Jueves reflexivo: ilusión

Reflexión del jueves

Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Cómo va la semana? Espero que genial.

Hoy toca post improvisado y la verdad es que esto un poco desentrenada, jejejeje, pero vamos a ello, a ver qué tal.

Ahora es bien temprano, en la calle aún es de noche y no se oye ni un ruido. Mis gatos duermen y me estoy tomando un café caliente mientras escribo. Mi marido está leyendo un periódico on line e intuyo que en nada empezaremos a comentar las noticias(bastante horribles, seguro, con bebés muertos y cosas muy trágicas).

La verdad es que no sé muy bien sobre qué hablar, así que empiezo diciendo lo importante que es la ilusión.

Este verano falleció un familiar con más de 90 años. El día antes de fallecer había ido a ver una obra de teatro en el pueblo porque él había hecho parte del decorado. Y lo mejor es la ilusión que le había puesto, disfrutó mucho y tenía muchos más planes para hacer cosas para el pueblo.

En el funeral(aprovechamos que era en otra provincia para hacer una escapada) todo el mundo comentaba la cantidad de cosas que hacía, pero todas con alegría y ganas. Eso es lo que hizo que fuera feliz. Nunca dejó que las penas pasadas(una guerra, posguerra y orfandad que lo hicieron empezar a trabajar a los 7 años) hicieran de él una persona triste. De hecho en el funeral estábamos tristes por su pérdida, lógico, pero no fue un funeral triste, es imposible que algo relacionado con él sea triste. Y eso para mí es lo mejor de la vida y de las personas.

Mi madre también pone ilusión en todo y eso es la sal de la vida. Hace poco hicimos una miniescapada familiar, en facebook compartí un minivídeo que es una chorrada pero se ve lo que digo: nos reíamos como locos porque rebosábamos ilusión.

Mi hermana y yo usamos mucho la frase ¡con ilusión! Llueve, da igual, nosotras, ¡con ilusión!(dicho con mucho énfasis). Hace calor, no importa, nosotras, ¡con ilusión! No encontramos sitio en el merendero que queremos, pues vamos a otro, aunque sea cutre, pero vamos,¡con ilusión! Y eso hace que disfrutemos las pequeñas cosas. En instagram tengo un stories estacado de un día que usamos esa frase sin parar.

Y la verdad es que en la familia de mi marido también, a mi suegra le echan 20 años menos de los que tiene porque está superágil pero también por lo que se ríe y las ganas que le pone a todo, aunque a veces se canse, claro, como cualquiera.

Hace unos días fue mi aniversario de boda. Hemos cumplido ya muchos años pero hablando tanto mi marido como yo hemos llegado a una conclusión: si hay algo que sigue como el primer día es la ilusión.

Afrontamos los planes con ganas, ya sea una tarde en la playa, en la ciudad o en la finca arrancando malas hierbas.

Seguimos teniendo ganas de hacer cosas, y cualquier logro de nuestros hijos nos llena de felicidad.

Hace poco llamaron a mi hijo para un trabajo de lo que ha estudiado. Es un trabajo "cutre" y con poco sueldo, y en mi familia y en la de mi marido lo celebramos como si lo hubieran llamado de la NASA. A ver, que si en unos años la cosa sigue igual nos preocuparemos, pero los pequeños pasos nos alegran enormemente y nos ilusionamos mucho. 

Obviamente discutimos y hay cosas malas como en todas las parejas, hay momentos muy duros o simplemente opiniones diferentes, pero la ilusión es una gran ayuda para seguir.

Este verano he podido hacer unas cuantas cosas, y mientras disfrutaba pensaba en una frase que decía Anne Shirley y que he puesto por aquí más veces.

 Mientras nuestra querida Anne contempla una puesta de sol con su amiga Diana, dice que le da miedo parpadear por temor a que algo cambie.  A mí me pasó alguna vez. Una de las veces estábamos en un área recreativa, cenando en familia tras un día de excursión. Era casi de noche, no había nadie y mis hijos se fueron a los columpios ya que no había niños(si hay niños hay que dejarles los columpios a ellos, obviamente). Ellos se columpiaban y el resto charlábamos tomando un café del termo. Esa escena tan cotidiana me pareció tan perfecta que quería meterla en una botella para sacarla y revivirla una y otra vez, las risas de mis hijos, las conversaciones entre nosotros, el aroma del campo al anochecer...era perfecto.

Esta foto es del momento que os digo. Ha salido borrosa pero vemos a mis hijos en los columpios, ella de rosa y él de rayas,  y al resto menos a mi marido y a mí(yo hacía la foto y mi marido había ido al coche a buscar una cosa) en la mesa. Esta escena no tienen nada y lo tiene todo.

Esos momentos tan chulos suelen durar poco y son muy efímeros así que cuando llegan hay que saborearlos intensamente, con fruición.

Bueno, ya empiezo a divagar y poco a poco el día está comenzando, así que iré terminando el post. Ahora charlaremos de las noticias(solo de las buenas), me tomaré otro café y empezaré el día ¡con ilusión! Muchas gracias por leerme y nos vemos el sábado en el resumen semanal.

¡¡¡¡¡Muy feliz jueves!!!!