Jueves reflexivo; otoño.

Mi estación preferida; el otoño.

Hola a todos un jueves más. De nuevo me siento bien temprano ante el ordenador, con mi cafe y mi gatito y me dedico a improvisar un post.

Y como hoy las musas no me han visitado y me cuesta inspirarme pues os hablaré un poco de mi estación del año preferida, esa que llegará enseguida ahora que se nos va el verano, esa que lo vuelve todo mágico, al menos en mi tierra; el otoño.

A mí me gustan todas las épocas del año, el invierno con sus noches tempranas y los cristales de la cocina empañados mientras cenamos, la primavera con sus flores nuevas que huelen a vida, el verano con sus dias largos y el sol y el mar y el otoño.

Me gusta por tantas cosas que no acabaría nunca de decirlas. 

A veces nombramos el otoño como algo triste y apagado, como el principio del fin, pero yo no lo veo así.

Es una estación que lo pinta todo de unos colores preciosos, los ocres, roizos y marrones que nos regala son un tesoro, los bosques parecen sacados de cuantos de hadas y el crujir que sentimos al caminar por los parques alfombrados de hojas secas es mágico.

Me chiflan los parques en otoño, tienen una luz

 

Cuando era pequeña me encantaba ir a los parques, coger hojas y lanzarlas como si no hubiera un mañana.

Y también me gustaba cogerlas y pegarlas en un "cuaderno de campo" explicando a qué arbol pertenecían, dónde las había cogido y la fecha.

Esa es una de las ocasiones que os decía, mi hermana y yo cogiendo hojas.

También recuerdo como algo precioso la recogida de la manzana, eran días en familia, trabajando todos juntos y riéndonos y compartiendo.

Y lo mejor era el final de la jornada, cuando mi abuelo hacía una fogata para quemar rastrojos y mi hermana y yo nos poníamos muy cerca para oler ese fuego perfumado con hierba seca y ver como el sol se iba escondiendo.

Y es que el otoño sabe a castañas y sidra dulce, a champiñones y calabaza y a manzanas asadas.

Cuando era pequeña y llegaba del cole toda la escalera olía a las cosas ricas que hacia mi madre, tarta de manzana, manzanas asadas o compota. Y yo intento hacer cosas así para que mis hijos, en el futuro, recuerden que la escalera olía a comidas ricas en otoño.

Los escaparates se vuelven elegantes cuando dejamos atrás el verano, los abrigos y los fulares ocupan el lugar de los bikinis, y los capazos se sustituyen por bolsos bonitos y acolchados.

Me encantan las ardillas.

El otoño huele a vuelta al cole, a libro nuevo, a lápices de colores y madrugones que dejan impregnada la escalera de colonia infantil.

Pero no todo es frío y hojas secas, también hay vida en otoño y a mí me encanta hacer picnics en esta época, la manta de cuadros pega mucho más. Y el termo nos reconforta con un café calentito. 

Ir a coger castañas es lo más.

Y me encanta ir a coger castañas y preparar Halloween, porque me niego a pensar en nada triste el día de difuntos, no quiero torturarme sufriendo por los que no están y sigo la costumbre celta que ya mi madre hacía(mi madre y sus amigos vaciaban calabazas y pedían chocolate, América lo imortó de los celtas y no al revés).

Nunca me gustó ese día y ahora menos, en mi casa no existe ese día, ya los recordamos siempre, así que obviaremos la tristeza, comeremos Huesos de santo y celebraremos Halloween o alguna que otra fiesta celta de las que hay por mi tierra.

Y para ir acabando os diré que me encanta salir a pasear cuando llueve y chapotear en los charcos con mis botas de agua, y ver como mi ciudad se viste de cine con el Festival Internacional de Cine, y mola mucho caminar por la playa con el mar rugiendo, pensando que en casa me espera el calor de los míos.

Somos muy afortunados teniendo un otoño con tantos colores, y como nos dijo ayer Irene tras un día al parecer complicado(tiene varios blogs, os dejo uno aquí)  Teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con eso. Y cuanta razón tenía el apostol Pablo, que fue quien lo dijo.

Este otoño, como todos pero este aún más, me he propuesto disfrutar de la vida, de las pequeñas cosas, de los sabores a campo, de los olores a tierra mojada y de las risas que de vez en cuando podamos echar.

Bueno, me he puesto pelín ñoña pero me gusta tanto esta estacion y me trae tantos recuerdos que no me canso de hablar de ella. Creo que desde que tengo el blog he hecho algún post así cada otoño, aunque no los releo y no sé muy bien qué digo, pero seguro que algo parecido a esto,jajaajaja.

Pues hasta aquí el post, un post pelín melancólico pero muy lleno de esperanza porque empieza una estación bonita y aunque sé que pronto el invierno nos abrazará y aquí los inviernos son muy largos hay que saber mirar para encontrar todo lo bonito que nos brinda. Y yo ya lo he encontrado.

Y a vosotros;¿Os gusta el otoño?¿Os trae buenos recuerdos?

Un beso y nos vemos el sábado.

Este post lo escribí hace dos años pero llevo una semana muy muy liada y no me ha dado tiempo a escribir el post de hoy, básicamente porque me he dormido y me he levantado muy justa, pronto porque no eran aún las siete, pero justa, así que tiro de hemeroteca.

Mil gracias por leerme. Y a vosotros, ¿os gusta el otoño o sois más de verano?¿Tenéis algún recuerdo especial de esta estación?