domingo, 10 de marzo de 2013

MI ÚLTIMA ESCAPADA

Bilbao, una ciudad llena de encanto.


Me gusta llegar a una ciudad cuando casi no hay nadie, quiero que despierte conmigo.


Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!¿Cómo habéis pasado la semana? A pesar de que vivo ultrasuperliada estoy muy contenta, la primavera ya se nota, en cada esquina hay ese olor único que no se parece a ningún otro, huele a sol, se ven margaritas salpicando los prados y jardines y de vez en cuando deja de llover para que podamos ver días de cielo azul y nubes blancas, y no grises.
Últimamente escribo pocos truquitos de ahorro o ideas de regalo, pero es que no sé porqué la inspiración me grita que hable de otras cosas, así que prometo que pronto haré alguna entrada de esas pero hoy me apetecía hablar de viajes.
Siempre que puedo, desde hace muchos años, primero con mis padres y luego con mi marido e hijos me ha encantado viajar. Soy de las que no se perdió un viaje de estudios y he viajado todo lo posible. Últimamente, entre la crisis y que mis hijos tienen otras necesidades viajo menos. El dinero es mejor emplearlo en estudiar o en gastos más apremiantes, además de que  a medida que crecen tienen mucho menos tiempo, pero aún así de vez en cuando intentamos hacer alguna escapada. Y de una de esas escapadas quería hablar, de una ciudad donde fui hace una semana, que está relativamente cerca de Gijón y que me encanta.
Pero no quiero hablar de sus museos, monumentos o gastronomía, algo muy conocido, quiero explicar lo que siento cada vez que voy, la sensación que me causa y que es lo que más me gusta. Hoy voy a hablar de mi última escapada a Bilbao.
Como ya he dicho siempre que pude hice viajes interesantes, y cuanto más he viajado más me reafirmo en la teoría de que no es necesario ir muy lejos para encontrar sitios maravillosos, a la vuelta de la esquina podemos descubrir un paraíso.


Esta ciudad está llena de rincones únicos, desde el cartel de una calle junto a una ventana llena de pensamientos hasta un banco, nuestro enemigo, que a veces tiene su encanto.


Cada vez que voy a Bilbao disfruto enormemente con la carretera. Hay unos tramos aquí en Asturias que son increíbles con la Sierra del Sueve tan cerca que impresiona. Esta vez estaba absolutamente cubierta de nieve y quitaba la respiración, en algunos momentos tuve la sensación de que si estiraba la mano podía tocarla. He pasado miles de veces por ahí porque el pueblo de mi madre es cerquita, pero no sé que pasa que cada vez que voy lo miro todo con ojos nuevos.
Normalmente, si vamos bien de tiempo hacemos una parada en un área recreativa que hay en la zona de Llanes, concretamente en Buelna, un sitio con olor a mar y que transmite una sensación de paz increíble.
Cuando ya salimos de mi tierrina y nos adentramos en tierras cántabras también disfruto mucho. Las playas por esa zona son increíbles, y Santander es maravillosa, otro día haré una entrada porque merece la pena. Y es cuando estoy por esas tierras cuando empiezo a impacientarme porque quiero llegar.
El resto del viaje ya es normal, aunque nos encanta ver el cartelito que nos da la bienvenida a Euskadi, es cuando ya sabemos que estamos cerca.
Confieso que soy un poco pesada y siempre hago igual, cuando veo el cartel que señala Santurce canto la canción esa de;”Desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla…” y cuando veo el cartel que anuncia el puente colgante vuelvo al ataque con;”No hay en el mundo, leré, puente colgante, leré, más elegante leré, que el de Bilbao, riau, riau” Jejejeje, lo admito, es una pesadilla aguantarme. 





Si subimos por recovecos misteriosos y encantadores podemos contemplar la ciudad desde otro punto de vista, desde lo alto.

 

Ahora ya me centro en Bilbao para no cansaros. No quiero irme a los tópicos así que evitaré explicar lo maravilloso que es el Guggenheim porque es de sobra conocido, simplemente quiero contar las sensaciones que me transmite.                                                                                             

Cada vez que paseo por el centro  veo esa mezcla de ciudad moderna con la clase y la elegancia de antes, y tiene ese no sé qué que me engancha en algunas ciudades.                                                                                      

Una de las cosas que más me gustan de Bilbao es el tranvía, llamado Euskotren. No es un tranvía de los que vemos en mi adorada Lisboa, es en realidad un tren moderno que a veces se “convierte” en metro, pero lo que a mí me gusta es verlo pasar junto a mí por la ciudad, es una especie de sensación de irrealidad.

Es precioso ver el tranvía por el casco antiguo. La iglesia que asoma es San Antón, donde está la placa de los ajusticiados por la subida de impuestos de la sal en el s. XVII.

 

Me encanta perderme por callejuelas estrechas y abigarradas de la zona centro, son calles que a determinadas horas no están muy transitadas y son realmente apetecibles para pasear.                                                                                                           
Otra cosa que me hace gracia es que tiene escaleras mecánicas en algunas calles, ya sé que no son las únicas del mundo, en Santander y más sitios las hay, pero me encantan estas, a veces, sin estar cansada subo en ellas porque me gusta.                                                                                                
Estas pequeñas escapadas son las que más se saborean, por eso intento disfrutarlas a tope y buscar rincones menos conocidos de lo habitual. De hecho, las fotos que voy a poner son las de sitios menos vistos o que me han llamado la atención. 
Las callejuelas estrechas son mi debilidad, se me ocurren miles de historias.

  Un lugar que me hace pensar es ver una placa que está en la fachada de la iglesia de San Antón, llamada también San Antonio Abad. En esta iglesia gótica que está en pleno casco antiguo, a orillas de la ría y junto al mercado de la ribera nos recuerdan a seis personas que el 24 de mayo de 1634 fueron ajusticiados. Ese anochecer les dieron muerte, tres ahorcados y tres a garrote. Y su “delito” no fue otro que defender con las armas los fueros que había vulnerado Felipe IV, y que resumido, ya que es más largo y complicado, decidió subir de una forma exorbitada los impuestos sobre la sal, un bien preciado que ayudaba a conservar carnes y pescados. Esta decisión se debió a que el rey estaba escaso de fondos para mantener las guerras imperialistas, así que embargó la sal de Vizcaya, gravándola con impuestos para que los beneficios fuesen para la corona. Si lo pensamos bien, hoy en día no es tan distinto, nos recortan en sanidad y educación y los beneficios son para los bancos, a los que les dan miles de millones para saldar sus deudas. Siempre perdemos los mismos. Bueno, que me lío, sigo con el viaje.

No sé aprecia muy bien pero menciona a todos los ajusticiados. Recordad que las fotos se pueden aumentar.

 Ya que hablo de esa placa me gusta de verdad la iglesia que acabo de mencionar, y no solo la iglesia, también el entorno con el puente de la ría justo detrás, siempre con gaviotas posadas en la barandilla que miran con descaro.                                                                                                 

En la plaza de los Santos Juanes tenemos un mural que recrea escenas del siglo XIX y que me encanta porque me recuerda a los murales que hay en Candás y que yo veía pintar cuando era pequeña e iba a la playa con mis padres. Es un mural bastante grande y que transmite sensaciones, sobre todo a los que hemos tenido mucha familia trabajando en un puerto y en una cuidad industrial del norte.

Este mural me hace viajar en el tiempo.

 De todos son conocidos los Fosterritos, esas entradas de metro diseñadas por Norman Foster, Premio Príncipe de Asturias y marido de la conocida y televisiva doctora Elena Ochoa. Me gustan mucho, son originales y combinan la arquitectura con la ingeniería, convirtiéndoles en algo único. Yo siempre los miro  por la tarde, me encanta como se refleja la luz del sol en algunos a esas horas. Si vais a Bilbao es algo que debéis buscar.

Me gusta contemplar los Fosterritos con la luz de la tarde, me parecen mágicos, algo inerte que se llena de vida.

  Saliéndonos un poco del centro, en el barrio de Santutxu está la Parroquia de Nuestra Señora del Monte Carmelo, una iglesia que  me gusta por varias razones. Su construcción se finalizó en 1887 pero tiene ese aire elegante que presentan muchas iglesias góticas a pesar de su relativa modernidad, y a la vez es tan sobria que  me da la sensación de una iglesia un poquito más justa, ajena al derroche. Bueno, son tonterías mías pero el caso es que la iglesia y el barrio me gustan, me gusta conocer los barrios de las ciudades, no solo el centro.

Me gusta ir a los barrios, y ver que convive el arte del siglo XIX con reliquias realmente antiguas y con auténticas modernidades.

 

Y lo mismo me pasa con Barakaldo. Siempre que voy a Barakaldo es para ir a conciertos, no sé que me pasa que nunca voy exclusivamente de visita pero a pesar de ello intento buscar un hueco para ver algo. Hace años leí el libro El otro árbol de Guernika, después de haber visto la peli de pequeña, una peli que marcó y que no sé porqué no la puse en la lista de las pelis que me han marcado. El libro empieza con el protagonista caminando calle Portu abajo, camino de la estación, así que yo, claro, la última vez que estuve en  Barakaldo, en Noviembre, me tuve que ir a la calle Portu y bajarla hasta la estación. 

 

Y ya para acabar y no ser pesada os diré que me encanta la ría, el sonido de los coches en el centro, suenan distinto, lo juro.  Y me encanta tomar algo por el centro o en una terracita de algún barrio, y subir y bajar las miles de escaleras, algunas conducen a sitios maravillosos. Y adoro el momento de la vuelta a casa, esa mezcla de sentimientos encontrados al pensar lo rápido que ha pasado el fin de semana pero que en el fondo a todos nos gusta llegar a nuestra casa, calentar una infusión antes de dormir y saber que pronto volveremos a viajar. Y también me gusta volver de noche, para estirar el finde todo lo posible, la carretera está tan tranquila que podemos dar rienda suelta a la imaginación e inventarnos todo tipo de historias. Y siempre celebro la entrada en Asturias cantando algo, jejeje, no cambio, y últimamente siempre nos da la bienvenida la niebla, que nos acompaña hasta dejar atrás la ría de Villaviciosa, y Gijón, silencioso y dormido, nos recibe para empezar la semana.

La ría es la guinda del pastel, la que hace que la ciudad sea completa.

 

Bueno chicos y chicas, no os aburro más y os deseo muy feliz inicio de semana, que todo salga bien, suerte y salud para todos. Y poco a poco me voy poniendo al día con vuestros blogs, comento poco pero lo intento. Besinos y nos vemos pronto.

Saber que subí estas escaleras en muy poco tiempo me da fuerzas para empezar la semana, si queremos, podemos.

 


lunes, 4 de marzo de 2013

Últimas películas que he visto

Últimas pelis que he visto; opiniones desde el corazón, sin spoilers.


Me gusta recordar de vez en cuando el gran lgado que la romanización dejó en mi ciudad y tantos sitios.


Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Espero que me perdonéis por tardar tantísimo en actualizar, sé que desde Carnaval parece que me ha tragado la tierra. La verdad que es últimamente ando fatal de tiempo, ni siquiera puedo leer vuestros blogs con calma, pero poco a poco voy sacando minutitos y me entero de lo que se cuece en el mundo virtual y en el real.
Hoy quería hablar de películas pero en lugar de hablar de películas que me han marcado o las que me gustan, ya que los Goya y los Óscar han sido un suceso muy reciente voy a hablar de las últimas pelis de cine que he visto.
Yo no voy demasiado al cine por culpa del precio, porque no es para mí sola, en mi caso sería para los cuatro o como mínimo para dos, y se me va de presupuesto, aunque de vez en cuando sí que lo hago que la vida son dos días y tampoco es plan de no ir nunca. Realmente voy más al autocine, que ponen pelis actuales y por 10 euros entra el coche con 4 o 5 personas dentro. Pero vamos, que veo películas y hasta hace poco no encontraba yo demasiadas películas interesante para hablar de ellas, hubo una especie de laguna en la que no me gustaban demasiado las pelis, o al menos no me marcaban aunque fuera un poquito Y sin enrollarme más empiezo a contar lo que he visto hace poco.
Lo primero que quiero aclarar es que esto es solo mi opinión, a lo mejor otra persona ve la misma película que a mí me ha encantado y le parece un horror, ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito  y así que allá voy.

La primera peli de la que os voy a hablar, quizás porque es la que hace más tiempo que vi es El Hobbit. Si no os gusta la trilogía de El señor de los anillos, no la recomiendo. Yo soy una Friki de esta saga así que fui a ver la peli con la mayor ilusión del mundo y debo decir que no me decepcionó.
El argumente es realmente complicado de explicar aquí porque me da miedo desvelar algo, pero en realidad es un poco la explicación de cómo comenzó todo lo que vemos en El señor de los anillos.
Quiero decir que me encanta, creo que Tolkien tenía una imaginación absolutamente privilegiada al escribir semejante historia, todo entrelazado correctamente y logra que un mundo de fantasía llegue a tener sentido. Muchas veces pienso que me encantaría vivir en La comarca, en esos prados con diminutas y acogedoras casitas, y con esos hobbies tan adorables. Oras veces me gustaría ser Arwen para vivir con Aragorn, o para que hablar del  adorable Légolas o su inseparable enano Gimli.
En esta peli, al menos en la primera parte, solo salen Frodo, Gandalf y el Gollum, que yo recuerde. Pero dejando personajes de la otra saga aparte me gusta un montón, especialmente Bilbo Bolson y el enano Thorin. Y como siempre tiene un final que te deja con ganas de más, la impaciencia se apoderó de mí cuando la vi y me cuesta esperar la siguiente parte. La banda sonora, compuesta por Howard Shore es muy interesante, cada personaje va unido a cierta música. Este autor ya compuso entre otros la de El señor de los anillos, así que se ha adaptado muy bien a la peli. Mi parte preferida es la música que suena en La comarca, con instrumentos folklóricos, o cuando cantan los enanos lanzando los platos de Bilbo. Creo que la música hace que esta peli sea totalmente completa.


La próxima peli de la que os voy a hablar no tiene nada que ver, en realidad es lo más opuesto porque está basada en un hecho real y no hay lugar para la imaginación. Estoy hablando de Lo imposible, de J.A.Bayona.
Confieso que uno de los motivos que me animó a verla, además de una entrevista que vi de María Belón, auténtica protagonista y guionista de la peli, es que sale Ewan Mcgregor, un actor que me gusta mucho.
El argumento es de todos conocido, cuenta la historia de una familia española(en la peli no son españoles se llaman Bennet, como en Orgullo y Prejuicio, mi libro-obsesión) que vive el horrible tsunami que asoló Tailandia en 2004. En ese terrible suceso fallecieron unas 243.000 personas, así que imaginaos la magnitud que tuvo. Y la película cuenta las vicisitudes que pasa la familia que se ha separado por culpa de esa enorme “ola”. Me gustaron todos los actores, cada uno en su línea, pero me encantó el niño, Lucas, creo que lo hizo genial. Y me llamó la atención que en la entrega de los Goya estaba muy mayor, los niños crecen realmente rápido.
Naomi Watts para mí está bien,  interpreta de modo convincente y da realismo a la trama. Ewan lo hace muy bien aunque sale más bien poco, y en conjunto es una película que está bien, no es de las que me deja sin habla pero me gustó, especialmente porque sabemos que es un hecho real y claro, si nos ponemos en la piel de los protagonistas podemos llegar a pasarlo mal. Vamos, que para resumir la película me gustó, no es ni será de mis favoritas pero tiene algo que me hizo verla con cariño. Y recalco, el niño me gustó mucho, y los otros niños también, no son de estos niños repelentes, todos y especialmente Lucas son niños que lo hacen muy bien, a mí me daba ternura verle descalzo, en bañador y sufriendo por su mamá. Y la banda sonora, compuesta por Fernándo Velázquez me ha gustado, es producto nacional y a mí al menos me ha emocionado.

Otra peli que he visto muy recientemente es Los Miserables. Para quien no le gusten los musicales no se la recomiendo porque además no es un musical al uso, se pasan prácticamente toda la película cantando. Y tiene subtítulos, aunque debo decir que se entiende muy bien porque vocalizan mucho y despacio, yo apenas los miré y mi inglés…es un poco cutre.
Si además tampoco os gustan los dramas, olvidadla porque esta es drama drama. Pero a mí me encantó, desde la primera escena a la última. Todos, absolutamente todos están soberbios. Anne Hathaway transmite de una forma que …no sé que decir, el Óscar fue bien merecido. Cuando canta I dreamed a dream hace que sintamos lo que ella siente, al menos en mi caso. Canta muy bien, pero no es eso lo que yo más destacaría si no su forma de mirar, sus gestos, todo es exquisito y uno acaba llorando inevitablemente.
Al igual que antes me da miedo desgranar el argumento por si desvelo algo, pero solo decir que es maravillosa. Russell Crowe está genial, y canta también muy bien, transmite una sensación extraña, es el malo, es un cruel y férreo Javert y eso es lo que debería haber visto en él  pero a la vez yo buscaba lo bueno que escondía. No sé como explicarlo pero era un cúmulo de sentimientos encontrados. Y Hugh Jackman está brutal, interpreta a Jean Valjean y a mí me conmueve y me hace ver que en el fondo las cosas no cambiaron tanto, ahora no vas 19 años a trabajos forzados por robar un trozo de pan, pero por comprar comida para los niños con una tarjeta encontrada, no robada, encontrada, pretenden llevar a alguien a prisión y los políticos se llenan los bolsillos y se van de rositas. Bueno que me voy del tema. Para ir acabando os diré que me gustó mucho, y también la interpretación de Helena Bonham Carter y Sacha Noam Baron Cohen, que dieron el punto de frivolidad necesario para que el drama no resultara demasiado agobiante. No quiero extenderme demasiado ni aburrir, pero solo os diré que si os gustan los musicales o las películas que expresan con crudeza las injusticias sociales que siempre hubo y habrá esta película os va a gustar. Algunas canciones llegan al corazón, especialmente la que antes os mencioné y On my own, a mí al menos me ponen la piel de gallina. Y la última que canta Russell a mí me llegó. Pero estas que os digo y todas, de verdad que es un musical muy recomendable. Al menos para mí.

Y ya para acabar os diré que mi gran sorpresa fue El lado bueno de las cosas. Esta peli yo creo que es para gente “concreta”, tal vez no a todo el mundo guste, es casi de cine independiente, pero a mí me ha cautivado, especialmente Bradley Cooper, un actor del que no era yo muy devota, de hecho solo me había gustado en El día de San Valentín y en alguna aparición que tiene por ahí, pero no era como Ewan o Colin Firth, mi súperprefe. Y en cambio en esta peli mi concepto cambió. Tampoco quiero esta vez desvelar la trama, pero os diré que el personaje de Bradley, Pat, tiene una evolución que no deja de sorprenderme. Empieza siendo un “perturbado” que acaba de salir de una institución mental por la brutal agresión al amante de su mujer, y como tal le vemos pero a medida que avanza la película yo le voy cogiendo cariño, tiene algo que enternece. Jennifer Lawrence también está muy bien, empieza siendo una chica seria y taciturna casi destruida por su mala fama y vamos descubriendo a alguien lleno de inquietudes, que siente y que necesita cariño. Y Robert  de Niro también hace un papelón, de hecho él es un poco la explicación de los trastornos del hijo, es alguien que tiene unas manías un tanto obsesivas qué nos hacen pensar. De esta peli me gustó el principio, el nudo y el final, todo. Me encariñé con Bradley y logré que me cayera bien Jennifer(será por Los juegos del Hambre pero esta chica no me gustaba) creo que hace un papel  muy “adulto” no encuentro otra palabra. El Óscar fue bien merecido. Y me hubiera gustado que lo ganara Bradley, o Hugh Jackman, no vi Linncon y no puedo juzgar pero a veces no solo se trata de bordar a un personaje histórico importante y dicho sea de paso patriótico, a veces transmitir y hacer pensar es más importante.
Si os gustan las películas intimistas, qué hacen pensar y donde los personajes en muy corto espacio de tiempo tienen una evolución, seguro que esta peli os gustará. Además tiene una banda sonora excepcional, muy variada y para mí, genial.
Me encantan estas vistas desde lo alto, y el día gris le da un encanto especial.

Bueno, por hoy me despido y espero volver a hacer una entradita pronto, ya estoy más organizada y quiero sacar tempo para escribir aquí. Muchas gracias por leerme, yo os leo siempre que puedo, aunque comento poco de verdad que os leo. Y espero que os haya gustado la entrada, yo no soy crítica de cine ni entiendo, solo es mi humilde punto de vista sobre cómo veo las cosas, lo que me hace sentir una película, mi modesta opinión sobre la música, esas cosas. Ojala os haya parecido interesante y me encantaría que me dieseis vuestra opinión.¿Habéis visto estas películas? ¿Os han gustado? Yo creo que es la primera vez que me gustan cuatro de cuatro, siempre hay alguna que no me convence pero esta vez, cada una en su estilo me han encantado. Mil besinosssssssssss y nos vemos pronto.

jueves, 7 de febrero de 2013

Me encanta el Carnaval!!!!!!!!!!!

Me encanta el carnaval!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Los grandes pintores también se sentían atraídos por el Carnaval. Y ya de paso aprovecho para invitaros a visitar el museo Piñole, una joya bastante desconocida.

Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Ante todo perdonad mi tardanza en actualizar, no sé que me pasa que el tiempo se me esfuma, pasa como un suspiro, uno de esos rápidos que apenas se notan. Pero a pesar de que no tengo demasiado tiempo sigo visitando vuestros blogs, comento poquito, la verdad, pero disfruto de su lectura.
Y ya que estoy aquí quería dar mi opinión del carnaval, y contaros porqué me gusta tanto.
En realidad el Carnaval para mí, más que una fiesta de disfraces y de ingenio es una asociación de buenos recuerdos, y es algo que intento que siga siendo así, aunque adaptándolo a las diferentes etapas de mi vida.
Cuando era pequeña el Carnaval era una combinación de cuatro días de descanso, a veces cinco porque nos incluían el miércoles de ceniza en esas minivacaciones, pero aparte de todo ese tiempo que me regalaban era disfrazarme lo que más me gustaba. En el tema disfraces tuve varias etapas, de pequeña quería ir siempre de princesa, dama y todo lo que implicase llevar zapatos chulos, pintarme y llenarme de adornos como coronas, varitas mágicas y pamelas. Luego tuve una etapa mucho más creativa en la que fui de caníbal, de zombie y de bruja mala entre otras cosas, pero la creatividad no era la idea exactamente ya que eran cosas relativamente normales, la creatividad estaba en la elaboración, iba ataviada con disfraces hechos por mí y llenos de detalles graciosos, intentando que la gente no me reconociera, y luego, cuando ya era más mayor empezó la cosa de disfrazarse en grupo con amigas o novio en otras ocasiones. 
Me gusta la alegría, la música y el recuerdo que siempre perdura en nuestra memoria.

La etapa de mi niñez me encanta, mis padres también se disfrazaban alguna vez y nos gustaba ir a una verbena que hacían en el centro de la ciudad. Íbamos con unos amigos de toda la vida y lo pasábamos en grande, tomando algo fuera de casa a las dos de la madrugada, gastando bromas y lanzando confeti; por entonces, con once o doce años aquello era lo nunca visto. Y al día siguiente tenía lugar el entierro de la sardina, donde pasábamos un frío de perros (pobres perritos) y siempre nos ocurrían mil y un anécdotas, pero eran unas jornadas entrañables donde nos reíamos sin parar, y siempre terminábamos merendando chocolate con churros.
Además, estaba la parte más bonita, ir al cole disfrazada. Me encantaba disfrazarme y también ver a mis compañeros intentando adivinar quien era quien. Y en esos cuatro días siempre había tiempo para ver alguna peli interesante, para ir a alguna excursión y con el paso del tiempo a estudiar. Y en mi cajita de los recuerdos que tengo oculta en mi memoria guardo con gran cariño los preparativos de los disfraces en días de frío, cuando la casa olía a comidas calientes, a refritos y a calor de hogar. Cuando era muy peque y llevaba trajes tipo princesa generalmente me los hacía mi madre y luego íbamos a alguna mercería o juguetería a comprar una corona, unos pendientes o algo que pegase. Y yo le pedía a mi madre que me pintase con sombras, colorete y barra de labios, todo ello bien exagerado, por si alguien no lo veía bien. Y por supuesto, el peinado tenía que estar acorde con el traje.
Cuando empecé con mi etapa de los trajes creativos mi madre me cosía lo que le pedía y yo lo decoraba. Al de zombi le pegué gusanitos de los comestibles y espaguetis cocidos, se supone que eran los gusanos propios de un zombie. Y luego íbamos con mi madre y mi hermana a comprar los complementos, un puñal  que atravesaba la cabeza, pintura de cicatrices y sangre, cosas así. Y cuando empecé a ir en grupo pues nos vestíamos todas en una casa, bien la mía o la de cualquier otra, y nos reíamos sin parar de las pintas que teníamos. Y ya salíamos por ahí, a quemar la ciudad.
Me encanta tomar comidas de invierno, bien calentitas. El olor a lentejas me recuerda a cuando preparaba mis disfraces de pequeña.

Cuando fui madre me di cuenta de que es cierto esto de que la vida es cíclica. Cuando mis hijos eran pequeños querían ir de príncipe y princesa, de hada, de dama, del Zorro, de mosquetero y cosas así, vamos de cosas cursis como yo. Como entonces no había tanta crisis confieso que en Carnaval acababa derrochando algo más de la cuenta, pero al fin y al cabo los niños son pequeños muy poco tiempo y no era tan grave. Y como siempre, aunque los trajes eran comprados yo los personalizaba un poco, al de reina le hice una capa de terciopelo que abrigaba mucho, al de hada le hice una varita mucho mejor que la original y al de mosquetero le arreglamos la espada porque traía una un poco cutre.
De todas formas, para no perder la esencia del carnaval,  desde siempre hemos preparado algún disfraz casero y solían llevarlo el último día para ver el entierro de la sardina, o el domingo por la mañana, que hay gente disfrazada pero no es el día más importante. Más que nada lo hacíamos para estar juntos y demostrar que se pueden hacer cosas preciosas con un poco de imaginación. Y su padre y yo también nos disfrazábamos, como mínimo un día o dos.
Luego, al ir creciendo, llegó la fase imaginativa y fueron de vampiros, hippies y cosas así, cosas que no es que sean demasiado imaginativas pero que las que venden hechas es verdad que parecen “demasiado disfraz”, son muy artificiales y por eso ellos las hacían manualmente y totalmente personalizadas. El de hippie quedó genial, rescaté cosas que ni recodaba que tenía y los adornos estaban muy bien, y el de vampiro también quedó muy aparente. Hubo otros que estaban bien aunque no tan logrados, pero con todos disfrutamos.
Las torrijas son muy típicas de Carnaval y hacen que la casa huela a almibar y a alegría.

Todos esos días de Carnaval me traen recuerdos de unas minivacaciones, había tiempo para salir, incluso a veces hemos ido a la nieve por la mañana y por la tarde al Carnaval, hemos salido con amigos, a pasear y aprovechamos para ver algo en la tele juntos. Son un descanso, un bálsamo en esa cuesta del curso que tan pesado se me hace, al menos a mí, a pesar de que me encanta febrero, pero a veces me da la impresión de que ese mes tan pequeño se me hace demasiado largo.
Y siguiendo con los disfraces y lo cíclica que es la vida os diré que ahora estamos en esa etapa en la que se disfrazan en grupo para ir al menos uno o dos días con amigos, y yo insisto en que la disfruten a tope, porque me trae buenísimos recuerdos y pasa muy rápido, no quiero que se pierdan nada. Por supuesto no se olvidan de nosotros, jejejeje, y vamos a ir juntos a algunas cosas, el entierro de la sardina es un acontecimiento para compartir y que se termina delante de una taza de chocolate con churros así que nadie dice que no. También tomaremos en casa el típico menú de Antroxu, es decir de Carnaval, aunque confieso que no pude esperar y ya hice torrijas esta mañana. El fin de semana o el lunes haré potaje del que se come en estas fechas, y el viernes cena especial con picadillo y frixuelos(creps), y más torrijas. Los frixuelos los hago más de un día para merendar con mis padres y hermana, algunos los relleno de nata o crema pastelera y otros los como con azúcar. Y aprovecho para hacer alguna cosita rica mientras vemos la tele de noche.Y a pesar del poquísimo tiempo que nos están dejando los estudios disfrutamos mucho con la preparación de los disfraces, es algo que sigue presente.
Me gusta ver lo que la gente discurre, creo que he visto disfraces de casitodo.
 
Espero que estos días sirvan para que la gente se anime un poco porque tengo la sensación de que la calle está llena de tristeza. Hoy por la mañana, mientras caminaba mirando los escaparates e intentando resguardarme de la lluvia he sentido que muchos comercios estaban vacíos y no se ve la alegría de otros años así que a ver si el lunes, que aquí hay un gran desfile donde la gente saca todo su ingenio nos reímos un poco y cogemos impulso para seguir tirando. Ojalá no llueva para que todos se animen y la música y la alegría llenen la ciudad, aunque sea por unas horas. Y me gustaría que todos los niños se disfrazasen, entiendo que muchas familias están muy mal pero si buscamos lo que podamos tener por casa hay mil ideas, con ropa del padre o de la madre, con cualquier cosita y la cara pintada de blanco pueden ir de mimo, o con la cara de colores de payaso, una niña con cualquier cosa larga y un chal y todo el joyerío que encontremos puede ir de dama, o con todo negro, leggins y camiseta,  les hacemos unas alas con cartulina y unas antenas y de mariposa o mariquita. Podemos preparar complementos de pirata o de hada con cartulina,  o con un mandil y un gorro de cartulina podemos llevarlos de cocinero. En Internet hay mil tutoriales que nos pueden ayudar, los niños tiene que disfrutar y es vital que nosotros les ayudemos a ser felices, tenemos que esforzarnos en hacer que cada día sea único y si nos lamentamos en su presencia y les hacemos ver que es un engorro tanta búsqueda de cosas el Carnaval dejará de ser divertido, en cambio si disfrutamos de la preparación y nos divertimos juntos seguro que se lo pasan pipa y les queda un buen recuerdo, que al final es lo más importante, tener una vida llena de amor y buenos recuerdos.
Esto son buñuelos de calabaza(perdonad porque estén borrosos, no sé que pasó) y aunuqe no son típicos de Carnaval saben bien mientras vemos la tele o los toman mis hijos de merienda algún día especial.

Y vosotros, ¿os disfrazáis? ¿Os gusta el Carnaval? Me encantaría que me contaseis como se celebra esta fiesta en vuestros pueblos y ciudades. Aquí ya os he dicho que el lunes hay un gran desfile de charangas y de gente disfrazada con carrozas, es increíble lo que discurren algunos, es ver para creer. Y el martes es el entierro de la sardina, aunque entremedias hay verbenas y actuaciones. Y si no cambia como alguna que otra vez, la semana que viene será Carnaval en Oviedo, una semanina más tarde, así que tendremos Carnaval dos veces. Yo suelo ir en tren y merendamos por allí. Bueno chicas, ya me contaréis lo bien que lo pasáis. De momento muy feliz Carnaval, salud y que todo os salga muy bien. Mil besos y os sigo leyendo, no os quepa duda.

sábado, 26 de enero de 2013

Cosas que me hacen sentir bien en invierno.



Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!¿Cómo estáis? Espero de todo corazón que estéis muy bien, que las que están estudiando aprueben y los demás que vayamos tirando, que tal como están las cosas no es poco.
Hoy me apetece hablar un poco de las cosas que me gustan. Ya sabéis que de vez en cuando me gusta contaros lo que me gusta hacer en ciertas épocas. En otoño me gustan unas cosas, en invierno otras, en primavera otras y por supuesto en verano me gusta hacer de todo.
Hoy os hablaré un poco de esos pequeños detalles que me ayudan a ser feliz, especialmente en invierno, ahora que el otoño está relegado al olvido y las navidades ya nos han dejado.
Las cositas que os diré son cosas que no cuestan dinero o cuestan muy poco, para seguir un poco con la temática del blog, que trata más que nada de ideas económicas.
 Lo primero es aclarar que me gusta el invierno, pero a veces llega a hacerse un poco largo, es demasiado tiempo de lluvia, mal tiempo y frío, así que intento sacarle todo el partido posible.
Ahora que mis hijos son mayores la prioridad son los estudios, y si hay que quedarse en casa para estudiar, se queda y yo me solidarizo y me quedo también, pero incluso en esos días intento hacer algo especial.
A media tarde hacemos una parada y tomamos algo un poco extra, un bizcocho rico, un chocolate o unos frixuelos(creps) rellenos de nata o crema.
Estos días de invierno es importante buscar pequeñas cosas que nos alejen de la monotonía, de días cortos y con poca luz.
Me encanta el crepúsculo, justo el instante en que el cielo es naranja  y la oscuridad envuelve lo que hay alrededor.
 Un día a la semana mis hijos comen en el instituto porque se quedan a una actividad que les gusta mucho, así que llegan a casa a media tarde. Cómo ese día no hemos comido juntos siempre les espero con alguna merienda especial, y siempre es sorpresa, no les digo de qué se trata. A veces les hago buñuelos de calabaza, que están buenísimos. Saqué la receta del blog de Patricia Fernández, compartiendo mi moda, por si queréis intentarlo, merece la pena. Mis hijos odiaban la calabaza hasta que probaron esta receta, y cuando están hechos los rebozamos en azúcar y canela. Otras veces les hago bizcocho de calabaza con pepitas de chocolate. La receta la saqué del mismo blog pero ella hacía magdalenas. Yo a veces hago magdalenas pero me gusta más el bizcocho. Otras veces hago cup cakes, o cookies  (no acaban de quedarme del todo bien, la verdad) o incluso un pincheo salado. Según como esté el día, si llueve y hace frío puedo hacer chocolate con churros o si hace sol un pincheo también apetece, luego cenan ligero y arreglado. Y otras veces aso castañas. Cuando llegan siempre dicen que la escalera huele a las cosas ricas que les preparo, les encanta volver a casa sabiendo que algo bueno y rico les espera. Ya sé que esto puede parecer una tontería, ni que fueran mis hijos los únicos que un día comen fuera, pero me gusta estar con ellos cuando vuelven y charlar con una merienda un poco especial. Y además no es un gasto excesivo porque suelo usar lo que tengo en casa, lo único un poco distinto es la calabaza pero siempre la compro abundante y  la guardo en el congelador para usar cuando me apetezca.





Me encanta encontrar lugares secretos y recónditos.
            

 Otra cosa que me gusta hacer en invierno y que me ayuda a alejar la monotonía es caminar por mi ciudad buscando sitios recónditos a los que no vamos en verano, lugares que me recuerden que vivo en un sitio que aún está por descubrir. Siempre descubrimos algo nuevo.
Y otra cosa muy de invierno es ir a los sitios cuando ya ha anochecido para tener otra perspectiva. En este caso en vez de lugares desconocidos me  refiero a sitios a los que normalmente iría en verano por la tarde, en invierno también voy de tarde pero todo se ve oscuro y diferente. Si ha llovido antes me gusta el brillo del suelo, me recuerda a una de las pelis que os comenté hace tiempo, El Sur, pero si no ha llovido me gusta también. No es algo que haga siempre, solo alguna vez, y generalmente acabamos merendando algo en una confitería, rodeados de olor a anís y café. Un sitio de esos es Candás, un pueblecito marinero encantador.
 Este lugar de noche tiene otro encanto, y ya lo dice el dicho;“La Fuente de Santarúa fai a la xente aguda”
Candás en invierno tiene tanto encanto que no puedo dejar de poner fotos.


También aprovecho el invierno para ir a algún partido, aunque poquitos, solo cuando son gratis, muy baratos o algo especial. Hace algo de tiempo fui a un partido de Rugby que era gratuito y me encantó, fue un domingo por la mañana y fue una forma estupenda de acabar el fin de semana. Y alguno de fútbol cae de vez en cuando.
El rugby es mucho más entretenido de lo que parece.
  Si hablamos de cosas que me hacen sentir bien y feliz no puedo dejar de nombrar las colonias o perfumes. Me gustan siempre, en invierno o verano, pero en invierno me gusta, antes de llenar la bañera coger 4 o 5 colonias, unas tipo perfume y otras frescas y llevarlas al baño, sin saber cual voy a usar. Luego, cuando salgo de la bañera y me envuelvo en una toalla que dejo encima del radiador y que está caliente, sobre la marcha, elijo una. Eso lo hago si voy a quedar en casa, si salgo ya suelo usar el bodymilk y el desodorante de la misma gama y uso un perfume un poquito más bueno, pero para estar en casa me gusta mucho ir al baño cargada de colonias sencillitas y sin saber cual voy a usar.
Colonias sencillas pero que hacen la vida más agradable.
 Uno de los placeres de la vida es la lectura, así que me gusta mucho tener más de un libro esperándome. Me encanta coger los que aún tengo por leer, llevármelos a la cama y mirar y remirar hasta que elijo por cual empezar, y me da penita que se vayan acabando.
Aún no sé por cual empezar, aunque los de Ágatha ya los he leído.
  Por supuesto, me encanta aprovechar los días especiales del invierno. Ahora que hemos dejado atrás las navidades me centro en el Carnaval. Cuando mis hijos eran peques dedicábamos tiempo a buscar un disfraz a su gusto, ahora suelen decidirse antes pero aún así invertimos tiempo e ilusión en prepararlos. Y esos días intento disfrutarlos a tope, voy a los desfiles de mi ciudad, salimos a empaparnos del ambiente alegre y festivo y siempre hacemos algo especial. Ese viernes la cena siempre es menú de Antroxu, que es como llamamos aquí al carnaval, y se suele comer picadillo, torrijas, frixuelos(creps) y un potaje que yo hago al día siguiente porque es muy fuerte para cenar. Uno de los días del puente de carnaval cogemos el coche por la mañana y vamos por los alrededores para respirar aire puro. Algún año había nieve, así que pudimos disfrutar de la nieve y el carnaval el mismo día. Otras veces simplemente caminamos por el monte o por alguna playa con el mar rugiendo y la bruma llenando nuestros pulmones. Y uno de esos días vamos a una cafetería a la que yo iba de pequeña a merendar chocolate con churros, en ningún sitio saben como allí. Aunque ahora hay unas chocolaterías nuevas en las que nos gusta perdernos de vez en cuando. Y para que fuera del todo especial en lugar de merienda nos gusta desayunar, el olor a café cuando aún es muy temprano me recuerda a mi infancia y a algún viaje de invierno, escapadas que nunca olvidaré.
El Carnaval es alegría, ayuda a focalizar los problemas tan grandes de la sociedad.

Para ir acabando y no ser pesada, os diré que también me gusta el invierno para hacer esas cosas que nunca se hacen en verano, por ejemplo ordenar colecciones. Creo que ya he hablado de ellas. Yo tengo colección de postales normales, de las que compramos cuando vamos de viaje y tengo además una colección de postal free, esas postales que dan gratis en el cine y en algunos centros comerciales. Esas me gustan porque cuando pasan los años tienen su valor, sobre todo sentimental, las hay de estrenos de películas, espectáculos o productos ya desaparecidos. Yo  a veces tengo un cúmulo y las ordeno en días de invierno.
El álbum grande es de postales de viajes y el pequeño de postal free. Lo abrí por una página de hace muchísimo.
 
Y lo mejor del invierno es aprovechar todas las cosas gratuitas porque son ocasiones únicas y además en verano a mí me da pena encerrarme, el invierno es el momento ideal para ir a museos, exposiciones o espectáculos interesantes. En Gijón tenemos el museo Piñole es que muy interesante(mi madre conoció al pintor, que ilu…), y además es gratis. También tenemos el museo Jovellanos, gratuito también y las termas romanas, gratuitas los domingos. El museo del ferrocarril también es gratuito los domingos, y la torre del reloj, edificio del siglo XXVI que llegó a ser cárcel y que de nuevo es gratuito. Podía seguir diciendo museos sin parar, pero  no quiero aburrir. Estas navidades, el jardín botánico puso un belén monumental precioso, la entrada era gratuita y mereció la pena. No cerraban al mediodía y nosotros hicimos un picnic en una zona habilitada. Esas oportunidades hay que aprovecharlas. Y los conciertos gratuitos, que siempre se anuncian y los hay repartidos por toda la ciudad son una buena ocasión para disfrutar de música. Incluso en algunos locales hay música en directo y solo se gasta lo que cuesta la consumición.
 Me encantan los bosques con olor a musgo y llenos de misterio. Me gustan para un domingo por la tarde.

  Para cerrar este capítulo de mis gustos, os diré que me encanta ir al campo y ver como empieza a florecer todo, en febrero tenemos mimosa, una de mis flores favoritas, pero además florecen algunos árboles y las calas empiezan a asomar. Y la flor del trébol y las margaritas quieren salpicar los prados. Me encanta coger alguna flor  y meterla en un libro o diario. Y me encanta pasear por el bosque y que huela a frío y a musgo. Y al volver a casa un domingo por la tarde me gusta oír en la radio del coche los comentarios de los partidos, no por el partido en sí si no porque me recuerda a mi infancia, cuando oíamos eso de-¡Gol en las Gaunas! ¡Penalti en la Romareda! Y entre medias, el anuncio de Soberano. Esos sonidos me transportan a esos años en que el invierno eran madrugones para ir al cole y fines de semana deseando hacer mil cosas.

Me encanta la mimosa, huele tan bien...

Y claro, algo que me encanta es leer vuestros blogs. No tengo mucho tiempo, pero me gusta mucho leerlos, especialmente los que hablan de cosas variadas aunque el blog tenga una temática específica. Un blog de moda no puede solo describir el look, puede aportar ideas, de vez en cuando hablar de otra cosa como recetas o una experiencia personal, entonces sí que me gustan, los de cosmética igual, de vez en cuando pueden aportar looks, opiniones, en cambio si hablamos de un blog de cosas hechas por la persona pues que las explique o que ponga algo interesante porque me encanta ver cosas artesanales, soy fanática. Si un blog no es monótono y me enseña cosas interesantes, seguramente me gustará. Al menos, los que leo y comento me gustan, en todos aprendo algo nuevo cada día, ya sea una receta, sobre una crema, un champú o una película. Y me encantan los blogs personales, esos que hablan de la persona, que son una especie de diario. Me resultan gratificantes.
Bueno, podría seguir diciendo esas cosas que me encantan y llenan mi vida de pequeños momentos pero tendría para muchas entradas más o para una entrada interminable y no quiero ser pesada. Y a vosotras,¿Qué os ayuda a dejar de lado la monotonía? Seguro que os gusta perderos en algún sitio que huele de una forma especial o abrir una caja de recuerdos en los días de lluvia, o simplemente os gusta ver una peli en el sofá, con una mantita y un bol de palomitas. Muchos besinos y feliz fin de semana.
Os invito a una taza de chocolate, el mejor amigo para luchar contra el frío.

lunes, 21 de enero de 2013

Cómo me gusta presentar los regalos





Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Lo primero quiero disculparme por no contestar a los comentarios de la entrada anterior, los leí todos y me encantaron, pero no tuve nada de tiempo libre, parece que el año empieza con prisa. Pero a pesar de ello intento sacar tiempo para ir leyendo vuestros blogs, me gusta mucho y siempre aprendo y me lleno de energía así que no creáis que os tengo olvidadas, solo estoy algo muda pero sigo estando ahí.
La verdad es que hoy no sabía de que hablar porque quiero que este sitio sea lo más variado posible para que nadie se aburra, así que más que una idea o un tema específico os hablaré de cómo me gusta a mí personalizar mis regalos.
El invierno lo pinta todo de gris, pero a mí ese misterio me gusta, me recuerda que estoy viva.
Yo creo que los regalos siempre tienen que ser especiales, la persona que recibe el regalo debe sentir que nos hemos esforzado, que para nosotros es alguien único y mágico y queremos que lo sepa.

Hay muchas formas de personalizar un regalo, aunque a mí, como más me gusta, o una de las formas que prefiero,es con un peluche. Cualquier regalo, por sencillo que sea, con un peluche cambia. Si regalamos algo clásico, por ejemplo una colonia, siempre queda mucho más bonito si hacemos un súperpaquete con un peluche, con muchos lazos y celofán, o al contrario, también se puede sorprender si le ponemos al peluchito el paquete de colonia en la mano.

Las canastillas de bebés o las tartas de pañales siempre quedan mejor con un peluchito, en este caso un peluche muy dulce y tierno y de unos colores que combinen con lo que hemos preparado.
Yo creo que he puesto peluches en todo, a una chica muy golosa le hemos regalado un paquete enorme de chuches y bombones, pero se los pusimos a un peluche monísimo, y le añadimos un babero con las firmas de las amigas, así queda un recuerdo chulo y además el babero pega con las cositas de comer.

Otra vez me volví loca buscando un peluche para regalar con un libro, y al final encontré uno muy bonito, un búho con gafas con una pinta de intelectual tremenda(estuve tentada de quedármelo), me encantó porque hice un paquete enorme de celofán y al abrir el peluche la persona que recibió el regalo descubrió que el búho llevaba en las alas-manos un libro.
En el fondo soy como Mary Poppins, Bert y los deshollinadores, me encantan los tejados.

Cada vez que veo las cajas de experiencias que venden en muchos sitios pienso siempre que deberían presentarlas mejor, es un regalo bonito y con esa presencia tan sobria pierden un poco, al menos en mi opinión, pero ya sabéis que soy una ñoña, por mí enviaría regalos con un mensajero que cantase o algo así, jeje.

Alguna vez he regalado entradas para el cine o para un concierto, y vales para un spa, esto recientemente,  pero en lugar de limitarme a preparar un sobre bonito, que también, suelo buscar un peluche que vaya bien. Para el concierto me volví aún más loca que con el libro, hasta que encontré un pingüinito con una batuta, en plan director de orquesta, y aunque no era muy grande quedó muy bien, hice una tarjeta aprovechando unas hojas de partituras de mis hijos y el resultado fue bonito, y para el spa encontré un peluche en una juguetería que liquidaba que era un osito con albornoz, y me pareció que pegaba y como necesitaba más de uno cogí un tamaño pequeño y no me subió demasiado, y ver como abrían el regalo fue genial, primero diciendo que les encantaba el peluche y luego alucinando con lo del spa. Lo que más me gusta de dar regalos así es que la persona lo recibe con ilusión creyendo que el propio peluche es el regalo y luego se lleva doble sorpresa al descubrir que hay algo más.

Y debo deciros que creo que los peluches son ideales para regalar joyas, cualquier peluche mono y tierno va bien con una joya. O para regalar algo tan práctico y poco interesante como un pijama, con un peluche dormilón y algo más el regalo cambia completamente. Yo he comprado peluches chulos y baratos en Tiger y en alguna ocasión en Carrefour. Y si alguna vez veo liquidaciones de peluches”neutros”, los cojo porque siempre los acabo usando, me pasa igual con las cestas. Lo ideal que no sean ni de niño ni de adulto, y no muy femenino, y así podemos adaptarlo a cualquier ocasión. Y quien dice peluches pueden ser muñecos de fieltro, aunque son más caros.
Si algún día venís por aquí no dejéis de ir a la villa romana, habla por sí sola.

Y ya que hablamos de presencia de regalos os diré que también doy mucha importancia a los envoltorios. Estas navidades en muchos blogs y en Pinterest he podido ver un montón de ideas para envolver y algunas las he usado, y la verdad es que estoy encantada con el resultado.

Yo hice un remix, no me quedó exactamente así pero es lo más perecido que encontré. Tengo que empezar a sacar fotos.

Una idea que vi en bastantes sitios y que no pude resistir es envolver los paquetes con papel marrón de embalar y luego personalizarlo. Yo usé esta idea para dos paquetes solamente, y me quedaron muy bien. Una de las ideas fue usar puntillas, podían ser de papel o de tela, y hacer unos adornos sencillos, rematados con cuerda tipo cáñamo y unas flores secas en tonos crudos. El mío en concreto era un paquete rectangular y el resultado fue espectacular. El otro lo hice copiando una idea que me gustó, poner unos pompones. Yo puse los pompones y dejé una tira de lana y parecían tres florecitas, la verdad es que quedó genial porque este también era rectangular y así queda como más perfecto.

Ya sabéis que me gusta personalizar siempre al gusto del que va a recibir los regalos, así que claro, los paquetes que le preparo a mi padre me gusta personalizarlos a su estilo, y os diré que por ejemplo este año compré papel pinocho de dos colores y formé la bandera del equipo de fútbol que le gusta, y le envolví así un libro que le compré para complementar. Y en un kiosko vi una piruleta del equipo y la compré y quedó genial puesta allí con un par de lazos de los colores apropiados. Ya sé que puede parecer un gasto tanto papel pero lo que me sobró lo usé para hacer flores y uno de los paquetes de mi madre lo adorné con un ramillete de colores, usé lo que me sobró de mi padre y trocitos que tenía de otras veces. En este caso puse un papel negro que era reaprovechado pero estaba muy bien, no me gusta usar papeles arrugados o llenos de dobleces. En este caso era de un material brillante de los que usan en muchas perfumerías y con las flores de colores quedó genial.

Para los niños hago distintos tipos de envoltorios. Sí sé que les gusta mucho un personaje en concreto y encuentro el papel envuelvo alguna cosa con ese papel y si puedo añado algún detalle del personaje, ya sea una chuche o un lápiz, lo adorno con un lacito y queda genial.
Insisto con la villa romana, pero merece la pena verla.

Y para algún juguete más clásico o didáctico suelo hacer envoltorios más originales.
Lo primero a tener en cuenta es la forma del regalo. Si tiene una forma difícil, intento facilitarme la tarea. Los balones he optado por envolverlos en papel pinocho formando una especie de caramelo, con lazos en cada lado y con una etiqueta bonita con el nombre del niño. Si el balón es de fútbol y el niño es grande podemos poner colgando un silbato(si es pequeño lo podría tragar). Si es de baloncesto sirve también el silbato o un llaverito relacionado con un equipo, y esto también vale para el fútbol.

Si es alguna muñeca que no viene en caja, en plan muñeca de porcelana o algo así, intento coger un papel muy clásico y envolverla de modo tradicional, pero luego el lazo lo pongo de tela y uso una etiqueta mona, en Internet hay un montón.

Si el juguete viene en caja hago distintas cosas, uso papel decorado y luego añado algún adorno, por ejemplo algún juguete baratito de los de las piñatas, que he comprado en tiendas de chuches, o uso un papel liso y recorto las letras del nombre del niño usando una plantilla y con papel de otro color, o con partituras, queda  muy bien, y las pego en todo el frontal de regalo, o si el papel ya es llamativo pongo simplemente unos caramelitos.

Este año he hecho incluso una bolsita con una revista. Tienen que ser revistas con unas hojas un poco resistentes para que no se rompan. Apenas me quedaban ideas fáciles y originales para usar lo que tenía sin gastar más y le quería dar a mi hermana una barra de labios y un espejito algo vintage, así que en una revista que tenía tiempo vi unas fotos de Marilyn, Audrey y alguna otra actriz de la época dorada y me arriesgué. Hice la bolsa según las instrucciones de un blog y no me costó nada de trabajo, y como asa puse un lazo estrechito en gris perla y en el fondo de la bolsita  puse unos pétalos secos que compré(lo confieso) en los chinos. Creo que fue lo que más gustó.

Todas estas ideas se pueden aplicar a cumpleaños y ocasiones especiales. Para San Valentín podemos inspirarnos en cosas con corazones,  para un regalo de boda podemos poner algo que tenga relación con el tema, anillos o corazones entrelazados, o el ramillete de flores de papel pinocho quedan geniales.
Y ya que hoy me da por la historia, tenemos una ciudadela muy interesante.

Lo importante es que cada paquete se vea único y especial, que no hay otro igual. Si vais a dar una tarjeta regalo preparad un sobre bonito y ponedlo en un peluche o en unas flores y el regalo parecerá mucho mejor. Si queréis regalar unos bombones ponedlos en una cajita con una foto vuestra en la tapa(es un segundito imprimir una foto romántica o de un niño con el abuelito, depende de quien sea el destinatario) y envolvedlos bien, con lazos y corazones, con globos o en un peluche.

Si vais a regalar un móvil, una consola o un mp3,4 o 5, no lo envolváis y lo deis como algo frío e impersonal. Podéis meterlo en una cajita chula, en Tiger y en Ikea las hay chulísimas, 
O haced vosotras una forrada con motivos especiales y una tarjeta enorme diciendo lo mucho que esa persona se merece lo que ha recibido. Si lo presentáis con un envoltorio normal el regalo les gustará igual, eso seguro, pero con el tiempo pasará a ser un regalo más entre los muchos objetos caros que irá juntando a lo largo de su vida, en cambio el recuerdo de cómo se encontró ese regalo tan esperado no se olvidará jamás.

Bueno chicas, no os aburro más pero quiero ideas para regalos y envoltorios que tenemos San Valentín a la vuelta de la esquina.¿Cómo presentáis vosotras vuestros regalitos? ¿Os gusta que os los presenten muy elaborados o por el contrario os da igual? Espero vuestras respuestas y mientras tanto disfrutad del frío, la lluvia y la nieve, porque es algo muy efímero y al final siempre vuelve a salir el sol. Besinos y suerte para todas.