y la dejé para los niños. Las otras las preparé rellenas. Puse una en un Tupper redondo y grande, y la cubrí con hojas de lechuga, rodajas de tomate y bonito, puse otra tortilla encima y la cubrí con lonchas de jamón York y queso y la última la cubrí con mayonesa. Mientras hacía esto cocí unos huevos y la mitad los rellené con bonito, unos con salsa de tomate y otros con mayonesa, y los otros los rellené con unas gambas de esas peladas diminutas que tenía en el congelador. Las salteé con cebolla, añadí mayonesa y listo. A la vez tosté pan en la plancha, cubrí con mayonesa y lechuga en juliana, tapé y cubrí con ensaladilla rusa que me había sobrado del mediodía y tapé. Luego corté cada uno en dos triángulos y con la lechuga tienen un corte muy bonito. Llevé sin abrir un par de bolsas de patatitas, una lata de aceitunas y otra de mejillones y mientras los demás se iban a buscar el coche paré un segundín en el súper a por refrescos y un poco de embutido. Puse el más barato, chorizo de Pamplona, mortadela con y sin aceitunas, jamón York, queso de barra y un paquete pequeño de jamón serrano. Todo eso y bebida para ocho no me llegó a diez euros, y como lo demás ya lo tenía no me descompensó. En el área puse mi mantel de cuadros preferido y saqué los platos. Las tortillas las dejé en los Tupper para que no se estropeasen, y los sándwich de ensaladilla estaban en una bandeja bien envueltos, al igual que los huevos rellenos, y eché en unos platos las aceitunas, las patatitas y los mejillones y en una bandeja que había llevado de casa, una bandeja dorada muy grande que me habían dado con pasteles, puse el embutido, y al lado el pan. En un momento nos montamos una buena cena y nos lo pasamos fenomenal. Los niños jugaron lo que quisieron y todos comentamos eso de que a veces lo improvisado es lo que mejor sale. Y antes de ir a casa ellos nos invitaron a todos a una terraza a tomar un helado, así que todos contentos.
   Bueno, por hoy no aburro más, espero que en las próximas entradas ya pueda hablar de Navidad, esa Navidad que está tan cerca. Yo quiero que venga ya el mal tiempo y que todo huela a frío, a humo y a Navidad porque con este calor no me hago a la idea de las fechas en las que estamos. Bueno chicas, os dejo, y si alguna tiene ideas de comidas improvisadas decídmelo porque os lo agradeceré eternamente. Besinossssssss.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cesta de regalo para la abuela hecha por mi amiga Sandra.



Hola a todas, ¿qué tal? Parece que el otoño por fin está aquí, cargado de una lluvia que se agradece y que deja todo limpio y resplandeciente.¡Da gusto ver lo bien que huele todo! Bien, hoy esta entrada la hago en honor de mi amiga Sandra, que le ha hecho un regalo muy bonito a su abuela para el santo y quería compartirlo con todas.
     Bien, la abuela de Sandra vive en Zaragoza y,¿cómo no?, se llama Pilar. Y cada año toda la familia se reúne ese día para celebrar el santo. Pues este año, la madre de Sandra le dice a su hija un para de días antes de santo que el regalo deben comprarlo las nietas, es decir, Sandra y su hermana. Pero el problema es el tiempo, ellas viven en Cataluña, y una salía de trabajar a las seis de la tarde y la otra de case a las siete, porque al día siguiente se iban después de las clases de una de ellas así que había que apurar y además el presupuesto era relativamente limitado. No iban a ser tacañas, es la abuela, pero tampoco están los tiempos para derrochar, además era el santo que parece que no es lo mismo que el cumple o el día de la madre, por ejemplo, así que el precio debía ser medio.
   Esa mañana estuvimos hablando o más bien mensajeando a ver que podíamos regalar. Estaba claro que algo muy personalizado por la falta de tiempo no podía ser porque no daba tiempo a dejar algo grabando o pintando. La señora tiene un problema en la mano por tanto algo de coser, que había sido su profesión y seguro que le gustaba, quedaba descartado y una cesta de baño tampoco querían porque ya le habían regalado una en Reyes. Para complicarlo todo esta abuelita no usa joyas ni complementos ni perfume, de cocinar ya era muy repetitivo y las cosas de la virgen del Pilar de la cual es muy devota eran difíciles de encontrar en Cataluña en tan poco tiempo así que después de pensar se nos ocurrió que tal vez unas zapatillas calentitas con una mantita a juego era un buen regalo y Sandra, después de trabajar empezó a mirar y encontró unas zapatillas en color beige anatómicas y muy adecuadas para ella porque eran clásicas pero a la vez juveniles para una abuelita. Y cuando salió su hermana encontraron una manta calentita por un precio muy razonable. Previamente habían comprado una bandeja de mimbre forrada en tela y así todo habían gastado mucho menos de lo que esperaban y pudieron añadir alguna sorpresina al regalo. Encontraron un gel de melocotón blanco y nectarina que olía bien y el envase quedaba muy bien con el conjunto, una esponja de esas de agarrar de un color salmón y una crema de manos. Completaron todo con un jabón que tenían de la Toja, y lo prepararon en la cesta con celofán y un lazo que en teoría no pegaba mucho pero era el que tenían, y yo creo que quedó ideal. Lo mejor es que a todo el mundo le gustó el regalo y a la abuela, a la que de verdad le tenía que gustar, le encantó. Yo me alegro mucho porque me encanta acertar con los regalos, pero sobre todo en el tema abuelos. En ese sentido soy muy sensible y siempre digo que hay que disfrutarlos porque de un día para otro se van y uno se queda con muchas cosas que querría haber dicho o hecho. Y además, no fue necesario gastar una fortuna. Ese regalo se preparó con tanto cariño que yo creo que fue un poco por eso por lo que le gustó, y además me hace gracia porque le gustó tanto la presentación que no lo quería abrir para poner las zapatillas porque le daba pena deshacerlo. Por cierto, os dejo un par de fotos que me ha mandado Sandra de la cesta, para que veáis como ha quedado.
Pues desde aquí enhorabuena a Sandra y a su hermana por haber preparado un regalo tan bonito y sobre todo por tener la suerte de disfrutar de los abuelos. Me alegro de que hayan disfrutado de un día inolvidable y espero que disfruten muchos más. Y a las demás os animo a preparar vosotras los regalos, las cestas que se venden hechas por ejemplo para Navidad, que ya está cerca, son carísimas y nosotras podemos hacerlas por mucho menos, o incluso podemos gastar lo que costaría una cesta pero llenándola con más cosas y más al gusto de quien lo recibe. Por ejemplo, a  veces con un perfume te meten un gel de baño y una crema de manos y a lo mejor esa persona prefiere un desodorante y un bodymilk o una crema de la cara y un contorno de ojos. Esto son solo ejemplos pero así nos aseguramos de que lo que recibe lo va a  usar porque le gusta. Bueno, no os entretengo más y espero que os haya gustado el post. Besos y nos vemos pronto.

viernes, 14 de octubre de 2011

Como disfruto de la naturaleza


Hola,¿cómo estáis? Parece Que poco a poco el otoño se quiere asomar, o al menos por estas verdes tierras del norte quiere dejarse ver un poquito. Como últimamente se me están agotando un poco los temas, tengo mi querido blog un poco abandonado y las ideas de regalos prefiero hacerlas un poquito más adelante, cuando sintamos que la Navidad se acerca, quería hablaros de algunas de las cosas que me gusta hacer cuando salgo a disfrutar de la naturaleza con mis hijos. Ellos ya son mayorcitos, van creciendo y claro,  las cosas no son como cuando eran pequeños pero aún así nos gusta hacer cosas juntos.
   Para empezar debo decir que en Gijón, una ventaja que tenemos es que hay varias rutas que salen desde distintos puntos de la ciudad y que puedes hacer andando o en bici, y eso te da la oportunidad de encontrarte con la naturaleza sin tener que coger el coche, aunque yo hago varias cosas.
   Una cosa que nos encanta hacer es ir a coger moras, como ya comenté en alguna ocasión. Siempre vamos a finales de agosto y las cogemos en un camino que hay bordeando un pantano, vamos al atardecer y por lo general merendamos allí y sacamos fotos. Pero algunas veces, cuando vamos a otros sitios, si vemos que hay moras, como yo siempre llevo encima alguna bolsa de plástico, aprovecho para cogerlas.
   Otra cosa que nos gusta, y que creo que no tiene edad es ir a volar cometas. Mis hijos, cuando eran pequeños tenían cometas de esas sencillitas pero ahora ya las tiene un poco más buenas, y la verdad es que es muy entretenido. También llevamos la merienda y aprovechamos para hacer un picnic. Aunque siempre las tenemos en el coche por si algún día descubrimos un lugar nuevo solemos tener dos sitios para volarlas, uno es en un parque que está muy alto y desde el cual vemos todo Gijón y siempre huele a verano y a mar. Nos sentamos en el prado mientras vuelan y merendamos algún bocadillo o una tortilla. Y me encanta el ruido que hace el viento al mover la cometa. Generalmente lo hacemos en verano porque en ese sitio en invierno está demasiado frío. Y otro el sitio al que vamos es un prado que hay en el Cabo de Peñas, como sabréis el sitio más al norte de España. Ahí también hacemos picnic y cuando nos cansamos de las cometas paseamos para admirar los acantilados, que son una maravilla. Si el día está bueno el sonido del mar es suave y melódico y el agua se ve azul y transparente, en cambio si el día está nublado el sonido del mar da miedo, es como un intenso rugido, como si estuviera enfadado, y las aguas se ven grises, pero a mí también me gusta.
   Y claro, una de las cosas que más nos gusta es andar en bici. Generalmente hacemos alguna de las rutas que salen de la ciudad. No son muy largas, como mucho pueden tener unos 20 kilómetros entre ida y vuelta. Pero pasas por sitios preciosos, a la orilla del río al cual de vez en cuando bajamos para descansar y ver las libélulas posarse en las cristalinas aguas.  De vez en cuando hay prados para sentarse con algunas mesas salpicadas para comer más cómodos y en una de ellas hay un bosque donde es bastante fácil que las ardillas bajen a comer entre la gente. Pero no siempre hacemos esas rutas, otras veces cogemos el coche y hacemos otras un poco más alejadas. Una muy bonita, aunque es un poco más dura es La ruta del oso, situada en un enclave privilegiado y donde viven dos ositas, Paca y Tola, a las cuales siempre vemos cuando bajan a comer.  El paisaje es precioso y generalmente vamos a pasar todo el día, llevamos la comida y a medio camino hacemos un alto para comer. Y hay una que nos gusta hacer andando que transcurre al lado de un río, y entre los helechos siempre hay fresas silvestres.
   Una cosa curiosa es que nos encanta ir a las playas por el invierno. Sabéis que hay una ruta que hacemos todos los años por difuntos, es una de mis tradiciones y es junto al mar, así que bajamos a veces a la playa, pero además de eso nos gusta abrigarnos e ir a pasear por playas que no están en las ciudades. Hay una, la de la Griega, que tiene unas enormes huellas de dinosaurios y que en invierno es preciosa. De hecho, algunas escenas de Doctor Mateo se rodaron allí. Y otra que está muy cerquita de Gijón, Estaño, en invierno es impresionante. Muchas veces vamos por una ruta que lleva hasta ella y es maravilloso. Tiene una roca que parece una isla misteriosa y es casi una cala, es un sitio para inspirarse.
   Y volviendo al disfrute de la naturaleza, por supuesto me gusta ir a la playa en verano. Por semana suelo ir a la que está en la ciudad, la que más cerca está de casa, o a la que comentaba antes, Estaño, pero de vez en cuando cogemos el coche y vamos a algunas de Candás o Luanco, unas ciudades pequeñitas que están cerca de Gijón y buscamos las menos conocidas. Nos gusta investigar porque siempre se descubre algo interesante. En cambio los fines de semana que vamos ala playa solemos ir a Rodiles(me han dicho que salió hace poco en Acorralados, yo no lo vi), o a La Griega o a la zona de Lastres, aunque de vez en cuando improvisamos.
     Y desde luego, nunca faltamos a las áreas recreativas. En Asturias hay muchas, las hay con río, con árboles, con bosque, al sol, a la sombra, hay para elegir. La verdad es que hay de todo y a nosotros nos gusta variar. Unas veces vamos todo el día, otras solo a comer y pasamos a tarde en algún pueblecito que nos apetece conocer y otras vamos por la mañana a la playa y cenamos en el área. A mí me gusta mucho comer y cenar fuera, aunque suelo llevar yo la comida. A veces vienen más familiares y otras vamos los cuatro, pero me encanta aprovechar el buen tiempo. Y en invierno, aunque nunca ceno a la intemperie, si que a veces me armo de valor y comemos fuera. Hay días de invierno que están muy agradables y da pena encerrarse.
                            
  Y una de las ocasiones más esperadas por toda la familia es la nieve. Yo no sé esquiar, mis hijos si pero yo soy una patosa, pero nuestros días en la nieve son más bien para divertirse. Nos gusta coger los trineos, que son de plástico del año catapúm pero he llegado a asumir que son irrompibles, y bajamos por cuestas. Y hacemos batallas de bolas de nieve y claro, que no falte un muñeco y alguna foto. A veces creo que cuanto mayores nos hacemos más infantiles nos volvemos el día que vamos a la nieve. Pero la verdad es que nos encanta. Solemos ir al puerto de Pajares, pero cuando nieva cerca de Gijón siempre vamos, la nieve dura poco y hay que aprovechar. Y por cierto, os he dejado una foto, para entrar en ambiente.
    Y ya para ir terminando, me encanta, ahora en otoño, ir a coger castañas y piñas. Ambas cosas me traen muy buenos recuerdos, me hacen viajar al pasado, cuando vivían mis abuelos y cogíamos castañas para asar y piñas para la cocina de carbón. Y aunque a veces me pongo bastante nostálgica, intento que estas pequeñas tradiciones no se pierdan. A veces, cuando estoy pasando uno de esos días que no quieres que termine, me pregunto si no existirá alguna forma de guardar los recuerdos para siempre. Me encantaría poder embotellarlos y abrirlos cuando yo quisiera. Así siempre podría volver a ver a los que se fueron, y  todas esas cosas tan buenas que a veces vivimos quedaría para siempre, para poder volver a vivirlas.
   Bueno chicas, no me enrollo más con palabrería cursi y espero que vosotras me contéis vuestras cositas.¿Os gusta la naturaleza o sois más de asfalto? Venga, venga, que quiero ideas. Gracias a todas por leerme y besinossssssss.

viernes, 7 de octubre de 2011

Lo que me gusta comer en otoño


Hola,¿qué tal todas? Yo por aquí, deseando que el otoño nos envuelva ya del todo porque este extraño calor que nos ha acompañado últimamente está ya un poco fuera de lugar. Yo quiero que sea el momento de coger castañas y que todo huela a musgo y a hojas secas.
   Bueno, dejando esas cosas aparte, hoy quería hablaros, para variar un poco, de algunos de los platos que me gusta preparar en otoño. No son platos específicos de esta época, pero no sé por qué, a mí me saben mejor en estos días, sobre todo sí está un poco frío.
   Una de las cosas que más me gusta para cenar es algo realmente barato y muy de toda la vida, una sopita de ajo de primero y tortilla de patata de segundo. La tortilla en esta ocasión me gusta normal, con o sin cebolla, pero nada más. Por el verano las preparo rellenas y en primavera vegetales o de puerro y bacalao pero en otoño y con sopa de ajo me gusta la tortilla de siempre. Me encanta llegar a casa cansada, con el ambiente frío y cenar esas cosas.
   Para comer, una cosa que me gusta mucho hacer de vez en cuando son patatas guisadas con chorizo. Yo les echo laurel y pimientos, además de la cebolla, el ajo, el chorizo y las patatas. Para mí es un plato que huele a otoño aunque también lo hago de vez en cuando el resto del año y me gusta como huele todo el portal cuando las preparo. Victoria Beckham se equivocaba, el olor a ajo y a comida es muy agradable. Y otro plato estrella son los champiñones. El otoño es la época ideal para coger setas, y los champis o alguna otra seta están buenísimos de muchas maneras, aunque para mí hay tres que son mis preferidas. La primera es laminarlos y saltearlos con ajo y hacer con ellos un revuelto o usarlos para acompañar una carne. La segunda es poner esos mismos champis en una base de pizza  cubierta de tomate y especias y ponerles un poco de queso encima. Y la tercera es ponerlos a cocer partidos en cuartos con vino blanco y una cucharadita de harina. Quedan geniales. Y con las setas que son como más blanditas, hago croquetas. Se hacen igual que las normales, pero en lugar de echar pollo o jamón, echamos setas muy pochaditas con cebolla. Son un entrante muy original.
   En estos días uso mucho las castañas para cocinar. Me encanta ir a cogerlas, y luego, además de tomarlas asadas con sidra dulce, me gusta hacer distintos platos. Uno de ellos es lomo de cerdo al horno con miel, y para acompañar puré de patata y castañas salteadas en mantequilla. Eso lo cenamos algún viernes de esos de cenas especiales, y de primer plato hacemos puré de espárragos que aunque no es muy otoñal ese ligero sabor a tierra me recuerda al otoño.
   Los fines de semana hago potaje asturiano con castañas. Es un potaje que se come en Asturias, y hacen uno bastante parecido en Cantabria. Lleva fabes(alubias), patatas, verdura, todo tipo de chorizo, morcilla, tocino y demás carnes, y como nota otoñal, castañas. Está muy rico, aunque es una comida muy fuerte.
   Y ya como última cosa, la manzana. En mi casa tenemos manzanas de una finca familiar y claro, las usamos un montón. Me gusta prepararlas asadas en el horno, o en compota, y en zumo para acompañar al zumo de zanahoria que es tan sano y no me gusta demasiado.  Y algunas veces hago tarta de manzana, y para que no solo la tomemos en dulce, salteada también me gusta para acompañar al cerdo.
   La verdad es que me encanta el otoño. Es una época que me trae muy buenos recuerdos y en la medida de lo que puedo intento que algunas de aquellas cosas que yo hacía cuando era pequeña no cambien demasiado. Me gusta coger piñas, antes las usaba para la cocina de carbón de mis abuelos pero ahora sirven para hacer centros de mesa de Navidad, y recoger castañas o manzanas es la mejor manera de pasar un tiempo al aire libre. Las comidas en esta época son muy ricas, aunque engordan un poquito, y en otoño todo huele mejor. En los últimos días de otoño, cuando ya el invierno está muy cerca, las calles huelen a humo porque la gente empieza a encender la calefacción y los escaparates están mucho más bonitos que en verano, con hojas, castañas, piñas y toda esa variedad de tonos ocres que dan sensación de calidez. Y me encanta cuando cambian la hora y anochece antes. El primer sábado después del cambio de hora siempre salimos tarde para que nos anochezca en la calle siendo temprano. Dicho así suena un poco tonto, pero no sé porqué, siempre lo hacemos.
   Bueno, por ahora no se me ocurre mucho más que decir, pero me gustaría que me contarais lo que hacéis vosotras en otoño. Me encanta saber las costumbres e otros sitios o las tradiciones familiares. De verdad que me encantaría saber si también cogéis castañas o y hacéis comidas sabrosas o por el contrario aprovecháis para hacer un poco de dieta antes de Navidad. Bueno, no os entretengo más, pero chicas, porfa, contadme cosas. Ahora os dejo y me voy a tomar una infusión, un vicio que tengo todo el año pero en otoño tomo más porque me han secado las flores que fui cogiendo durante el verano como manzanilla o tila. Venga, nos vemos pronto. Besinossssssssss

domingo, 2 de octubre de 2011

Ideas de regalos para niños pequeños


Hola a todas. Ya sé que tengo el blog un poco abandonado, a ver si me voy poniendo al día porque se echa de menos la vidilla que me dais.
    Como hace mucho que no escribo no sabía muy bien por donde empezar, así que se me ha ocurrido que podría dar algunas ideas de regalos de cumpleaños, en esta ocasión para niños pequeños, por ejemplo hasta diez años.
   No sé porqué, pero septiembre, que es el peor mes económicamente hablando con esto de la vuelta al cole, es un mes lleno de cumpleaños. Así que hay que tomárselo con calma y hacer un poco de selección. Los que son familia directa o una amistad muy buena, que a veces se portan incluso mejor que la familia se merecen un buen regalo, pero los que son conocidos con los que no tenemos mucha relación tendrán que conformarse con un regalo más barato, aunque, eso sí, igual de bonito y lleno de cariño.
    Si ya sabemos de antemano que en septiembre vamos a tener un cumpleaños en concreto, podemos empezar a mirar por el verano, aunque debemos hacernos una idea de lo que vamos a regalar para no comprar sin ton ni son.
   Una cosita que suele gustar a madres e hijos, es un combinado de algún personaje que les guste. Yo regalé en una ocasión una colonia de Mortadelo y Filemón, que venía en una lata muy bonita, y en una librería de la que ya he hablado que es realmente barata compré un cómic de tapa dura también de Mortadelo. Con la envoltura vistosa el regalo quedó genial y al chiquillo, que tiene 8 años, le encantó. Podemos hacerlo de Spiderman o de Bob Esponja, y en lugar de cómic puede ser un cuento.
    Si queremos y podemos, en lugar de la colonia podemos coger una sudadera o un pijama, y poner el cuento o cómic, o si podemos gastar aún más, la ropa y la colonia, pero personalmente, a un niño pequeño me gusta ponerle algo de jugar o leer, no solo ropa aunque ésta sea el regalo principal.
   Yo creo que es muy importante conocer al niño para acertar, y buscar siempre regalos que puedan estimularle. En las jugueterías Imaginarium tiene muchas cosas y hay de todos los precios, y a mí particularmente me gustan porque despiertan su creatividad y no son juguetes violentos. Yo soy bastante partidaria de que las consolas y los juegos para ellas, salvo alguna excepción, se la compren los padres.
    Si el niño es bastante pequeño, a mí me encantan los juegos de plastilina. Hace mucho, nos invitaron a un cumpleaños de una niña de seis años con la que teníamos cierta relación pero, vamos, no demasiada así que me hice un presupuesto y decidí no salirme. Al principio me desesperé porque cualquier muñeca o cualquier juego se me iban de precio, y yo iba a dar un detalle porque ni siquiera íbamos a la fiesta, solo a tomar el café. Hasta que como siempre, vi una caja de esas que siempre me salvan. Era más bien pequeña, y tenía unos dibujitos variados, muy alegre. En ese mismo bazar vi un cartón de esos que traen muchos moldes de plastilina, y estaba baratos así que los compré. En Imaginarium compré unas herramientas, un rodillo de amasar, un cuchillo para plastilina y alguna cosa más que no fue muy caro, y en Alcampo compré unos botes de plastilina que estaban de oferta. Como todo me había salido más barato de lo que pensaba, en la librería que es tan barata encontré un libro infantil que daba ideas para jugar con plastilina, así que lo compré. En casa saqué los moldes y útiles de sus cartones y los distribuí por la caja forrada con papel de seda, no recuerdo el color pero sé que la caja tenía muchos colores así que pegaba cualquiera de los que tenía en casa. Metí los botes de plastilina salteados y de pie, al fondo, puse el libro. Lo envolví como hago casi siempre, con celofán transparente y un superlazo del mismo color que el papel de seda, y en el lazo enganché una piruleta grande. A la niña le gustó y la madre me dijo que le parecía muy bien que le diésemos juegos que estimulasen su imaginación.
    Si el niño es muy estudioso se le puede comprar un estuche con una libreta y un Boli a juego, aunque por lo que yo sé, a la mayoría no les gustan demasiado las cosas del cole, sobretodo a los niños, en este sentido las niñas sí que quieren llevar a clase cosas monas.
También es un buen regalo un puzzle adecuado a la edad del niño, y si es de algún personaje, complementarlo con algo del mismo personaje. Según lo que nos hayamos gastado en el puzzle podemos comprar una cosa u otra. Si el puzzle no ha sido muy caro una colonia de ese mismo personaje suele gustarles, o un reloj. Los de Bob Esponja ahora son un furor, y Hello Kitty y Dora la Exploradora también, pero siempre podemos ir a los clásicos Disney. Si cogemos algo de una peli que ya tiene dos o tres años puede quedar un poco ñoño, en cambio los personajes clásicos siempre se pueden regalar. Y si es niña y le gustan las princesas, el complemente puede ser un “estuche de maquillaje”, que no es tal porque está hecho para niños y no es maquillaje de verdad.
   Hace tiempo tenían en Alcampo un regalo de lo más original, unos pijamas que se hacían disfraces. Yo regalé uno de princesa y lo complementé con una muñeca princesa muy guapa, y que estaba a buen precio porque no era temporada de Reyes ni de épocas de regalo.
     Y de cara al verano, siempre se acierta con juguetes de playa. En Imaginarium tienen cosas muy originales, y en la mayoría de los centros comerciales hay conjuntos muy bonitos de cubos y palas. O  podemos comprar un bañador y un balón de playa o algo para que se bañen. Y mi regalo estrella, una cometa. Normalmente es un regalo que gusta mucho, sobretodo cuando lo prueban. A veces, cuando lo ven no lo aprecian lo suficiente, pero cuando lo prueban, se enganchan. Y lo mismo ocurre con las pompas de jabón. Si queremos hacer un regalo baratín, un aparatito de hacer pompas, hoy hay toda clase para elegir, bien envuelto está bien, y si queda escaso podemos complementarlo con cualquier detallito, mismamente un cuento.
     Un regalo que a muchas niñas les gusta es un set para hacer collares. Yo siempre los compro en Imaginarium, pero los hay en muchos sitios. Los que yo compro traen muchos cosas, piedrecitas de todas las formas y colores, hilo y cierres, abalorios pequeños. Esto no se lo podemos dar a críos muy pequeños porque pueden tragarlo, pero para niñas medianitas está muy bien. Y podemos complementarlo con algo para el pelo, unas gomitas guapas,  o unos prendedores chulos.
    Si los niños son muy pequeños, debemos buscar algo didáctico y que no tenga piezas pequeñas. En Juguettos, una tienda que hay en Asturias y supongo que en otros sitios, tiene mucho para peques. Hay sonajeros, muñecos que hacen distintas cosas, está todo bien de precio y es original.
    Y un regalo que también suele tener éxito es un set de explorador. Vale para niños y niñas, pero generalmente gusta más a los niños. Podemos comprar una mochila baratita y pequeña, y dentro metemos una cantimplora, yo suelo comprarlas en Decathlon, una linterna para niños están genial en Imaginarium, y si estamos un poco bollantes, unos Walkie-talkie. Luego, según presupuesto podemos añadir alguna de las cosas de camping de Decatlon o de algún centro comercial, tipo fiambrera, pero eso ya va al gusto. Al niño siempre le suelen gustar los walkies y la cantimplora.
    Y también podemos hacer un set de baño, pero con sorpresa. Si queremos podemos buscar los productos de algún personaje, de Spiderman, y Bob esponja, por ejemplo, los hay. Metemos gel, una colonia y bodymilk, o algo así, a los niños no hace falta meterles tanto como a un mayor porque la mitad de las cosas no las usan o las usan de otras marcas. Buscamos una esponja divertida y en una juguetería podemos mirar algún juguete para la bañera, por ejemplo, una barquita de esas que van a pilas y se pueden meter en el agua. O alguna muñeca de esas que les cambia el pelo de color cuando las mojas. Mirando seguro que encontramos algo. Para presentarlo, en lugar de usar cajas o cestas que luego se van a mojar, podemos mirar algún recipiente de plástico que tenga forma divertida, o en último caso un neceser u poco plastificado, lo envolvemos bien y queda genial. Y el set ”limpieza de dientes” también es ideal. Compramos un neceser bonito, y metemos un cepillo de dientes de esos que tiene formas de animalitos, una pasta para niños, un enjuague infantil y lo más bonito, un “guardamuelas”. Yo los compraba en Imaginarium pero los he visto en más sitios. Se trata de unos recipientitos para guardar los dientes que se les caen hasta que venga el Ratoncito Pérez. Yo los compré con forma de muela con una carita muy mona y con forma de ratoncito, pero seguramente habrá más formas. Si queremos podemos complementar con un cuento. Yo una de las veces tuve mucha suerte y encontré un cuento del ratoncito Pérez, pero la pena fue que me llevé el último y otras veces que hice este regalo tenía que dar otro cuento, pero lo que hacía era buscar alguno que hablara de higiene o de la hora del baño o algo así, pero podéis darlo de lo que queráis.
   Para ir terminando, diré que si vamos a regalar a dos hermanos, porque a veces tenemos cumpleaños de gemelos, lo ideal es regalar algo para compartir. Yo suelo coger juegos de mesa apropiados a la edad, o si los niños son deportistas podemos comprarles un set de tenis o badminton para niños que no son muy caros, o si son bastante pequeños una lancha hinchable para los dos, y lo complementamos con una gorrita tipo marinero que queda muy simpático. O los walkie-talkie. Eso nunca falla, podemos dárselos y poner una cantimplora a cada uno, sin mochila porque serían dos y se nos va de precio. Y si no son deportistas ni es verano, un peli en DVD que les guste, porque aunque todo lo veamos por Internet, a veces les gusta tenerlas, aunque sea para el DVD portátil. Y como último recurso les podemos hacer un set de plastilina para cada uno.
  Y ya como última idea por hoy podemos regalar a las niñas un bolso. A casi todas les gustan los bolsos, así que podemos mirar uno que sea adecuado a la edad, y si encontramos una carterita parecida o que vaya bien, siempre acertaremos. En el cumple de una sobrina regalé un bolso de Hello Kitty, y en una tienda de chuches que se llama Munde Dulce encontré una carterita de Kitty también que no llegaba a los dos euros, así que la compré  y como me había ahorrado bastante, le metí cinco euros en la cartera. Ya sé que con eso la pobre no hace nada, pero al ser pequeña le hizo mucha ilusión. Y en el envoltorio le puse una piruleta de Hello Kitty, y en vez de usar celofán, lo envolví con papel del mismo personaje porque me gustaba más.
  Espero que a alguien le sirvan estas ideas, y como digo siempre, agradecería que compartierais vuestras ideas conmigo porque a mí se me están acabando. Nos vemos pronto y besinossssssssssssssssssssssssssss.
Por cierto, os pongo una foto de Covadonga, sobradamente conocida por todos pero que no me canso de contemplar.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Preparando la vuelta al cole


Hola a todas. Supongo que algunas estaríais pensando que me había tragado la tierra, pero es que estos días entre unas cosas y otras y aderezándolo todo con la vuelta la cole no he tenido tiempo y había abandonado por completo mi querido blog, pero prometo ponerme al día, así que empiezo ahora.
    
  La verdad es que me da mucha pena que se haya terminado el verano y que se empiece a clase otra vez. Dentro de nada estará lloviendo, frío y todos los días estaremos con carreras y madrugones, pero siendo positivos, ahora está todo muy bonito pintado de ocre y marrón con las hojas cubriendo los caminos. Venga, no me pongo pesada y voy al tema. 
Y dadas las fechas en las que estamos he pensado que podría hablaros un poco de los trucos que yo tengo para ahorrar en estas fechas, aunque en realidad es poca cosa porque los libros y el material escolar es algo que no depende de nosotros, ya tienen un precio y por cierto está por las nubes.
    Lo primero que siempre he intentado es que mi hijo pequeño aproveche los libros de su hermana pero es algo que muy pocas veces he podido hacer porque al parecer los libros de texto, al menos aquí en Asturias, cambian cada cuatro años y a mí siempre me tocaba el cambio con el pequeño en lugar de tocarme con la mayor por tanto eran libros distintos, pero si se puede, los hermanos e incluso primos deberían aprovechar los libros. 
Y para comprarlos hay que pensárselo mucho y mirar bien porque los precios varían un montón. 
A veces nos prometen descuentos grandes pero claro, tenemos que tener en cuenta que a lo mejor el precio inicial es más elevado que en otro sitio con menos descuento. 
Todo es cuestión de mirar antes de comprar e incluso comprar en más de un sitio porque a veces hay libros que compensa coger en un sitio y otros que no.
    
Otro tema a tener en cuenta es la ropa. Hasta el año pasado mis hijos llevaban uniforme, y hasta que hace dos años el colegio vendió la exclusiva del uniforme al Corte Inglés a mí me salía más barato este tipo de ropa que la ropa de calle al uso. Ahí también era cuestión de mirar. 
El chándal siempre lo compraba en una tienda que era la más barata porque estaba cerca del colegio, vendía mucho y podía poner precios competitivos y la falda de la niña también la compraba en esa tienda.
 En cambio el pantalón del niño, los jerseys de lana y los polos los compraba en centros comerciales, buscando el más barato. 
Para los polos, había unas ofertas muy buenas a mitad de verano en Carrefour, ponían un dos por uno y yo siempre compraba unos cuantos y así me ahorraba ese gasto en Septiembre. 
Desde hace dos años eso se prohibió, todas las prendas van bordadas y la exclusiva, como ya he dicho, la tiene un centro comercial, pero aún así yo me enteré de una mercería donde bordan los polos y los jerseys y es más barata que el centro comercial, así que me arreglé de esta manera pues ese sistema fueron solo dos años, el resto lo hice como he explicado, mirando y comprando aquí y allá e intentando no dejarlo todo para última hora. Pero el uniforme me compensaba porque esa ropa les duraba todo el curso, y cuidándola quedaba nueva y algunas prendas se podían aprovechar de un año para otro.
   
Ahora que ya no llevan uniforme empiezan con ropa de verano aunque me gusta dejar algo reservado, aunque sea algo de rebajas, para estrenar el primer día, para que el primer día sea un poco especial y no nos de pena dejar atrás el verano. Pero si por algún motivo no se puede estrenar, no importa, tiramos el primer mes con los trapitos veraniegos.
    
Y con el material escolar también intento dividir el gasto. Durante el verano voy comprando alguna cosa qué sé fijo que van a necesitar por ejemplo libretas, recambios de hojas, bolis, lápices, esas cosas. Si veo alguna oferta o liquidación la compro y así ya lo tengo. Y muchas veces uso marcas blancas, aunque no en todo porque por ejemplo, los pegamentos o los rotuladores suelen ser mejores y durar más los de marcas conocidas. 
En cambio los recambios, las libretas, las pinturas de madera y alguna cosa más suelen resultar bien las de cualquier marca. Y la mochila y estuche pues lo mismo, a mirar. 
Alguna vez alguien les regala mochilas para su cumple o su santo, y como los cumpleaños son muy a últimos de curso les recomiendo que la guarden y así tienen mochila nueva, y si nadie les ha regalado mochila pues miramos alguna que les guste pero que no se me desmadre demasiado. 
Y para educación física, que necesitan otra para llevar la ropa y los útiles de aseo, utilizan la del año anterior, que generalmente quedan nuevas y que usamos también para natación o el deporte que practiquen.
    
Lo peor es que siempre nos piden un montón de cosas que a veces no son fáciles de encontrar, y en vez de pedirlas de golpe, a mí este año me piden cada día una cosa, según el profesor que tengan debemos comprar una cosa u otra y es una pesadez ir de tienda en tienda buscando ciertas cosas o ciertos libros que se han agotado. En esas ocasiones solo nos queda tener paciencia y comprarlo donde lo tengan, porque no hay otra solución. Si es un libro a lo mejor nos permiten fotocopiarlo de alguien que lo tenga, pero las demás cosas hay que comprarlas donde las tengan.
   
Pero bueno, lo principal es intentar repartir los gastos a lo largo del verano o incluso si algunas cosas han quedado bien del curso anterior se guardan bien y se sacan al empezar a clase. Y siempre podemos ahorrar en otras cosas. Yo intento ahorrar todo lo posible en comida, pero no dejando de comer sino cocinando cosas variadas, alimenticias y baratas, y procuro no gastar demasiado en ocio. Como aún hay buen tiempo realizo todas las salidas al aire libre que puedo, me entero de actividades gratuitas  y disfruto de la naturaleza. Es el momento ideal para hacer rutas en bicicleta, para ir a coger moras o castañas, según la altura del mes a la que estemos y todavía apetece pasear. 
Y por supuesto, las cenas especiales de los viernes son baratas, buscamos temas que podamos preparar gastando poco. Pero eso sí, planteándolo todo, salidas y cenas, como algo divertido, no como algo aburrido que hacemos porque hemos gastado demasiado.
    
Me gustaría que vosotras me contarais lo que hacéis para ahorrar, ya sea en gastos de colegio como en general para intentar superar esta inmensa cuesta de septiembre.
    
Bueno chicas, por hoy os dejo, aunque espero escribir pronto con algunas ideas para regalar, ahorrar o simplemente disfrutar de la vida sin gastar demasiado. Y os dejo con un cartel del Titanic, un cartel de verdad que tenemos en un museo cerca de mi ciudad. Es uno de mis temas preferidos desde que tenía siete u ocho años, el Titanic, sobre todo entonces que aún no lo habían encontrado y era todo más misterioso. Venga, ya os dejo. Besitos a todassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Quiero entregar un premio

Hola,¿qué tal todas? Esta entrada es una promesa que ya tenía que haber cumplido ayer, pero no pude así que hoy saldo mi deuda. En una entrada anterior explicaba que mi amiga Elízabeth me había entregado un premio, y yo no quise dárselo a nadie porque creo que todo el mundo se lo merece, pero ella me ha explicado que si no entrego el premio se pierde, pues no es como otros que se entregan a muchos blogs y siempre hay alguien que sigue, este es de persona a persona o de blog a blog, mejor dicho. Y como me costaba tanto trabajo decidirme le pregunté si podía entregárselo a 2 blogs en lugar de uno, y es posible, así que se lo entrego a María Luisa de el blog El mundo de María Luisa y a Sandra de Flores de pelo porque las dos hacen cosas realmente bonitas y tienen unos blogs muy interesantes, y además ambas son excelentes personas. Así que creo que se lo merecen. Bueno, simplemente era para esto, después de un día de fiesta toca volver a la rutina y qué mejor que empezar el día con un premio. Besos y buen final de verano.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Agradecimiento por otro premio.

Hola. Esta entrada es para agradecer otro premio, que me da mi amiga Elizabeth del blog Pretty Woman Peruvian. El premio se llama Cajita de cristal.Gracias Elízabeth,de verdad, los premios siempre animan.Y dado que lo he recibido tengo que contar algo de mi niñez. Bien, para la mayoría de la gente la niñez es la mejor etapa de la vida, una época llena de inocencia, donde las alegrías son grandes y la vida es una continua caja de sorpresas. Yo creo que he sido una niña feliz, y guardo muy buenos recuerdos de esa época, pero si algo que quiero destacar y que echo mucho de menos son algunos de los momentos que viví con mis abuelos, fallecidos hace cinco años. Los niños ven en los abuelos a esas personas que saben mucho de la vida y que les dan un cariño incondicional, y eso mismo me pasaba a mí con los míos. A mí siempre me ha gustado mucho escuchar, escuchando se aprende, pero escucharlos a ellos, que tanto habían vivido, que habían pasado una guerra y que sin apenas nada habían salido adelante, era lo mejor. Me encantaba oír sus historias, y aún las recuerdo todas perfectamente. Pero ahora solo puedo contar un recuerdo así que allá va. Una de las cosas que más me gustaban era, al llegar el otoño, ir a coger manzanas con ellos. Mis abuelos tenían una finca muy pequeña y sencilla en la que nos reuníamos por el verano, y donde viví momentos maravillosos, días largos de sol sin preocupaciones, rodeada de flores, de mariposas y saltamontes y sin prisa, algo que hoy nunca nos abandona. Pero mi recuerdo no es de verano, empieza precisamente cuando llegaba el otoño. Entonces nos íbamos todos a la finca a coger manzanas para venderlas a un lagar que estaba muy cerca. Aquellos días yo era totalmente feliz. Mi abuelo y mi padre se subían a los árboles y cogían las rojas frutas que estaban más altas, y mi madre y mi abuela cogían las del suelo, y mientras tanto, mi hermana y yo íbamos de un lado a otro mordisqueando manzanas y llevando la cesta y los sacos a quien los necesitase. Cuando acababa el día cenábamos todos juntos, allí mismo, bajo los manzanos que nos habían dado sombra en verano y que ahora nos resguardaban del frío del atardecer, comíamos tortillas y empanadas que mi madre y mi abuela habían llevado, y después, mi abuelo quemaba toda la hojarasca que se había acumulado y a mi hermana y a mí nos encantaba estar allí, con el sol ocultándose y el aire impregnado de aquel aroma a humo. Entonces, en medio de aquel bucólico encanto mi abuela nos quitaba de allí y nos decía que íbamos a oler a "gitanos", era una frase que se usaba mucho antes. Y después de todo aquello metíamos en el coche unas cajas con manzanas que habíamos apartado para nosotros, y volvíamos a casa. Por entonces los niños no llevaban asientos de seguridad y nosotras íbamos de rodillas, mirando para atrás y diciendo adiós con la mano a nuestros abuelos, hasta que ellos se desviaban para ir a su casa y nosotros a la nuestra.
Esos días significaban el final del verano, entonces volvíamos al cole, a los madrugones y a las carreras, pero a nosotras no nos importaba, y nos encantaba el olor a manzana asada o a tarta de manzana que nos recibía en la escalera al volver a casa.

 Aunque en mi familia hemos seguido recogiendo la manzana, y procuramos hacer de esos días algo especial, la verdad es que se echa mucho de menos a los que ya no están. Ahora, esos días también significan la vuelta al cole y madrugones, pero no soy yo quien va sino mis hijos y yo soy la que prepara los postres. Parece que todo sigue igual pero en realidad todo es muy diferente. Bueno, no os aburro más, y os dejo una foto de una puesta de sol, prque muchos de mis recuerdos están ligados a ese momento del día, un momento en el que nos sentimos cansados y a la vez felices. Y ahora, para despedirme,al igual que en el premio anterior, no voy a dárselo a nadie en especial porque creo que todas os lo merecéis. Todas enseñáis unos trabajos preciosos y no puedo elegir. Va para todas. Besos y si alguna quiere compartir sus recuerdos de niñez, será muy muy bienvenida. Gracias a todas por leerme.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Premio Parte e mí.


Hola. Esta breve entrada es porque el blog Pretty woman peruvian me ha dado un premio, el premio Parte de mí, así que quiero agradecérselo y colgarlo aquí. Al parecer debo decir tres verdades y tres mentiras sonre mí. Bien, las verdades son fáciles. No me gusta la rutina, soy muy friolera y me encanta la naturaleza. Las mentiras son estas; no me gusta comer, no me gusta el otoño y me gusta la oscuridad. Por lo visto tengo que dar el premio a diez blogs, pero de momento no lo voy a hacer porque con el anterior premio ya me costó trabajo escoger y ahora no me veo capaz. Se lo doy a todas mis seguidoras, especialmente a Sandra, María Luisa, Evita y a todas las que opinan, y a cualquiera que me lea,aunque sea de vez en cuado. Lo comparto con todos, diez son muy pocos. Gracias Elizabeth por el premio, de verdad.