martes, 24 de marzo de 2020

Anécdotas para reírnos un poco

Hoy nos echamos unas risas

Hola a todos y bienvenidos un día más. Parece que esto del encierro va para largo así que intentaré poner cosas alegres y positivas, que si empiezo con lo triste nos hundimos todos y eso no mola. El humor es un buen arma.

Hoy se me ha ocurrido rescatar algunas anécdotas que he ido contando por aquí a lo largo de los años. Son cosas un poco tontas, que quizás ni siquiera hagan gracia, pero si sirven para que alguien se ría yo me doy por satisfecha. Y sin más rollo, empezamos.
 Sé que las anédotas suelen tener gracia cuando se viven, al contarlas pierden mucho, pero intentaré que queden bien. Ya os digo que son rescatadas así que a lo mejor habéis leído alguna. Y son las tres de mi adolescencia.

El Karma.

 

Mi hermana y yo fuimos unas adolescentes bastante buenas pero como todos tuvimos nuestros momentos. 
Una vez mis padres se fueron a una reunión escolar y nos quedamos en casa con ganas de divertirnos. Y se nos ocurrió gastar una broma por teléfono. Nunca hacíamos esas cosas y no sabíamos ni por donde empezar pero no sé como, la verdad es que no lo recuerdo, se nos ocurrió pedir hielo a una empresa de esas que repartían hielo a los bares.                            
LLamé yo, tras buscar el número en las Páginas Amarillas, y pedí un montón de kg de hielo para el día siguiente, y di una dirección al lado de un bar donde teníamos pensado quedarnos para ver llegar el camión.

El caso es que al día siguiente surgió un evento familiar repentino y nos marchamos al pueblo y no pudimos ir. Y con el lío se nos olvidó el asunto totalmente.

Por otro lado os diré que en mi salón teníamos una mesita auxiliar de mármol con unas colecciones de ceniceros y abrebotellas que traíamos de viajes. Mi madre coleccionaba y tenía muchos de publicidad en cajitas, y los que eran de bronce o le gustaban estaban en esa mesita.

Pues un día, como una semana después de aquello, más o menos, llegamos de clase y vimos un abrebotellas en la mesita auxiliar y comprobamos que era de publicidad, concretamente de la marca del hielo que habíamos pedido nosotras.
Y en ese momento nos volvimos locas, empezamos a decir que era una señal para que confesáramos, que había entrado la poli en casa y era una trampa, bueno, no sabíamos que pensar.

Pasamos un par de días horribles imaginando todo tipo de cosas malas y una de esas tardes les confesamos a mis padres nuestra gamberrada. 

Y ellos fliparon, no podían ni reñirnos de su asombro y ni se lo imaginaban. Y cuando les preguntamos por qué en la mesa había un abrebotellas de publicidad mi padre nos lo explicó;
-Porque tu madre no me deja abrir las botellas con los abridores de colección y los de publicidad están tan guardados que da pereza cogerlos y nunca tengo con qué abrir. El otro día me dio este un compañero de trabajo que sabe que coleccionamos y lo dejé a mano para usar.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Ainnnnns, la explicación era de lo más sencilla!!!!!!
Al final no nos castigaron pero la charla-bronca sobre respetar el trabajo de los demás y lo duro que es ganarse la vida fue monumental, jamás se nos pasó por la cabeza volver a hacer algo así.

Al final yo creo que fue el karma el que puso ese abrebotellas en nuestro camino, para que confesáramos y jamás se nos volviera a ocurrir hacer algo semejante.

Pero siempre nos quedó la curiosidad;¿llevaron o no, el hielo al lugar donde lo pedimos?

abrebotellas
Era muy parecido a este

Porque yo era fan, fan, de póster

 

Esta anécdota también se remonta a la adolescencia. Por entonces me gustaba un grupo que se llamaba New Kids on the Blok, que eran en plan One Direccion, y si, lo sé, ya está todo inventado.

Un día de aquella época al entrar en casa volviendo del instituto vi al grupo cantando en la tele, aunque ésta estaba sin sonido. Por entonces la casa de mis padres tenía un salón como en dos niveles y desde la puerta solo veías la parte donde estaba la tele. 
Al ver a mis ídolos cantando eché a correr con la absurda intención de arrodillarme frente a la tele para chillar a gusto, y no sé como me arreglé pero tropecé con una alfombra que siempre he odiado con todas mis fuerzas. Para no caer me agarré a una mesa pequeña(en los 90 había muchas mesas auxiliares en los salones), pero caí de todas formas y encima volqué la dichosa mesa con todo lo que tenía, y además tiré de un cable, que no sé que pintaba allí, desconectando la tele. Fue una hecatombe ruidosa y la mar de extraña.             

Y al notar el silencio a mi alrededor, porque estaba todo extrañamente silencioso, me di la vuelta y en la otra zona del salón, la que no se veía desde la puerta, vi a mi madre con unos desconocidos de mediana edad y un chico como de mi edad que me miraban flipando

Parece ser que eran unos primos lejanos que estaban de visita, yo no sé ni quienes eran porque me levanté como un rayo, saludé y con una excusa me encerré en la habitación y no volví a salir hasta que se fueron. Nunca entendí porqué no los oí al entrar, no creo que estuviesen en silencio, pienso que al ver la imagen de la tele mis otros 4 sentidos se anularon. Y siempre me extrañó qu ela tele estuviera puesta(auqneu fuera sin sonido) con una visita, mi madre siempre la apagaba.

Como curiosidad os diré que la próxima vez que esos señores volvieron, años después, yo estaba de viaje, afortunadamente.


new-kids-on-the-block
Con ellos llegó la locura y mi ridículo.

El espía tras el periódico


Yo siempre he sido una miedosa y encima con imaginación, y claro, eso te pone en situaciones absurdas. Y en la adolescencia todo se magnifica.

Mi hermana y yo solo cogíamos el bus juntas un día a la semana, el resto del tiempo no nos coincidía el horario, y siempre que íbamos juntas nos pasaba algo.

Recuerdo una vez que según salimos del portal, muy muy temprano, y justo cuando nosotras empezamos a caminar hacia la parada, siendo aún de noche, empezó a andar exactamente a la vez un señor que estaba leyendo un periódico, como en las pelis de asesinatos.

Yo lo vi y me entró una paranoia terrible creyendo que nos perseguía parapetado tras el periódico y le dije a mi hermana a gritos que corriera, y ante su perplejidad eché a correr como una loca sin mirar atrás. Asustadísima crucé la carretera, de nuevo sin mirar, y afortunadamente no venía ningún coche. Entonces no se me ocurre nada mejor que atravesar un jardín para llegar al otro lado de la calle. Por entonces los jardines estaban rodeados de una especie de arandelas metálicas, generalmente de color rojo, no sé las recordáis.
Bien, en mi euforia por huir de mi asesino no vi esas arandelas que os comento y me las tragué, y caí echada(siempre caigo a la larga), resbalando y llenando mi precioso pantalón Levi´s blanco de verdín y algo marrón que no quise saber lo que era(quiero pensar que barro). Pero lo peor es que en el suelo le gritaba a mi hermana en plan melodramático que siguiese corriendo y se salvase ella, que no me esperase, cuando ella me miraba alucinando desde la otra acera, porque ya no nos seguía nadie.

Nunca supe las intenciones de aquel hombre, pero no me gusta que me sigan de modo furtivo cuando salgo del portal. Y lo peor es que tuve que ir a clase porque a primera hora tenía un examen importante, aunque, eso sí, a segunda hora me volví a casa y a mi madre, obviamente no le dije la verdad, dije que había tropezado y se lo creyó.
parque
Las arandelas eran como estas


Y hasta aquí el post de hoy. Me ha quedado pelín largo, pero bueno, como ahora tenemos tanto tiempo podemos dedicarlo a leer. Espero que os haya resultado, auqnue sea un pelín gracioso y qu eos sirva para desconectar.
Mil gracias por leerme y os deseo a todos la mejor semana posible dentro de lo que está pasando.
Feliz lunes.

 

32 comentarios:

  1. Me ha encantado leer tus anécdotas, ha sido muy entretenido y leer hoy tu post me ha hecho pasar un rato agradable. Espero estéis todos bien, un beso

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    1. ¡Hola!
      Qué bien que te sirva de distracción.
      Feliz día.

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  2. Jaja, muy divertidas anécdotas. Están bien para pasar estos días de confinamiento. La verdad es que cualquier cosa que nos arranque una sonrisa viene de maravilla.
    Yo tengo tan mala memoria que sería incapaz de recordar algo semejante, aunque alguna cosa me quiere rondar el subconsciente.
    Un beso.

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    1. Jajajaj, me alegra que te gusten.
      Yo las recuerdo porque a lo largo de los años se han reído de mí(en plan bien, sin maldad), mi hermana me recuerda a menudo el absurdo miedo al señor del periódico, y lo del abrebotellas durante años salía en todas las reuniones familiares. Y mi hermana y yo bromeamos aún con ello.
      Y cuando íbamos a tener visita siempre me decían: hoy tenemos visita, no entres corriendo como una loca auqnue veas a un cantante en la tele, ni vuelques mesas. Así que claro, como para olvidar.
      Joooo, estaría genial que recordaras algo.
      Muy feliz día.

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  3. Me encantan las tonterías de adolescentes —sobre todo si son ajenos y alejadas en el tiempo— y las tuyas han sido muy divertidas. La última me ha recordado a una de mis hermanas. Por cuestión de edades y emparejamientos (chicos con chicos y chicas con chicas), en su adolescencia era la única de los hermanos (somos siete) que tenía un dormitorio para ella sola (los chicos llegamos incluso a dormir los tres en uno). El caso es que el de ella casi siempre estaba desocupado, porque antes irse a la cama (al grito de "¡un hombre!") solía salir corriendo por el pasillo para ir a acostarse con mi madre. El resto de los hermanos manifestábamos con frecuencia nuestra disconformidad con que, en una casa con tanta familia, hubiera una habitación tan mal empleada.
    Espero que tengas un buen día.

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    1. ¡Hola!
      Ay qué bien que te gusten, me daba miedo publicar semejantes tonterías.
      Jajaja, tu hermana tenía el privilegio y no sabía aprovecharlo.
      Muy buen día para ti también.

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    2. Hacen falta "tonterías" de estas para conservar el buen ánimo, que mucha falta hace.

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  4. Qué películas te montabas tú sola, chata!!
    Un besazo!

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    1. Jajaja, es increíble lo que he llegado a imaginarme, y lo peor, contagiaba a los qu eme acompañaban.
      Muy feliz día.

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  5. Yo era tan, pero tan bueno, tirado a tontito, que nunca hice una gamberrada, escepto la clásica de tocar todos los timbres de un edificio desde la calle y salir pitando. Pero no habría sido capaz de hacerlo solo, por si me identificaba alguien del vecinadrio. En cambio, en forma de tumulto infantil, la cosa quedaba difuminada, je,je.
    En cuanto a anécdotas, muchas, eso sí. Creo que todos podríamos escribir un anecdotario, ja,ja,ja.
    Un abrazo.

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    1. Hola.
      Jajaja, yo la de los timbres nunca la hice porqu eera tan torpe y corría tan lento que me harían pillado.
      Yo también era buena, pero tenía mucha imaginación y a veces me veía en unas historias más absurdas...
      Feliz martes.

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  6. jaja mira, un rato divertido paseando en tu blog, un besazo y que vaya todo super bien

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  7. Ainssss el karma... como se nota que no eras de hacer bromas, lo mal que lo pasasteis y el ver señales por todos lados, jeje. Yo fui fan fan de Leonardo di Caprio, tenía toda mi habitación forrada de posters :P
    Besos!

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    1. Jajajaja. No, no éramos muy de bromas y claro, lo pasamos fatal.
      Ay mi Leo, yo también era fan pero mi habitación estaba empapelada con ese grupo, y con los chicos de Sensación de vivir...
      Feliz miércoles.

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  8. Ja, ja, ja, desde luego lo mejor de las anécdotas es cuando las recordamos y entonces es cuando nos hacen verdadera gracia. Con algunas de las cosas que nos pasaron de jovencitos cabe decir que en su momento nos lo hicieron pasaran terriblemente mal. Eso es lo bueno de rememorarlas. Ahora ya se toman con humor y desde la distancia. Yo en su día tuve la habitación completamente forrada de pósters. Aquello era una locura de carteles de cine, de grupos de música y cosas de lo más variopintas.
    Pues nada, gracias por esta entretenida entrada y a seguir cuidándose.
    Abrazo.

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    1. Jajajaja, la verdad es que con el tiempo suelen hacer gracia. Además estas siempre acababan saliendo en las reuniones familiares.
      Ahora me río pero con lo del señor del periódico pasé un miedo...no sé que s eme pasaba por la cabeza pero te juro qu eme entró una paranoia...
      Muy feliz día y yo también tenía algún cartel de cine, pero eram i madre quien los coleccionaba.
      Feliz día.

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  9. ¡Hola!

    jajajaja no pude para de leer, que loqueras, de verdad que te pasa cosas locas "tipo película" y tan dramática que bueno por lo menos no la pasaron aburridas jajaja. Me imagino todavía todas las escenas de tus relatos XD mucha gracias por alegrarme el día :)

    cuídate ;)

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    1. ¡¡¡Hola!!!
      Jajaja, un poc alocada sí que era. Esa es la descripción, era muy dramática en las peores situaciones.
      Muy feliz día y gracias a ti por comentar.

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  10. con la broma de empresa de cubitos de hielo, al teléfono debisteis de sonar muy convincentes, porque si el que se pone oye una voz de adolescente, lo normal es que le parezca sospechoso. ^_^
    esas boy bands, tipo new kids on the block, take that, backstreet boys, one direction... siempre tienen alguna canción que se deja escuchar. new kids on the block todavía están en activo, en wikipedia hablan de ellos en presente. darán conciertos para los más nostálgic@s...
    besos!!

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    1. Hola.
      Jajaj, la verdad es qu emi hermana dice que sonaba muy seria, el caso es que tomaron nota uanuqe nunca sabremos si lo llevaron o no. Luego lo pasamos fatal y con la riña ya ni te cuento, qué culpabilidad.
      Ay esas boy bands enganchan. Siiii, dan conciertos, salen en series...yo los sigo pero ya no es lo mismo, no me arrodillo delante dde la tele gritando y tirándome del pelo.
      Muy feliz día.

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  11. Madre mía qué anécdotas más graciosos!! Creía que la del hielo iba a ser mi favorita pero al seguir leyendo definitivamente todas son la mar de divertidas y yo me quedo con la última que es la que más me ha hecho reír, y no solo por imaginar el espectáculo que debiste dar sino porque me pongo en el lugar de tu hermana observando la escena sin entender nada Jajajajaja por cierto había olvidado esos arandelas metálicas tan poco estéticas de los 90!

    Beso!

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    1. Jajaja, gracias.
      Ay es que no sé que se me pasó por la cabeza pero me dio mcuho miedo, era una cosa la mar de absurda.
      Esas arandelas me jugaron más de una mala pasada, eran una trampa, jejeje.
      Feliz día.

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  12. Sobre las bromas, yo me acuerdo que mis padres me regañaron a mí y a mis primos por dañar bicicletas de las personas que pasaban pedaleando frente a la casa. Masticábamos chicles (goma de mascar) y poníamos un clavo boca arriba para pegarlo en la calle, de manera que al pasar los ciclistas se les poncharan las llantas. Y recuerdo claramente que mi papá fue a ver de qué nos reíamos y cuando lo supo, fue terrible el regaño que nos dieron. Quedó por buen rato esperando fuera de casa para ver si alguien pasaba quejándose de su llanta flat para pagar los daños y hacernos pedir disculpas. Pero no sucedió.

    Cada vez que me acuerdo de eso me da mucho remordimiento ... no se por qué hicimos eso. Y bueno, de las caídas y ridículos en la calle, también era de las que patinaba a menudo jajaja

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    1. ¡Hola!
      Madre mía a veces los niños son terribles. Y pobre tu padre, ahí esperando para reparar los daños.
      Ay veo que somos muchos los que caemos en los peores sitios.
      Feliz día.

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  13. Ja, ja, ja... Imagino a ese buen señor del periódico mirándoos. Aunque quién sabe... La escena de fan loca es de traca, la cara tus primos y tu madre no tendría precio. La historia del hielo es todo un microrrelato. Es curioso que cuando contamos alguna de estas anécdotas rezuman un ritmo y una verdad innata que las hace deliciosas. ¡Cómo cuesta conseguir eso mismo con la ficción! Unas sonrisas que siempre vienen bien y en estos días más que nunca. Un abrazo!!

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    1. Hola.

      No sé si el señor nos miró porque no me parñe a comprobarlo, pero es que empezó a andar justo al salir nosotras del portal, y parecía que se esconía. Me entró una paranoia...
      Ay lo del hielo, qué culpabilidad. Jejeje, es verdad que a veces en ficción cuesta dar ese toque de realidad.
      Muy feliz día.

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  14. Seguro que dejastéis a toda la zona sin hielo jajaajajajajajaajajaja, ¡qué joías!

    Besines utópicos.-

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  15. Uys, vaya dos trastillos érais tu hermana y tú, de pequeñas, jajaja. Claro que yo no me quedo corta, pues con tres hermanos mayores, imagínate... me usaban de anzuelo para entrar a las tiendas y recreativos y pedir cosas, jaja. Pasamos una época estupeda y ahora más que nunca nos acordamos de todo eso.

    Un abrazo grande!

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  16. Muchas gracias Marigem se agradecen estas risas especialmente en estos días que todo son noticias tristes.
    Me encantan las anécdotas compartidas que siempre salen en las reuniones familiares y provocan risas.
    Un beso enorme

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  17. De tres, dos no tenías la culpa.
    En la segunda, había una alfombra en un lugar equivocado.

    Bien contado.

    Besos.

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  18. Acnédotas muy graciosas. Es importante que se recuerden de vez en cuando . Yo en estos momentos no recuerdo casi nada de la niñez. Un abrazo.

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