jueves, 14 de julio de 2022

Reflexión: libertad

Jueves reflexivo: libertad

Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal va la semana? Ya no queda nada, tenemos ahí el finde, y a lo tonto se nos ha ido medio julio. Hoy toca el post reflexivo e improvisado. Es temprano, yo estoy con un café de los que hace mi marido, mis preferidos en el mundo, y muchas ganas de escribir así que, sin más rollo, empezamos.

No sé muy bien el título que voy a poner, pero será algo relativo a la libertad, porque, por una de esas cosas cíclicas de la vida, he recordado lo importante que es. 

flores

 

El otro día, salía yo de casa con prisa porque iba a buscar un regalo que tenía encargado en una tienda, cuando me encuentro, delante del portal, una cría de vencejo. Después de esperar un poco y comprobar que se había caído del nido, lo cogí y lo subí a casa. Mi hija lo metió en una jaula pequeña, a oscuras, y cuando se recuperó un poco le dio agua, el pobre tenía mucha sed, y también le alimentó con gusanos que tengo para ocasiones así (comprados y secos, eh, no tengo gusanos vivos en casa). Cuando se recuperó fuimos a la estación de bomberos, pues aquí en Gijón, cada día, un señor llamado Xuan pasa a recoger cualquier ave herida que los ciudadanos lleven. A mi hija la conocen ya casi todos los bomberos porque encuentra, o encontramos, aves muy a menudo : una gaviota que se había tragado un anzuelo, varios pichones de paloma heridos, una gaviota con un ala rota...

vencejo
Este es el vencejo, se ve mal porque estábamos casi a oscuras y no puse flash porque le podía molestar, las fotos las hice para tener un recuerdo

 

Ese día había otra cría de vendejo y un pichón. Xuan los cura, los cuida y siempre que puede les devuelve su libertad. Sabemos que el vencejo, por ahora está bien, aunque no sabe volar y eso dificulta un poco lo de devolverlo a la libertad. Ojalá se pueda.

vencejo

 

Pues esto me hizo recordar otra historia. Hace años (esto ya lo había contado en el blog), también un caluroso julio, cuando yo era pequeña, una tía de mi madre, que era viuda, encontró un pájaro herido en el patio de su casa. Esa misma tarde fuimos a buscarlo. No sabíamos muy bien qué hacer así que mi madre, que se desenvolvía muy bien, llamó a Icona (un equivalente a Seprona) y nos confirmaron que era un vencejo, lo que nos imaginábamos, y que seguramente se había despistado. Nos recomendaron meterlo en una jaula, en un sitio tranquilo con poca luz, y que le diéramos agua y comida. Cuando viésemos que estaba mejor nos recomendó ir a un sitio alto para impulsarlo y que remontase el vuelo.

El vencejo pasó dos día en casa. Lo cuidábamos lo mejor posible, y mis padres insistieron mucho en que estuviese tranquilo. Y cuando vimos que quería salir de la jaula supimos que había llegado el momento. Por entonces yo vivía en un barrio y delante de mi casa había un prado enorme (aún existe parte de ese prado) y al final había una minicolina. Cuando abrimos el portal y el pájaro notó el aire fresco de la calle empezó a alatear. Mi madre lo sujetó fuerte para que no se escapara, y fuimos al final del prado. En la minicolina mi madre lo impulsó con las manos y el vencejo echó a volar. A pesar de que han pasado unos 37 años, aún recuerdo nítidamente la mezcla de sensaciones que sentí al verle cruzar el horizonte. Por un lado pena, sabía que jamás volvería a cruzarse en mi camino, pero por el otro una inmensa alegría porque era libre, podía hacer lo que quisiera, seguramente buscaría a esa bandada con la que estaba cruzando los cielos cuando se despistó. Mi madre no podía contener las lágrimas, y a veces, cuando veo los cielos despejados de verano lo recuerdo volando con fuerza ante esa libertad recuperada. A partir de ese día, mi hermana y yo, si estábamos en casa al atardecer, lo que no era muy frecuente, ya que en verano estábamos mucho tiempo fuera de casa, nos asomábamos a la ventana de la cocina, que daba al prado, para ver las bandadas de pájaros que cruzaban por delante de nuestra casa para ir a dormir a un pantano que había relativamente cerca, y pedirles que saludaran al pajarito que estuvo dos días en casa. 

Al vencejo, cuando estaba con nosotros, en teoría, no le faltaba nada, tenía casa, agua, comida y cariño. Pero en realidad le faltaba lo más preciado que tenemos, la libertad. Yo siempre lo he tenido claro, pero con el paso del tiempo lo tengo aún más claro. Hay muchas cosas importantes en la vida, pero la libertad está en la cima, al menos para mí. Cuando alguien no es libre se va muriendo poco a poco. Y no hablo solo de libertad para ir a cualquier lugar o vestir como queramos. Hablo de libertad en todos los sentidos. Libertad para tener derecho a una muerte digna cuando un enfermo quiera, para tener derecho a formar la familia que uno ha elegido, ya que hay muchos tipos de familia y lo importante es que querer y que nos quieran, para tener el derecho a creer en lo que queramos, en un dios, siete o ninguno. 

Cuando vi la serie "Intimidad", de la que os hablé el martes, me di cuenta de la poca libertad que tenemos, aunque nos parezca lo contrario. Y no solo porque nos puedan grabar o difundir imágenes, más bien es porque los demás se creen con derecho a juzgar a los que salen en dichas imágenes. Más bien nos pueden juzgar por hechos que a nadie importan, solo a uno mismo. En el fondo no solo no hemos cambiado tanto desde los tiempos en que las chicas tenían que casarse con el primer novio, y si una tenía más de una relación era una fresca y ligera de cascos, recuerdo que esas expresiones se usaban mucho hace años. Y vamos, si una chica se quedaba embarazada antes de casarse eso ya era lo peor de lo peor. Ahora la gente opina de todo, pero lo peor es que no solo cotilleamos con la vecina, hemos "avanzado" y acosamos en persona y también de la manera más cobarde, a través de redes sociales. Eso sí que roba libertad. Y además de todo eso, en el fondo, estamos muy vigilados, entre las ubicaciones del móvil, los gps...

Mi hermana tiene una amiga que es muy inocente, y hace poco, descubrimos que pensaba que los anuncios que le salían en el móvil, y que siempre estaban relacionados con sus búsquedas o conversaciones, eran algo casual. Su cara cuando le hicimos ver que era casualidad era un poema.  Vivimos en un mundo tan globalizado, tan lleno de dispositivos en forma de teléfonos, navegadores para el coche o relojes inteligentes que controlan nuestros pasos, que es imposible hacer nada sin que alguien, en este mundo, lo sepa. Y ya se sabe que la información es poder, y que sepan tanto de nosotros no debería ser bueno. Lo mejor sería desactivarlo todo, sí, pero yo a día de hoy no estoy preparada, jejeje, y eso que estoy muy pocio pendiente de redes sociales, apenas las miro. Pero tengo el reloj que cuenta mis pasos, el navegador que nos lleva a cualquier sitio, la ubicación para usar Google fotos y un largo etcétera.





Bueno, que me he levantado muy contenta y no quiero hacer una entrada que suene a enfado, porque no estoy enfadada, solo que hablando del vencejo y recordando la historia del anterior vencejo he unido conceptos y me ha dado por pensar, así que voy terminando. Me despido diciendo que tenemos que luchar para, no solo mantener nuestra libertad, también para que llegue a todos, y para que el respeto se sume y todo el mundo sea libre y respetado.

Y ahora sí que acabo. Dentro de poco saldré a la calle a disfrutar de mi libertad, a correr un poco entre perros y a respirar, mientras Google sigue mis pasos. Y luego me veré envuelta en el ajetreo diario, y que no me falte.

Muchas gracias por leerme y nos vemos el lunes con algo nuevo.

Muy feliz día  a todos. 

18 comentarios:

  1. Tenemos a una política que dice que: "libertad es poderse tomar unas cervezas" o otro del mismo partido decía: "quien le iba a decir a el las copas de vino que se podía o no tomar" , cada uno entiende la libertad de manera diferente, además creo que el hombre nunca es libre en la extensión de la palabra, puede tener mayor o menor nivel de libertad cuando ha cumplido bastantes años y no tienes dependencias ni económicas, ni laborales, ni de salud, es en este momento cuando tu nivel de libertad aumenta, mientras tanto ese concepto este muy indefinido, los medios de comunicación hablan de libertad de expresión y gracias a ello machacan o generan bulos a quien les interesa destruyendo con ello a personas; en fin a veces hasta nosotros mismos vivimos en una prisión autoimpuesta.

    Saludos

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  2. Todo está atado y bien atado. De libertad, la justa, para que nos creamos realmente libres. Observados, controlados, desinformados a propósito, engañados, etc. Quizá aceptarlo sea la fórmula para no sentirnos tan desgraciados.
    Un abrazo.

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    1. Yo busco un término medio entre aceptarlo y comerme la.cabeza con el tema, jejeje. Creo que aún no lo he encontrado.
      Feliz día.

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  3. Efectivamente, somos menos libres ahora que hace 30 años. No tienes más que date cuenta de que estamos todo el día con la cabeza metida en una pantallita. Besos!

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    1. Cierto, yo ahora estoy en el campo con la.cabeza en el móvil.
      Muy feliz día.

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  4. Que gusto saber que hacer con un pajarito, yo no tengo ni idea, es más me da miedo cogerlos cuando los veo en la acera porque no sé si les voy a hacer daño o que hacer con ellos a verdad..

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    1. Hola
      Los pájaros son delicados, pero con cuidado se pueden coger. Muchas veces con dejarlos en un sitio oscuro para que descansen y darles agua es suficiente.
      Muy feliz día.

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  5. Yo también he lanzado a volar algún vencejo. Por cierto ¿me lo parece a mí o hay muchos menos que antes? En León, en verano había muchísimos. Continuamente estaban cruzando el cielo montones de ellos y ahora, no se ven con facilidad.
    La libertad es fundamental. Lo malo es que los mismos que durante años nos la quitaron ahora se autoproclaman sus defensores más acérrimos. Están en contra de los matrimonios gais, del cambio de sexo, de la eutanasia controlada... en fin, de dejar a la gente vivir como quiera sin hacer daño a nadie, pero como abogan por poder hacer lo que a uno de dé la gana: salir en pleno confinamiento, no ponerse mascarilla, no vacunarse, etc, ya son los reyes de la libertad.
    Las redes sociales solo las uso para anunciar mis reseñas y para compartir contenidos literarios, aunque alguna vez se me escapa algo con más contenido ideológico.
    La serie Intimidad tiene mucha miga. me pareció fantástica su forma de abordar el tema.
    Un beso.

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    1. Hola.
      Hay menos, de hecho están protegidos por esa razón.
      Hemos ido hacia atrás. De todas las.bodas a las que he ido en mi vida, la más sentida, sincera y emotiva fue una boda gay.
      Yo soy un poco desastre con Facebook, a veces comparto algo que he hecho y otras paso días sin aparecer.
      Y sí, me gusta como abordan el tema en Intimidad.
      Feliz día.

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  6. Hay que medir las consecuencias de tus actos. Lo sient pero no vivimos en el país de las maravillas. Un beso

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    1. Claro, cuando se roba, se mata o engaña. Pero uno puede acostarse con quien quiera, puede grabarse y hacer lo que quiera, cuando no haga daño a otro, y nadie puede difundirlo ni juzgarlo.
      Aunque no sea el País de las maravillas hay unos derechos y nadie debería vulnerar los. La culpa nunca es de la víctima.

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  7. Muy, pero que muy interesantes tus reflexiones sobre la libertad, ese bien tan preciado del que no somos muy conscientes en nuestro mundo desarrollado, hasta que la vemos amenazada... y cada vez lo está más y de maneras más sutiles.

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    1. Muchas gracias.
      Sí, con sutileza o no tanta, como la Ley Mordaza, nos van recortando libertades día a día.
      Muy feliz jueves.

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  8. menos mal que hay gente como tú y como la bloguera sadie&gen, que cuando veis un pájaro herido le acogéis. cuando por fin vuela libre, es que habéis hecho las cosas bien.
    hoy día la gente es muy intolerante. por ejemplo, ves un reportaje sobre la vida penosa que tienen en la cañada real, y la gente empieza a hacer comentarios tipo "pues ellos se lo han buscado al vivir en un asentamiento ilegal", o "si quieren luz que la paguen"... yo alucino. no me gustaría que alguien que piensa así fuera mi médico o mi psicólogo...

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    1. Muxhas gracias.
      A mí me acostumbraron, he recogido pájaros en Oporto, en los Picos de Europa (un pájaro carpintero caido del nido e incluso en Atenas. No hace falta gran cosa, con dejarlos descansar y ofrecer agua suele ser suficiente.
      La gente es tremendamente intolerante, en los casos que dices no creo qu ela gente quiera vivir así, y me imagino que una vez que estás en ese modo de vida, generalmente por causas difíciles de evitar, tiene que ser dificilísimo salir de ahí. A mí me parecería fatal que no pagase luz un millonario, no gente qu eno tienen recursos. Y esa gente que tanto dice debería pensar qu euna desgracia le puede pasar a cualquiera, yo conozco a una persona que vivía de maravilla, y por unas deudas tontas con hacienda, que no supo gestionar y le llevaron al endeudamiento total fue a la cárcel (ahí conocí yo el alzamiento de bienes) y acabó en la indigencia.
      Muy feliz día.

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  9. Pudiendo ponerle de título una palabra tan bonita y explícita como Libertad, para qué ibas a desperdigarte con una frase. Nunca lo había pensado, pero creo que es una de las palabras más bonitas que existen.
    Buen fin de semana que, como dices, está ya ahí mismo.

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  10. Qué casualidad, yo también tengo una historia con un vencejo, pero la mía no tiene final feliz. Mucho más bonita la tuya, y tu reflexión, muy certera.
    Un abrazo, bonita.

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  11. Qué suerte tienen esos animilallos de encontrarse una familia tan buena como vosotros. Muy interesante tu reflexión sobre la libertad pienso muy parecido y buenísimo la inocente amiga de tu hermana. Madre mía lo controlados que estamos. Sabe más Google de nosotros que nosotros mismos 🤪. Clara Gardó

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