lunes, 27 de febrero de 2023

Recuerdos y nostalgias

Recuerdos y nostalgias: aquellos día de invierno

Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Espero que genial.                                             

Ya he hablado algunas veces de lo duro que me resulta febrero, es un mes cargado de dolor para mí. Pero la vida es tan bonita que hay que saborearla, y en medio del dolor he sentido nostalgia, pero nostalgia buena. Y me he puesto a recordar. Revolviendo entre viejas fotografías han acudido a mi memoria algunos momentos de la infancia que tenía borrados: un día que nos entró un enorme antojo de ensaladilla rusa en febrero, una tarde en la que mi madre se dio cuenta de que habían crecido los días y la vez que estrené zapatos de charol. Y es que la niña que presumía de zapatos infantiles tuvo días inolvidables con su familia. Y ahora, sin más rollo, empezamos.

Lo de la ensaladilla lo tenía olvidado, aunque mi madre me lo contaba con relativa frecuencia. Ya os he dicho que mi padre trabajaba a turnos. Pues una tarde de febrero, en la que mi padre estaba, precisamente, trabajando, cuando yo tenía unos 10 u 11 años, después de ver "Tienda de locos" de los Hermanos Marx, mi madre, mi hermana y yo nos fuimos a buscar a mis abuelos para ir a merendar chocolate con churros a una cafetería que estaba relativamente cerca de mi casa. También se unió una tía de mi madre con su nieta, con la que nos llevábamos muy bien.

Mientras merendábamos, vimos que en otras mesas, con la consumición, ponían de pincho (aquí en Asturias es costumbre poner una tapita de algo con la consumición, gratis, claro) ensaladilla rusa. Y a mi madre le entró mucho antojo, y nos lo contagió.

Pues al día siguiente, un domingo de febrero, comimos ensaladilla. Por suerte, recuerdo que fue un día soleado, y la verdad es que la disfrutamos. Parece que la ensaladilla es solo para el verano, pero ya os digo yo que no. Y estos días, al ver una foto de aquella merienda, recordé lo bien que nos sentó cumplir nuestro capricho. Es más, un día de esta semana, la voy a hacer.

La anécdota de los días que crecen os la conté aquí, mientras hablaba de nuevas tradiciones, que apenas pude mantener con mi madre porque se fue demasiado pronto. 

bosque


Y por último me apetecía hablar del día de los zapatos de charol, que me encanta. Yo tenía unos cinco o seis años. Cuando a mi padre le tocaba lo que llamábamos descanso largo, el domingo nos íbamos a comer a algún pueblecito con mis padres, mis abuelos, mi tío y unos tíos abuelos.

Aquel domingo estrenamos un vestidito hecho por mi madre y unos preciosos zapatos de charol. Y nos fuimos a un bar que estaba en una carretera secundaria, de esos que daban comidas caseras, y cuyas barras tenían botellas de Soberano, Dick, Bitter Kas o Mirinda. Después de comer, mi hermana y yo jugamos un poco con unos niños en unos columpios que había delante del restaurante. Luego, nos fuimos toda la familia a caminar. Siempre, después de una sobremesa, salíamos a caminar por los alrededores del lugar en el que habíamos comido. Aquella vez lo hicimos por una zona boscosa que olía a pino y eucalipto. Los mayores nos contaban historias que escuchábamos con atención, y en algunos rincones mi hermana y yo recogimos piñas para la cocina de carbón de mis abuelos, y eucalipto para hacer vahos. Durante el paseo nos hicimos algunas fotos, que son las que me han traído estos recuerdos.

A la vuelta, cuando ya anochecía, escuchamos los partidos de fútbol en el coche, de camino a nuestro barrio. Me encantaba oír al comentarista gritar: ¡Goooooooool en las Gaunas! ¡Penalti en la Romareda! ¡Mesa le pasa a Jiménez, Jiménez controla y la pasa a Joaquín y....Gooooooool del Sporting de Gijón! Y ahí ya, a aplaudir y vitorear.

Tras dejar los coches en los garajes nos reencontramos con mis abuelos y mi tío en un bar de la zona, de esos pequeños y familiares, con suelo de linóleo y mesas y sillas que parecen madera pero son algún tipo de aglomerado, brillantes, con el cenicero, el palillero y el servilletero. Nos estaban esperando porque iban a poner una película de vídeo. En aquellos años nadie por allí tenía vídeo y nos parecía casi de ciencia ficción. Cuando pusieron la cinta mi hermana y yo estábamos perplejas. No era exactamente una película. Era una entrega de premios y mi abuelo era uno de los ganadores. Salía él recogiendo su trofeo de campeón de mus, y otro de tute. Yo tenía cámara de Super8 y estaba acostumbrada a ver a mi familia "en pantalla", pero no era lo mismo. Ver a mi abuelo hablando en la tele me produjo mucha impresión. Y de la buena.

Cuando llegamos a casa tocaba baño y preparar las cosas para el cole, que al día siguiente era lunes. Eso me daba cierta pereza, en cambio, adoraba limpiar mis zapatos de charol. Mi madre nos ponía leche en un cuenco y mojábamos un algodón. No sé si es el mejor método pero mis zapatos estaban impecables.

Cuando veo en algún sitio zapatos de charol, recuerdo aquellas noches de mi infancia, en una cocina de cristales empañados, percibiendo, desde el calor del hogar, y después de un día repleto de emociones, el frío helador que hacía en la calle. Y envuelta en aromas familiares, a cena, a gel de baño y a colonia Heno de Pravia, limpiaba mis zapatos infantiles con un algodón impregnado en leche.

Y hasta aquí el post de hoy. Con este ratito de nostalgia ya he recuperado un poco la alegría. Mil gracias por leerme y nos vemos el próximo día.

Muy feliz semana a todos.

27 comentarios:

  1. A mi también me encantaban los zapatos de charol, tanto, que de muchacha ahorré para comprarme unos y...me los pude poner como mucho un par de veces porque me hacían un daño terrible, jajaja...qué mala suerte..todavía deben andar por casa de mi madre.
    Besitos.

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  2. Qué sorprendente el recordar algo como el antojo de ensaladilla rusa, pero es bonito el poder recordar momentos así. Otro mes que se nos va, un abrazo enorme.

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    1. Yo creo que es por lo bien que lo pasamos,y porque en mi casa la ensaladilla era un plato de verano. Se nos va pero a mí se me hace eterno.
      Feliz semana.

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  3. Yo apenas recuerdo nada de esos años. Un beso

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    1. Vaya, yo tengo épocas bastante borradas, memoria selectiva porque el confinamiento es como una nebulosa, solo recuerdo sufrimiento.
      Feliz semana.

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  4. La memoria es muy curiosa. Pues el próximo pincho de ensaladilla rusa con cervecita al sol brindaremos por esos momentos que vuelven. Besos!

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  5. Yo siempre estrenaba zapatos de charol el Domingo de Ramos. No sé en Asturias, pero aquí hay un dicho, "Domingo de Ramos, quien no estrena, no tiene manos". Así es que estrenaba algo de ropa y zapatos de charol. Me machacaban los pies, pero no quería quitármelos por nada.
    A mí la ensaladilla rusa me gusta tanto que la como en cualquier época del año.
    Un beso.

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  6. Te acabo de poner un comentario que ha desaparecido. Pues nada te contaba que yo estrenaba zapatos de charol el domingo de ramos que aquí se dice que quien no estrena no tiene manos. Me destrozaban los pies, pero no quería quitármelos.
    La ensaladilla rusa la como en todo momento, porque me gusta mucho.
    Un beso y feliz semana.

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    1. Google nos odia. Yo he comentado en un montón de blogs y no veo el comentario.
      Aquí también se caen las manos, y también los estrenaba en Ramos pero mis pies crecían tan rápido que tenía que estrenar zapatos con frecuencia.
      Nosotros también empezamos a comerla más a menudo a partir de aquel día, si algo nos gusta no hay que esperar.
      Muy feliz día.

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  7. A mi me encanta cuando me llegan esos recuerdos!

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    1. A mí a veces sí, otras me puede la nostalgia.
      Feliz martes.

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  8. Cuando afloran estos recuerdos, por un lado, no puede uno remediar cierta ternura y, por otro, agradecer haber tenido una infancia feliz.

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  9. Hermanos Marx, partidos radiados, zapatos de charol y por dios, ensaladilla rusa!!
    Qué bien has hilado esos bonitos recuerdos.
    Feliz comienzo de semana, Gemma.

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    1. Muchísimas gracias y feliz comienzo de semana para ti también.

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  10. parece que antes la vida era más sencilla, verdad? me encanta el momento baños nocturnos.
    también recuerdo las retransmisiones futboleras de los domingos por la tarde. tengo entendido que ahora cada partido es a una hora diferente por intereses económicos, y le quitan toda la gracia.

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    1. A mí me lo parece, aunque imagino que, por ejemplo, para las amas de casa era más duro, sin los productos y aparatos que tenemos.
      Cierto, lo hablábamos el otro día, tanta historia con los horarios hace que pierdan toda la gracia.
      Feliz martes.

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  11. Me has recordado que yo llevaba zapatos de charol, con mi traje de marinero, el día de mi primera comunión (con mi hermano).
    Gracias por poner el penalti en mi tierra (La Romareda). Entonces El Molinón todavía no tenía un apellido tan bonito: «Enrique Castro Quini». Hay gente a la que esos carruseles deportivos de la SER los ponía tristes, porque se producían cuando se estaba terminando el festivo fin de semana.
    Feliz semana.

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    1. Ay esos niños de marineros estaban adorables.
      Es que rememorando los primeros estadios que acudieron a mí mente fueron esos dos, y me acordé de ti.
      Quini era una gran persona, te hablaba con normalidad, no iba de nada por la vida y cuando ejercía de abuelo ya era lo más. Una pena la verdad.
      A mi madre le pasaba un poco, el finde se terminaba.
      Muy feliz día.

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  12. Repasar los álbumes de fotos nos traslada irremedialemente al pasado y nos hace aflorar muchos recuerdos, y no digamos si lo que vemos son las cintas de vídeo en las que salimos con un monton de años menos y con los hijos muy pequeños, en escenas muy entrañables. Entonces no podemos evitar sentir añoranza, per aun así nos gusta recrear esas escenas. ¡Que le vamos a hacer!
    La ensaladilla rusa siempre ha sido uno de mis platos facoritos, sobre todo en verano, pero con una variante que introdujo mi madre: al hacer la mayonesa, poner una puntita de ajo. No se trata del alioli, se le parece, pero es mucho más suave y repite mucho menos.
    Un abrazo.

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    1. Hola.
      Ay qué rica esa alioli/no alioli, me la apunto.
      Feliz miércoles.

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  13. Hola! son unos recuerdos muy bonitos, gracias por compartirlos con nosotras. Besos

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  14. Hola! Es muy bonito recordar sucesos tan sencillos y tan valiosos como una ensaladilla rusa porque nos hace aflorar bonitos sentimientos. E implementarlo una vez a la semana. Genial!
    Un abrazo gigante!

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    1. La verdad es que trae recuerdos muy agradables.
      Feliz día.

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