Reflexión del jueves: amor y felicidad
Hola a todos y bienvenidos
un día más. Ya estamos a jueves y es el día del post reflexivo e improvisado,
así que, sin más rollo, empezamos.
Hace algunos días escuché a
Antonio Gala decir que él no buscaba la felicidad ni el amor, es absurdo
agotarse buscando algo que, quizás no llegaremos a encontrar. Lo ideal es dejar
que surja, y disfrutar de esa espera. Bueno, él lo dijo mucho mejor, pero en
resumen es eso. Y creo que esto muy de acuerdo.
En 2015, en pleno duelo por
mi padre, escribí una entrada sobre la felicidad, totalmente sincera y con lo
que pensaba en aquel momento. En 2022, en otra etapa distinta, con más pérdidas
y otras vivencias escribí otra entrada. Se parecían en cosas, pero había
diferencias. Y ahora, tres años después, sigo reflexionando sobre eso, y
pensando igual pero a la vez muy distinto.
Cuando era adolescente y
salía con la pandilla, cuando nos íbamos a discotecas o salíamos por la noche,
nuestra prioridad era pasarlo bien. Pues una vecina de mi abuela siempre le
decía que en el fondo íbamos a la caza de novios, como hacía ella cuando en sus
tiempos iba al baile. Yo era muy joven y me defendía apasionadamente, hoy en
día seguramente no gastaría ni una palabra en eso, pero se equivocaba porque no
existe la verdad absoluta. Yo, al menos yo, salía a pasarlo bien. Me encantaba
hacer planes durante la semana. A veces nos poníamos de acuerdo todos a la
primera y nos íbamos al cine y a merendar, pero otras unos querían ir a nuestra
discoteca favorita y antes a jugar al “duru” (si sois de Gijón me entenderéis),
o a tomar algo por nuestra zona preferida y a cenar al restaurante chino, o…
El caso es que disfrutábamos
buscando los planes, y luego preparándonos para salir, y saliendo, claro.
También estaban esas comidas familiares de domingo a las que íbamos de doblete,
jajajaa. Yo siempre he madrugado bien y disfrutaba, mi hermana en cambio no era
persona y solo quería estar durmiendo. Pero en esas ocasiones ni buscaba amor
ni felicidad.
Para mí la felicidad a día
de hoy consiste en tomar un chocolate sentada en una mesa desde la que veo la
ciudad, tapada con una manta calentita, con gatos y perros a mi alrededor
mientras le cuento a mi marido como ha ido el día.
Ya que pongo a Rodrigo Cuevas pues elijo una actuación que vi y en la que participan mis hijos.
Es comer con mis hijos y sus
novios los domingos. Es compartir whatsapp tontos con mi hermana o hablar por
teléfono con mi suegra mientras preparo la cena.
La felicidad es ver el
arcoíris cuando lleva horas lloviendo, es estrenar un pantalón de cuadros y saber
que la gente está bien.
Es todas esas cosas que
compartí en el post del martes.
Con el amor pasa igual.
Obviamente si nos encerramos en casa y no vemos a nadie, difícilmente lo
encontraremos. Para empezar, no es algo que todo el mundo quiera, no es algo
obligatorio como tener DNI, pero si se quiere, pues podemos poner un poco de
nuestra parte, pero me parece absurdo gastar los días buscándolo, o como dice
una canción que adoro: y aún me parece mentira que se escape mi
vida imaginado que vuelves a pasarte por aquí… No podemos dejar que la
vida se escape.
Para ir terminando os diré, que después de un mes de enero con
pérdidas de gente muy joven y cercana, con complicaciones varias y días largos
y fríos, con un febrero terriblemente largo y un marzo que no va mal pero tiene
sus cosas, siempre valoraré ver amanecer, poder contar las estrellas y buscar
alguna constelación, y seré feliz si los míos lo son. A veces, un abrazo
perruno me llena tanto que podría detener el mundo unos instantes.
Para terminar os diré que
nunca busqué el amor y la felicidad, quizás porque, como dice Rodrigo Cuevas
siempre me acompaña, por eso canto a los ríos y a la montaña. Pero aunque no me
acompañase, preferiría esperar tranquila, en mi rincón de reconexión, porque
tal vez quisiera llegar, acompañado de la felicidad. Le esperaría tranquila,
escuchando música, leyendo o escribiendo.
Muchas gracias a todos por
leerme y nos vemos el lunes con algo nuevo.
Muy feliz finde.