Hola!!!!!!!!!!!!!!
Bueno, me alegra estar aquí después de esta semana tan buena, llena de
premios, sol y con el único punto negro de la vuelta al cole. Si, soy una
irresponsable, pero me da pena que mis hijos empiecen a clase, quiero que
descansen siempre. Aunque reconozco que la rutina empezaba a ser necesaria.
He pensado mucho en esta entrada, no sabía muy bien de qué
hacerla para no aburrir a nadie, y se me ha ocurrido hablar de mis cuidados, sobre
todo de mis cuidados naturales. Yo me he centrado en este tipo de cuidados
desde hace unos 23 años, siendo niña, desde que
vi una pirámide nutricional y empecé a interesarme por la dietética.
Cuando yo empecé no había Internet ni nada de esto, así que sacaba información
de revistas, algún programa de la tele, libros que tenía mi madre en plan La
botica de la abuela y escuchando aquí y allá. Os hablaré sobretodo de los que llevo
muchos años utilizando, para explicar lo que yo he notado en este tiempo. Hay
miles de entradas en los blogs de este tipo, pero me he dado cuenta de que
algunas personas llevan poco tiempo aplicando estos cuidados, así que yo os
daré mi opinión de su uso prolongado.
Para empezar os diré que me gusta cuidarme pero sin caer en
la esclavitud, creo que todo debe hacerse en su justa medida. Y la clave está
en cuidarse por dentro y por fuera.
He decidido no hablar de cosméticos, solo os explicaré un poco mis cuidados
diarios. Además no soy fiel a una marca, voy variando según muchas cosas, la
época del año, mi economía del momento, vamos, que no tengo una marca fija,
aunque si que tengo marcas que he borrado de la lista y no volveré a usar.
Mis cuidados por dentro son muy sencillos. Para empezar,
desde hace 15 años tomo a diario, en un zumo y en ayunas, una cucharada de
germen de trigo y otra de levadura de cerveza, y mis hijos también la toman. Ya
os digo que uso esta mezcla desde hace exactamente 15 años, empecé a hacerlo
porque leí en una revista de medicina, en la sala de espera de un dentista, que
en la alimentación actual apenas consumimos vitaminas del grupo B, e
investigando y preguntando me enteré de que estos dos productos nos aportan una
buena cantidad. Por aquellos años me costaba lo mío conseguirla, la encargaba
en una herboristería y la dueña lo traía de otra herboristería de Benidorm.
Supongo que lo habría en más sitios pero yo lo compraba así. Con el tiempo
empecé a encontrarlo en más sitios y ahora lo compro en los súper o donde
coincida, la verdad es que no me complico. Y debo decir que los resultados son
estupendos. Mi pelo está sanísimo, puede gustar más o menos pero más sano no
puede estar, y el de mis hijos, que lo toman desde muy pequeños también. Mi
piel está bien, está claro que no hace milagros y no voy a tener la piel que
tenía a los veinte años pero no me puedo quejar. Cuando llevaba como cuatro o
cinco meses consumiendo estos productos fue cuando más empecé a notar sus
beneficios, ahora más bien son un mantenimiento, pero merece la pena. Yo he
llegado a llevarlos de vacaciones, si voy de hotel no, pero de apartahotel o apartamento
si, junto a la licuadora.
Ahora os explico el zumo que tomo en ayunas, cada mañana con
la levadura y el germen. En este caso yo lo llamo gazpacho raro, porque lleva
un montón de cosas. Tengo unos ingredientes fijos y los otros los voy cambiando
según la época del año. Lo primero es usar un poco de zumo de naranja para que
el zumo no quede pastoso. Yo lo tomo con mis hijos, pero os diré la cantidad
por persona. No es necesario hacer una cantidad enorme, lo importante es
tomarlo a diario. Yo uso una naranja por persona, aunque si veo que da
demasiado zumo uso media porque al mediodía la aprovecho ya que me tomo un vaso
de zumo de naranja. A esta naranja o media naranja le añado el zumo de medio
pomelo, soy incapaz de añadir más, me sabe demasiado ácido. Y para completar la
base añado el zumo de dos o tres zanahorias, depende del tamaño, zumo de medio
tomate, zumo de un trocito de pepino, y zumo de lechuga. Si, habéis leído bien,
zumo de lechuga. Yo lo hago enrollando unas hojas de lechuga, las meto en la
licuadora en la sección correspondiente
y las licuo. Y sale un montón de zumo, y si puedo, añado a estas hojas perejil.
Esta es la base, aunque siempre añado algo de temporada, manzana, ciruela,
uvas, piña, lo que coincida, y una ramita de apio si tengo. En esta mezcla
disuelvo el germen y la levadura. Al principio me sabía a rayos, pero ya me he
acostumbrado y después de tanto tiempo la bebo como el agua. Lo único que odio
es limpiar después la licuadora, me da mucha pereza. Con este zumo he notado algunos
beneficios, por ejemplo es ideal para ir con regularidad al baño, que es la causa
de muchos problemas, desde impurezas en la piel a trastornos más severos.
También noto que estoy bronceada bastante tiempo, la zanahoria ayuda. Y me
siento bien, es una fuente de vitaminas enorme.
Además de este zumo me tomo en ayunas, a veces antes del zumo
y a veces después, una cucharadita de miel donde he dejado macerar zanahoria en
rodadas. Este truco es de unos monjes y es muy antiguo. Yo lo hago cuando
empieza la primavera para preparar mi piel para el sol y lo tomo hasta que
llega el otoño. Esto también prolonga mi bronceado, además de las múltiples
propiedades de la miel. Luego, cuando ya es otoño, lo sustituyo por miel con
limón, que es un antibiótico natural, por decirlo de alguna manera, y ayuda a
prevenir los catarros. Lo que sí os recomiendo es que la miel sea buena, las
industriales son todo azúcar. Yo tengo miel que me da un familiar pues la hacen
ellos, pero cuando voy a un sitio donde venden miel casera la compro. Intento
que sea distinta a la mía, por ejemplo de romero o de eucalipto. Y la verdad es
que ni mis hijos ni yo cogemos muchos catarros, alguno sí, claro, pero nos
curamos muy rápido.
Además de esto intento beber como mínimo dos litros de agua,
pero con esto solo llevo unos meses porque me costó un montón. Primero
intentaba beber de una botella de litro y medio, pero al ver la botella siempre
llena me agobiaba y no me resultó. Luego probé a beber ocho vasos al día, pero
siempre acababa perdiendo la cuenta, y desde hace unos seis meses bebo cuatro o
cinco botellines de medio litro al día. El primero lo bebo antes y después del
desayuno. El segundo a lo largo de la mañana. El tercero durante la comida y
parte de la tarde, el cuarto de la tarde a la cena y a veces añado un quinto,
eso depende. Si voy a andar en bici, a caminar o a la playa a nadar, bebo más.
Siempre llevo el botellín conmigo.
En los cambios de estación tomo jalea real. Como es algo más
cara, si estoy muy apurada económicamente con la vuelta al cole, en lugar de
coger para todos solo la compro para mis hijos, pero la tomo desde los diez
años y es muy buena. A veces la he usado reforzada con ginsen y a veces con
propóleo, y yo noto que me quita el cansancio porque a mí,
desde muy pequeña me afectan los cambios de estación.
A veces, si llevamos una racha algo pachuchos compro
equinácea para reforzar las defensas. Mi hija tuvo mononucleosis y en cuanto
estuvo relativamente bien se la di, es muy buena aunque como todo lo natural, es
algo muy lento. Esto solo lo uso ocasionalmente.
Si alguien de casa tiene alguna infección, después de tomar
el tratamiento médico, cuando pasa algo de tiempo, el convaleciente toma perlas
de ajo, que saben a rayos pero son muy buenas para las infecciones entre muchas
otras cosas. Eso sí, las tomamos de noche y hay que enjuagarse muy bien con
colutorios porque el ajo ya sabéis que huele muy fuerte. Hay que tragar sin
masticar y lavarse bien, merece la pena en ciertas ocasiones. En casa lo hemos
usado hasta para una infección de acné y resultó. Y para el acné, tomar
pensamiento y bardana, de farmacia o herboristería, combinado con dieta sana y
limpieza, es realmente bueno. Los resultados son lentos, pero se notan.
Además de esto tomo zumo de naranja a diario, y
a veces de otras frutas, según me apetezca, e
intento tomar toda la fruta de temporada posible. Incluyo en mis comidas
ensaladas, no todos los días, lo admito, pero sí muy a menudo. Me gusta inventar
y las hago de muchas cosas, con frutos secos, brotes, legumbres, atún, depende
de lo que tenga en casa y de la época. Y en lo demás ya como todo el mundo, legumbres
a menudo, aunque sea verano, si hace mucho calor las preparo en ensalada o con
vinagreta, pero las tomamos. Intento incluir carne y pescado, arroz, aceite
de
oliva y de todo un poco. Huyo de
precocinados y congelados y como lo más equilibrado que puedo. Solo como a
capricho en mis cenas especiales de los viernes, de las que os hablé hace
tiempo y de las que os dejo el enlace. Pero esos días también como sano, a
capricho pero saludable.
CENAS ESPECIALES DE LOS VIERNES
Intento tomar calcio, ya sea en leche, yogurt o queso y en
la cena tomo a diario puré de verduras o sopas con trocitos de verduras, todo
casero y con verdura de temporada o verduras que he congelado ya preparadas
cuando estaban de temporada. Y respecto a mi alimentación poco más se me ocurre.
Vamos, como de todo pero hecho en casa y con ingredientes naturales.
Además de esto, intento llevar una vida sana. Dejé de fumar
hace 8 años y esa sí que ha sido la
mejor decisión, no me he arrepentido ni un segundo. Y por supuesto intento
llevar una vida activa. No hago gimnasia propiamente dicha pero camino un
montón, hago bici cuando puedo porque me encanta, es una gozada y en Asturias
tenemos muchas rutas y yo hago las que puedo, y no solo en bici, andando
también. En verano nado a diario en la playa, y en invierno voy a la piscina,
pero no soy tan constante, lo confieso. A veces me da frío, pereza o no tengo
tiempo. Tengo bici estática y la hago de vez en cuando y hago abdominales y
algo de gimnasia facilita en casa, además de vivir en un tercero sin ascensor y
estar todo el día para arriba y para abajo. Intento hacer toda la vida al aire
libre que puedo, soy de las que adora las playas en invierno, en verano voy a
bañarme y tomar el sol pero en invierno tienen mucho encanto. Y voy a la nieve
y al campo, para el frío hay solución, nos abrigamos y a disfrutar.
Mis cuidados naturales exteriores son muy simples. Desde
hace unos 23 o 24 años me hago una rutina facial semanal. A diario sigo la
misma ruina que sigue todo el mundo, me desmaquillo de noche con leche
limpiadora y tónico, y uso una crema, la que tenga, y un contorno. A veces uso
sérum, aunque no a menudo. Por la mañana, en lugar de la leche uso un jabón
natural. Ahora mismo tengo dos, uno de rosa mosqueta y otro de lavanda, y voy
alternando. Luego uso el tónico y la crema. El día de la rutina me hago un
exfoliante con azúcar y aceite de oliva y me hago una sauna facial. Hasta hace
cuatro años la hacía con una cazuela de agua hirviendo pero ahora tengo un
aparatito que compré en Alcampo por 18 euros que es ideal. Y tiene un accesorio
para los vahos de los catarros. Al agua le añado manzanilla, orégano o romero,
todo cogido por mí y completamente natural. Y luego, tras cerrar los poros con
tónico que he metido en la nevera para que esté frío me aplico la mascarilla
natural. Tengo varias, depende la época, pero os diré unas pocas. La que uso
desde los catorce años es la de arcilla. Por entonces la compraba por encargo
en un salón de belleza de una conocida, era difícil de encontrar, pero ahora la
hay en un montón de sitios. La he usado siempre y me va muy bien, pero no puedo
tenerla puesta mucho tiempo, si me paso, los capilares se me rompen y parezco
un tomate, pero como tengo el tema controlado la extiendo my bien y la dejo
poco. A mí me va fenomenal. Además de esta mascarilla voy alternando, a veces
mezclo yogurt con miel y huevo, otras clara de huevo con aceite y miel, que
queda como un efecto flash, a veces miel, aceite de oliva y suero fisiológico
que es ideal para las líneas de expresión, y en verano miel con zanahoria. En
invierno mezclo yogurt con aceite y avena o germen de trigo o aguacate con aceite. Hay muchas y siendo
constantes son muy buenas, pero de nuevo es cuestión de paciencia y constancia.
Y de vez en cuando añado alguna comercial, depende del momento. Después de
tomar el sol o de la depilación me aplico un poco de aloe vera, “mutilo” a una
pobre planta que me trajeron de Canarias y que es mano de santo. Y después de
la mascarilla me aplico la crema. A veces, entre un paso y otro me doy un
masaje facial. Queda genial con cualquier aceite o con una crema de baba de
caracol que no es muy cara y es transparente, me doy un masaje de unos diez
minutos y luego me aplico la crema. Eso si, estos cuidados intento hacerlos
cuando voy a quedarme en casa, no me gusta salir con la piel tan vulnerable. De
pequeña lo hacía con mi hermana los sábados de noche y ahora lo hago cuando
puedo, generalmente a mitad de semana de noche, pero depende.
El cuerpo lo cuido como todo el mundo. Intento usar geles
con PH neutro, los que llevan demasiado perfume o resecan demasiado la piel los
dejo para ocasiones especiales. Me hidrato a diario, a veces con bodymilk y a
veces con aceite. Y de vez en cuando me exfolio añadiendo azúcar al gel.
El pelo lo cuido usando productos libres de siliconas. Hace
años, la madre de una amiga tuvo un problema muy serio en la piel y no le
encontraban lo que era, y al final se supo que era por lavar el pelo en la
ducha, el agua con champú le caía por la cara y acabó saturándole los poros.
Conclusión, como soy algo hipocondríaca, me lavo la cabeza fuera de la ducha
siempre que puedo. Si estoy muy mal de tiempo no, pero si puedo, me lavo la
cabeza fuera. Uso el champú más natural que puedo, ahora tengo dos en casa, uno
de fresa y otro de huevo de la marca Geniol. Cuestan un euro y poco y trae un
litro. La crema desenredante también es de litro, ahora no me acuerdo del
nombre porque los últimos botes me los regaló mi hermana, pero busco que no
lleve siliconas, que desenrede y huela bien. Intento no usar el secador, a
veces no me queda más remedio pero nunca abuso, y lo mismo con la plancha o
tenacillas. Tengo el pelo muy muy liso, y como siempre queremos lo que no
tenemos adoro los rizos, así que a veces lo rizo. Tengo rulos de esos que hay
que calentar y a mí me gusta mucho como me dejan el pelo. Cuando voy a ir a
algún sitio me cepillo bien el pelo que tendré seco y limpio y me pongo los
rulos que deben hervirse en un cazo o en el micro unos diez minutos. Los pongo
por el pelo y a esperar, aquí cada uno los deja lo que necesite, yo los pongo
una hora y me queda muy bien, luego un poco de
laca y listo. Es menos abrasivo que la plancha o la tenacilla, y a mí me
dura bastante, pero supongo que eso depende del tipo de pelo. Y hace años que
me echo en el último aclarado, alguna vez, no siempre, productos naturales para
potenciar el brillo. A veces echo un poco de manzanilla, otras infusión de
perejil y otras un poco de vinagre diluido en agua, pero poco para que el pelo
no huela a vinagre. Además eso previene los piojos a nuestros niños, y a los
míos les resultó, o eso o que los piojos no les querían. Y me gustaría no lavar
el pelo tan a menudo, pero por el verano voy todos los días a la playa y no me
queda mas remedio, y en invierno voy a la piscina, o me paso horas en la cocina
y por uno y otro lo acabo lavando. Me gustaría distanciar un poco los lavados
pero es mi asignatura pendiente.
Hace años, en la peli Morir joven vi a Julia Roberts echarse
continuamente mayonesa en el pelo, y al investigar descubrí que lo hacía por
los prohibitivos precios que tiene el aceite de oliva en USA, pero tenía una
causa pues al parecer es muy bueno para el cabello usar huevo y aceite, así que cada cierto tiempo me
hago esa mascarilla. Y de mi tía abuela heredé el truquito del alcohol de
romero. He visto que Isasaweis hace aceite de romero, yo nunca lo he usado,
pero el alcohol si, me lo prepara mi madre con romero que yo recojo y de vez en
cuando lo echo en el cuero cabelludo, en los cambios de estación, y fortalece
mucho el pelo.
Además, intento no usar gomas que lo corten, no lo cepillo
cuando está muy mojado ni uso productos agresivos.
Para las manos soy un desastre, echo crema cuando me acuerdo
y las uñas las trato con aceite de almendras, también cuando me acuerdo.
Los labios los hidrato con cacao o vaselina, pero pocas
veces, la verdad porque no se me resacan. Alguna vez he dormido con miel,
quedan geniales por la mañana, aunque me da no sé qué dormir así, reconozco que
me cuesta.
No recuerdo ahora ningún cuidado más, pero con estos que os
digo llevo un montón de años y me funcionan. Además, intento vivir la vida al
máximo, disfruto de mis hijos, de mi marido y de toda la familia, aprovecho
cada día de sol y cada día de lluvia, me gusta el campo, la playa, la nieve y
la ciudad. Busco el lado bueno de las cosas, intento solucionar los problemas
en lugar de hundirme, y creo que así, mirando hacia el futuro y esperando un
mañana mejor, sacando partido de las pequeñas cosas y siendo igual de feliz en
un buen viaje que en una tienda de campaña cerquita de casa. Además, nunca me
desanimo cuando algo no me sale bien, estoy segura de que las cosas pasan siempre
por algo. Eso, y seguir teniendo sueños es el secreto para estar bien. Besos
para todos y contadme vuestros secretillos de belleza, me encantaría
compartirlos con vosotras.