Mis trucos para ahorrar y saborear el verano; se puede hacer.
Mirar el mar siempre relaja |
Hola a todos!!!!!!!!!!!!!!!! De nuevo me paso
por aquí para contaros las cosillas que se me van ocurriendo.
Estos días de verano estoy disfrutando mucho,
no paro de hacer cosas, y muchas de ellas no llevan ningún gasto, es algo que
todos podemos hacer.
Por eso me llama la atención que mucha gente se
lamente y se queje porque no puede hacer nada por culpa de la crisis. No me
refiero, obviamente, a esas personas que se han quedado sin casa y que están en
situaciones desesperadas, me refiero a muchos casos donde lo que realmente les
falta es la ilusión.
Me he dado cuenta hace mucho, de hecho lo he
comentado en alguna entrada antigua, de que la gente es demasiado cómoda, no intenta
hacer nada diferente para saborear la vida, se conforman con pasar el día con
los niños en el parque más cercano a su casa y yo creo que la vida es tan corta
que hay que vivirla y buscar algo diferente.
Me gustan los puentes, son señal de continuidad. |
No me considero una persona experta en nada,
por eso nunca doy consejos, solo opiniones o ideas, y hoy me apetecía compartir
un poco las ideas que yo he aplicado muchas veces en mi vida, y que sigo
aplicando.
Ya he dicho muchas veces que odio la rutina,
pero a pesar de eso creo que para poder disfrutar y arreglarnos con pocos recursos
lo mejor es organizarse y planificar.
En mi
vida tuve épocas económicas buenas y otras bastante ajustadas, y en todas pude
hacer bastantes cosas, simplemente se trata de poner interés.
Lo primero que yo siempre hago es lo que yo
llamo fondo de despensa o de nevera. El día que en mi casa cobramos intentamos
hacer una serie de compras, pues aunque es un día un poco perdido luego merece
la pena.
Ese día siempre compro con lógica, no me gusta
llenar el carro a lo loco, y antes de salir de casa reviso la despensa.
Creo que la base alimenticia en una casa son
las legumbres, así que hago un cálculo y compro para el mes, al menos las más
básicas, por ejemplo lentejas, garbanzos, alubias blancas y pintas. Y no me
olvido de meter arroz, pasta de sopa, macarrones y espaguetis. Con esto y unos
esqueletos de pollo que siempre tengo congelados para preparar caldo ya tengo
unos primeros platos asegurados.
Otra cosa que suelo hacer es comprar unas bases
de pizza que dejo reservadas, me sacan de mil apuros.
Y en la despensa meto cosas básicas en plan latas de atún, latas de champiñones laminados para la pizza o cualquier complemento, tomate frito,latas de pimietos, guisantes, cosas que o se estropean.
Si tenemos un congelador grande nos será de mucha
ayuda. Yo suelo congelar mucho, pero aquí si que hay que ser ordenado para
llevar un control.
En mi casa gustan un montón las croquetas así
que me pongo un día a hacer de queso, de pollo y de jamón, y las guardo en
recipientes, ya formadas y pasadas por pan rallado, me sirven para solucionar
alguna cena o segundo plato, o por si viene alguien de repente, que me ha
pasado mucho.
En el fondo soy como las ardillas que "roban" las nueces a este precoso nogal, me gusta guardar. |
El día de cobro suelo comprar unas verduras
básicas, y preparo paquetitos para sopa o pure. Los de puré son variados y en
trocitos regulares, suelo meter zanahoria, ajo, cebolla, calabacín, calabaza y
algo verde, voy variando. Y la sopa lo mismo pero en cuadraditos diminutos. Si
hago un caldo de pollo y añado un paquete ya tengo un primer plato de cena
asegurado.
Otra costumbre que tengo y es un buen truco es
contar las raciones de carne o pescado y congelar lo que sobra. Por ejemplo si
compro filetes de pechuga o ternera separo los que vamos a comer, uno o dos por
persona, y lo que sobra lo congelo apuntando lo qué es, y me sirve para una
ensalada César, unos nuggets o unas croquetas el pollo y la ternera para una
boloñesa o canelones. Con el pescado en rodajas hago igual, y lo que sobra
queda para fritos.
Me gusta que los desayunos sean sanos, así que
además de un súperzumo del que ya he hablado con hortalizas y frutas tomamos colacao o café con leche, unos una cosa
y otros otra, así que a primeros de mes me surto de colacao y café. Y para acompañar
compro pan de molde, normal e integral, galletas sencillas tipo María o
integrales y corn flakes normales. Ahora compramos unos en el Lidl muy baratos
que trae dos bolsas y duran un montón. Huyo de la bollería, y n solo porque se
gasta un montón sino porque no aporta más que grasa, calorías y colesterol.
Teniendo desayunos, algunas comidas y cenas resueltas hago el resto de la compra, la leche, el detergente, aceite, azúcar y esas cosas.
Sabéis que me encantan las infusiones, pues cuando
compro siempre cojo un par de bolsitas y las meto en una caja de lata que
tengo, y a final de mes tengo un remanente.
Hago igual con aceite, café, azúcar, meto un poco en unos tarros y me olvido de que lo tengo, es para emrgencias u olvidos.
También guardo todas las muestras que me dan o
que entran en los geles o demás artículos de higiene. Y a veces, separo un poco
de colonia, gel o champú y la guardo para finales de mes.
Si quedan pocos días para acabar el mes y
evitamos comprar un champú, una infusión, azúcar o un poco de pollo para una ensalada podremos
usar el dinero que nos queda para disfrutar, tomar unos helados, hacer una
excursión un poco especial, nos da para gasolina, por ejemplo.
Mirando estos paisajes pienso que la vida no está hecha para lamentarse. |
Mi forma de pensar puede parecer rara pero yo
creo que la infancia dura muy poco y hay que intentar que sea una época mágica,
por eso los niños no tienen por qué enterarse de nuestros apuros. Y eso podemos
hacerlo con ilusión, que es la mejor cualidad en una madre o en un padre.
Si tenemos un sueldo un poco justo, como casi
todos hoy en día, ellos no tienen por qué saberlo si son pequeños, cuando va creciendo yo pienso que hay que hacerles ver las cosas, pero con 4 o 5 años para un niño tener poco dinero es ser pobre como en África, no saben medir como nosotros y cada cosa tiene su edad.
Si compramos como yo os digo y hacemos un menú
semanal, podemos saber de cuánto dinero nos queda libre para diversión, e
intentar estirarlo.
En mi ciudad, y supongo que en muchas otras,
hay muchas actividades gratuitas, así que tenemos que aprovecharlas. Gracias a
Internet podemos estar al día de las actividades. Este año hemos tenido teatro,
música en la calle, actualmente hay
conciertos de música clásica gratis por toda la ciudad, ferias, concursos en la
playa de castillos de arena, de todo. Pues se pueden aprovechar esas cosas, es
un dinero que nos ahorramos y ellos harán amigos y guardarán un recuerdo bien
bonito para el futuro.
Y los días que no tengamos actividades, o que
no nos apetezca ir, podemos aprovechar los muchos lugares con encanto de cada
ciudad.
En todas las ciudades hay parques donde disfrutar. |
Aquí tenemos muchos museos con un día gratis, y
algunos son ideales para críos, por ejemplo el del Ferrocarril, pueden pasar la
tarde entretenidísimos, y además muchas partes están en la calle así que toman
el aire. El Jovellanos y el Piñole son gratis, y de vez en cuadro ver cuadros
está bien para que aprecien el arte y aprendan a comportarse, pero eso sí, explicándoles
las cosas para interesarles y evitar que correteen por todo el museo. O la
exposición de la Caixa de la que hablé en el último post, es muy interactiva y
divertida. Y las Termas romanas, con su esqueleto les suelen gustar mucho.
Me encanta variar de parque, este tiene mucho encanto. |
Por supuesto, en verano la reina es la playa.
Es gratis, en Gijón tenemos varias así que podemos elegir la que más nos guste o
ir variando para que no se aburran, y es una forma ideal de pasar el verano.
La playa siempre es una gran aliada. |
Cuando mis hijos eran pequeños, para que no se
aburrieran, muchas veces alternaba. Si un día iba a la playa por la mañana, por
la tarde los llevaba a un parque o a montar en bici, ya os hablé del Parque Infantil
de Tráfico, es gratis, te dan la bici y es genial. Y al día siguiente por la
mañana hacíamos otra cosa, dar un paseo o ir a un parque cerca de casa y
pasábamos la tarde en la playa, en otra zona, por ejemplo en el pedrero
buscando cangrejos. Ya sé que no deja de ser lo mismo, pero a ellos les da la
sensación de ir variando, si un día vas de tarde y otro de mañana y lo combinas con otra actividad parece otra cosa.
Los alrededores de Gijón tienen muchos parques,
así que lo que yo hacía, y aún hacemos a veces aunque sean mayores, es ir de
pic nic a ellos.
Este parque siempre me recuerda a Central Park, con los edificios al fondo. |
Para que no parezca aburrido un día vamos en
bici a comer y otro día vamos a otro parque, andando y a cenar. No hace falta
gastar, nos llevamos lo que tenemos en casa, una tortilla, una ensaladilla o
cualquier cosina. Y si un día es playa, otro picnic, otro una actividad, otro
bici y vamos variando el verano es divertido, original y nuestros bolsillos
sobrevivirán.
Conozco muchas madres que no quieren verlo así.
Como soy muy insistente alguna vez logré hacer que me acompañaran y pasamos
tardes muy divertidas, sin gastar y además menos estresantes que el parque,
donde los críos acaban chillando, agobiados con el calor, y corriendo de un
lado a otro porque se aburren de hacer siempre lo mismo. Una de las madres a
las que convencí ahora piensa como yo, y los últimos años de infancia de su
hija los aprovechó así, y como ella dice; ”tenía que haberlo visto antes, la
pobre nena se tragó demasiad parque y yo demasiado estrés”.
Además, si nos ajustamos con nuestros gastos de casa algún
día podemos comprar a la vuelta un helado o algo que les guste.
Ir de excursión en bici siempre reconforta. |
O de vez en cuando ir a un merendero, en
algunos puedes llevar la comida y solo es necesario comprar la bebida. Lo
importante es estar juntos y pasarlo bien.
A mí me encanta esa sensación de vuelta a casa
después de jugar toda la tarde o pasear,
yo lo llamo volver a casa deliciosamente cansados.
Si los chicos son mayorcitos, como en mi caso,
llevamos una pelota (eso no tiene edad) o unas cartas, o un libro, que nada hay
mejor que leer bajo un árbol, junto a un río.
Me encanta encontrar rincones secretos. |
Así que ya para ir acabando, creo que ajustando
las compras, dentro de lo posible porque la alimentación para mí es sagrada,
pero ajustándonos y poniendo ilusión podemos tener una vida feliz, con
altibajos, pero feliz y llena de recuerdos. Y aunque los hijos vayan creciendo
podemos hacer muchas cosas, solo hay que ir adaptándose. Cada instante que se va no vuelve, así que
hay que dejar de protestar. Cuando estoy en la cola del súper hay gente
protestando, en el parque o en la playa siempre hay alguien quejándose, da
igual donde estemos que la gente protesta. Y yo a veces me siento un poco tonta
porque con un bocadillo y un paseo en bici al atardecer ya soy feliz. Pero es
que ese tiempo que pierden protestando lo están perdiendo también de vivir, de
reírse, de dar un abrazo, de acariciar a un perrito o de charlas con sus
amigos.
Bueno, ya está bien de protestar yo, y vamos a
centrarnos en lo que importa, en saborear despacio la vida, y ahora mismo el
verano, que ya nos queda poco. Por cierto, ¿habéis cogido moras? Yo pocas,
otros años cojo un montón así que a ver si en breve tengo la despensa llena. Mil besos para todas
y nos seguimos viendo por aquí.