Reflexión del jueves: El lado bueno del mundo on line
Hola a todos bienvenidos un día más. ¡Ya estamos a jueves!
A pesar de los pesares el tiempo vuela.
Hoy es el día del post
reflexivo, y os recuerdo que es una entrada que escribo sobre la marcha,
improvisando. Y ahora, sin más rollo, empezamos.
Creo que ya dije alguna vez
que, por lo general, siempre estoy leyendo alguna novela de Agatha Christie, suelo combinarlas con
mi lectura actual. Pues el otro día, estaba sentada debajo del saúco, leyendo
una de relatos cortos y me quedé con una frase de Poirot: He llegado a la edad de
la reflexión, Monsieur. Pues creo que yo también, mi marido y yo
llevamos una etapa de lo más reflexivos, jajajaja.
Y esto me lleva a hablar de
redes sociales, pero desde un punto de vista bueno. Yo tengo dos cuentas de
facebook, una para el blog (en la que no he sido capaz de entrar, algo he
tocado, a ver si lo arreglo ya) y otra con mis amigos cercanos, mis primos, mis
cuñados y poco más. Y soy un desastre, nunca hablo con nadie ni comparto nada,
para eso tengo whatsapp o nos vemos, pero estoy en grupos de fotos de mi barrio
de la infancia de mi ciudad, y eso me gusta.
Ya os conté que hace un
tiempo encontré una foto de unos vecinos de mi infancia, ya fallecidos. Ella
nos había regalado una gran botella donde mi madre metía monedas las gastábamos en algo cultural (lo conté aquí).
Pues esta semana me ha
pasado algo parecido. Cuando era pequeña había un kiosco en mi barrio que era
el mejor lugar del mundo. Vendía de todo, pero de todo, y además encuadernaba,
se intercambiaban novelas y siempre olía de maravilla. Lo llevaba una señora
viuda, que en su juventud había sido camionera, y era famosa por su paciencia
con los niños. Nos atendía con una sonrisa, sin prisa, mientras comprábamos
cinco cosas diferentes con un duro. Y se sabía los nombres de todos. Todo el
mundo la adoraba.
Con el tiempo se jubiló, sus
hijos eran mayores y uno de ellos fue un político conocidillo en mi región.
Yo la vi por última vez hace
casi 20 años, y seguía igual de encantadora. A veces me acordaba de ella y me
habría gustado tener alguna foto.
Por otro lado, este verano
falleció una amiga y estuve algo nostálgica estos días. Estaba mirando las
últimas fotos que habíamos compartido en facebook y una de ellas era de una
página de su pueblo. Y mirando la página vi que el político hijo de la
kiosquera tenía facebook e interactuaba un poco en esta página que os digo.
Entonces miré el perfil, a ver si ponía algo personal. Y sí. La vi. Era una
foto de cumpleaños, el 90 cumpleaños y estaba igual que yo la recordaba, como
una abuelita de cuento, con el pelo blanco y esponjoso y sonriendo con los
ojos.
Cuando yo era adolescente
hacía muchas fotos y grababa vídeo, pero no como ahora, y claro, nos faltaban
cosas. Mi abuelo sufría porque no tenía fotos de sus padres (un incendio) y
apenas recordaba sus caras, y ahora, con tocar unas teclas, podemos encontrar
tesoros.
Hace un par de años encontré
una publicación que me dejó sin palabras. Un tío de mi padre fue un ilustrador
muy prestigioso, y pionero en muchas cosas. Pues encontré, en una página
especializada, una entrevista en una revista, con fotos de él, de mi tía abuela
y de su hijo, mi primo segundo, aunque nosotros decimos que somos primos, a
secas. También había fotos de algunas de sus ilustraciones, unas que están en
México. No os podéis imaginar la sorpresa de mi primo cuando lo vio.
Sé que las redes tienen
parte negativa, el anonimato incita al odio, todas las cosas tienen su lado
malo. Y en ese caso lo mejor es ser prudente y tener un poco de cuidado. Yo,
por ejemplo, soy incapaz de exponer a mis hijos, ahora son mayores, pero cuando
eran pequeños menos aún, son personas por las que debo velar. Obviamente, cada padre hará lo que quiera,
pero yo no. Y me gusta también ser anónima porque tengo la sensación de
libertad. Que ya he desvirtualizado a gente, y me han reconocido, pero bueno,
me gusta mantener mi privacidad.
A ver, que me desvío. Los avances y progresos
siempre tendrán cosas buenas, y las redes sociales, también. Nos permiten
recuperar a gente con la que habíamos perdido el contacto, yo recuperé a
personas, gente con la que me llevaba genial pero fuimos perdiendo el contacto.
También nos permite ver como eran muchos lugares hace años, y suele haber
comentarios que aportan mucho. Hace años salió en un grupo de facebook la casa
donde había nacido mi padre y algunas personas contaban anécdotas preciosas.
También nos distancia y nos
encierra, lo sé. Como dijo el maravilloso Serrat,
cuando fui a su encuentro este otoño, junto a Iñaki Gabilondo: no conocí a mis
vecinos hasta que llegó la pandemia y salíamos a aplaudir a los sanitarios. Y
por cierto, qué rápido se nos ha olvidado todo.
Pues sí, a veces no
conocemos ni a los vecinos, tenemos un mundo on line y poco of line. Pero yo
creo que se puede tener todo, el término medio es maravilloso.
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Ver a Serrta fue un sueño cumplido, y entradas on line, otra ventaja más |
Cuando era adolescente me
imaginaba muchas cosas, pero nunca que tuviéramos al alcance de la mano
cualquier información. El domingo, mismamente, vi unas plantas raras a la
orilla del río, y saqué el móvil y las busqué en la aplicación que llevo siempre.
Pues tenía razón, son urticantes para los perros y lo supe al momento.
Bueno, no quiero extenderme
demasiado, solo diré que sin esos avances mágicos del mundo de Internet no
estaría aquí, escribiendo para gente desconocida, y también para conocidos, ni
habría encontrado personas maravillosas que comparten algunas de mis aficiones.
Cuando Michael J. Fox, o
Marty McFly, como prefiráis, llegó a 2015
volábamos sobre patinetes y vestíamos como galácticos, pero nunca imaginamos que
podríamos hablar de manera instantánea con alguien de Panamá, Brasil o Estambul,
que compraríamos sin movernos de casa o que alguien se grabaría haciendo la
comida y miles de personas lo verían.
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Algunas veces me gustaría tenerlo |
Bueno, pues hasta aquí el post.
Quedémonos con lo bueno y valoremos ese regalo que nos permite recuperar amigos
y hablar unos con otros, aprender
descubrir.
Muchas gracias por leerme y muy feliz jueves.