jueves, 16 de marzo de 2017

Jueves reflexivo; la noche nos envuelve


Hola a todos y bienvenidos un jueves más. ¿Qué tal la semana? Espero que genial. Yo estoy aquí con mi gato y mi desayuno, si, lo confieso, además del café tengo un pastel muy rico esperando, mmmmm.

Ya sabéis que el post de hoy es improvisado, de hecho voy tarde, son las 8:04 y quiero hacerlo rápido así que espero que me perdonéis las faltas y los errores. 
Y sin más rollo empezamos.

reflexión

Como de costumbre tenía dudas sobre el tema de hoy, pero me he acordado de un paseo de noche que di hace una semana. Veo que cuando hablo de mis paseos os gustan bastante, así que me animo a compartir este.

Hace unos días mi hija se fue a Madrid(lo que nos gusta Madrid) y a la vuelta el autobús la dejaba en la parada a las cinco de la madrugada, así que la fuimos a buscar en plena noche.

No sé porqué pero la noche me inspira. Cuando paseo a esas horas en que todo es silencio mi cabeza empieza a imaginar.

Ese día o más bien noche, nada más salir del portal nos recibió una bocanada de aire frío, como recordándonos que a pesar de los veintimuchos grados que teníamos por el día seguimos en invierno.

Y entonces, bien arrebujados en nuestros abrigos emprendimos el camino de la estación.

Al poco rato nos cruzamos con un sereno, y yo, cada vez que veo un sereno me ilusiono porque me recuerda a las pelis de los sesenta, o a las primeras temporadas de Cuéntame. Ainnnnns, y también me recuerdan a aquel capítulo de Barrio Sésamo en el que Espinete se dejaba las llaves dentro de casa y llamaba al Sereno desesperado.

En mi caso son personas normales que dan seguridad cuando los ves, y que ayudan en lo que haga falta. Muchas veces pienso que serían unos protagonistas geniales para un relato, o para una novela, si contasen todo lo que ven de noche(como en Con la noche a cuestas).

Cuando dejamos atrás al hombre empiezo a mirar a mi alrededor y veo que todas las casas tienen las luces apagadas, las persianas bajadas y las cortinas echadas, pero de vez en cuando se ve alguna con luz, y empiezo a imaginarme la historia de las personas que la habitan.

A veces es una ventana de un edificio alto, un único puntito de luz en medio de la oscuridad, y otras está en la parte baja de algún edificio antiguo y tranquilo, y me pregunto si quien mantiene esa luz prendida será un estudiante preparando sus exámenes, cansado y ojeroso al que su madre le lleva café y le anima como mi madre me hizo a mí y como hago yo con mis hijos.

O tal vez es un trabajador que entra en el turno de las seis de la mañana, como lo hacía mi padre, tomando un café negro de un trago y enfrentándose al frío para que a los suyos nunca les falte nada. Me imagino incluso el beso de despedida de su esposa, que vuelve a la cama a dormitar unas horitas más mientras se siente culpable por la ausencia de su marido.

O quizás simplemente es alguien que no puede dormir, como me pasa a mí muchas veces, y se ha levantado a calentar un café o una infusión.

Seguimos caminando y en la calle tan solo se escucha el retumbar de nuestros pasos, y la verdad es que nos da miedo a hablar para no perturbar esa paz que nos acompaña.

Cuando nos toca atravesar un parque me doy cuenta de lo diferente que es en ese momento, tan solo unas horas antes rezumaba bullicio y alegría, los niños corriendo y las mamis hablando llenaban de vida ese fantasmagórico lugar que ahora era parte de nuestro camino.

Y entonces llegamos a la estación, bastante antes de lo necesario, así que toca esperar, y además muertos de frío.

En vez de quedarnos en el andén decidimos ponernos en una zona desde la que veríamos llegar el autocar, así se calmaba un poco nuestra impaciencia. Y nos apoyamos en un escaparate para contemplar la vida de la estación.

Siempre me han inspirado mucho las estaciones pero a esas horas apenas hay nadie. Cuando llevábamos unos cinco minutos esperando vemos llegar una furgoneta cuyas letras en los laterales indicaban que pertenecía a una frutería, y aparca justo delante de donde estábamos nosotros.

Con lo que me gusta a mí imaginar historias le dije a mi marido que no me creía que fuese una furgoneta de reparto, no me imaginaba donde podían dejar fruta a aquellas horas. Seguro que cuando se abriese la parte de atrás habría una banda de asaltadores de casas o contrabandistas, seguramente venidos del este. Me imaginaba el interior de la furgoneta como el interior del camión de Black Dog.

Mientras yo hablaba un par de chicos se habían bajado de la furgoneta, habían abierto la parte de atrás y llevaban unas cajas de fresas. Aquello cada vez me parecía más sospechoso y le dije a mi marido que en cuanto empezasen a andar iba a seguirlos porque me podía la curiosidad.

Ya estaba ansiosa por saber dónde iban cuando veo que se acercan a nosotros y nos dicen educadamente que les permitamos pasar. Entonces nos giramos y vemos que el escaparate en el que nos habíamos apoyado era ¡¡¡Una frutería!!!! Y los chicos tenían una llave y entraron a dejar ¡¡¡Fruta!!!! Uffff, que tonta me sentí.

Los que alguna vez hayáis ido a la estación de Gijón sabréis que sitio os digo, es una tienda de fruta y legumbres.

Ante la vergüenza nos pusimos en otra zona, esta vez dispuestos a esperar como la gente normal. Pero cuando llevábamos allí un ratito vemos llegar  a toda velocidad una furgoneta muy muy parecida a la de los libios a los que Emmet Brown robaba el plutonio en Regreso al futuro. En ese caso fue mi marido el que lo dijo, y yo quise creer que algo emocionante iba a ocurrir, pero simplemente se paró frenando en seco en una zona en la que no se puede aparcar, y se bajaron dos señores mayores. Un chico se bajó para darles unas maletas y volvió a subir. Sin decir ni adiós arrancó con la misma prisa con la que había venido.

Y los señores fueron caminando despacio hasta un autobús que estaba en marcha y que arrancó y se fue sin ellos, así que se quedaron allí hablando con el personal de la estación, supongo que intentando arreglar el tema. Yo estaba intrigada y quise acercarme a ver en qué quedaba el asunto, pero en ese momento llegó el autocar con mi hija y se me olvidó todo lo demás.

El camino de vuelta a casa ya no fue tan silencioso. Hablábamos en voz baja para no despertar a toda la ciudad pero ella llegó cargada de cosas que contar y nosotros la habíamos echado de menos, así que las aventuras de la estación pasaron a un segundo término.

Y ya en casa nos tomamos una infusión bien caliente y ella se fue a dormir para recuperar el sueño perdido, mientras nosotros empezábamos un día normal, y poco a poco el frío de la noche y las extrañas historias que se nos ocurrieron en la estación se fueron diluyendo con la luz y el calor del día.

Y hasta aquí mi historia, como de costumbre no he llegado a ninguna parte pero me apetecía compartir esas cosas que se me ocurren a veces y que me entretienen.

Muchísimas gracias por leerme y nos vemos el sábado con el repaso semanal.

Muy feliz jueves a todos.

40 comentarios:

  1. Me encanta como escribes!
    Un besaazo

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  2. Lo que puede dar de sí absolutamente nada con tu maravillosa imaginación, jaja.
    Un abrazo.

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    1. Jajaja, es que el tiempo de ocio da para mucho.
      Un abrazo.

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  3. A mí también me encanta la noche, Gemma, aunque en ese Madrid que tanto te gusta (y a mí también) según que zonas es complicado encontrarse las calles vacías, por muy de noche que sea, y es que a los madrileños nos gusta mucho trasnochar, jajaja.
    Yo suelo quedarme a trabajar con el ordenador hasta las tantas de la noche, es cuando hay un silencio total en la casa, y me gusta esa tranquilidad. Cuando miro por la ventana y veo en los edificios de enfrente una luz encendida también me gusta fantasear sobre el porqué hay alguien a esas horas despierto (como yo).
    Genial reflexión la tuya, y me encanta comprobar cómo coincidimos en algunos gustos/manías.
    Un beso.
    P.D. En Madrid ya no hay serenos (que yo sepa) si acaso algún guardia de seguridad de algún edificio con protección especial.

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    1. Ayyy Madrid, siempre apetece volver.
      Es que no sé que pasa que la noche inspira para imaginarnos las vidas ajenas.
      A mí también me alegra coincidir en gustos y aquí tampoco había serenos pero hace unos 14 o 15 años crearon una especie de cooperativa y los tenemos vigilando los negocios y portales, y da mucha tranquilidad.
      Besos y feliz jueves.

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  4. Yo sé que eres de dormir poco, tus biorritmos son muy nocturnos.A mi me pasa justo al contrario, a partir de las 9 de la noche ya ni carburo, jajaja!
    Un besazo!

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    1. Jajaja, hasta hace tres años dormía bastante pero ahora la noche da mucho de sí, jejejeje.
      Besos.

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  5. La noche da para mucho, y MAdrid de noche, o de post noche, es para vivirla.
    Besos!

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  6. Tienes una imaginación portentosa y cuentas esas experiencias personales como si escribieras una novela. Ciertamente la noche inspira la imaginación y nos preguntamos qué harán los demás a esas altas horas de la noche o primeras de la madrugada despiertos. A veces pienso que hay mucha más gente de lo que creemos que tiene actividad nocturna, que vive y trabaja de noche.
    Muchas de tus vivencias que cuentas aquí me hacen recordar las mías, como cuando vivíamos en Madrid, que mi hija mayor ya era una adolescente y los sábados por la noche salía de "juerga" con las amigas y la iba a buscar a la salida del metro, el último servicio que creo que era a eso de las dos de la madrugada. Y yo solo, esperando dentro del coche, observaba a la gente que salía de la estación y me imaginaba historias sobre ellos.
    De todo lo que has contado, lo que más me ha llamado la atención es lo del sereno pues se me antoja algo del pasado, cuando la gente que había olvidado la llave del portal gritaba sereeeenoooo. Y él contestaba ya vaaaaa. jajaja
    Un abrazo.

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    1. ¡¡¡Gracias!!!!
      Ayyyy me encantaría estar en el coche junto al metro de Madrid de madrugada.

      Ya decía más arriba que aquí habían quitado los serenos pero hace unos 15 años que han vuelto y vigilan los negocios y portales.
      Un abrazo.

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  7. Como me gustan tus jueves. Por desgracia aquí no hay serenos ya. Y la verdad es que como dices, son un personaje que valdría para una historia de suspense o de cualquier otra cosa. Son inspradores.
    A mí también me encanta imaginarme historias de la gente en las ventanas. Yo antes vivía en un edificio en el que te salías a la terraza y veías un montón de terrazas más. Era perfecto para imaginar vidas.
    Un besillo.

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    1. ¡¡¡Gracias!!!
      Es una pena que no existan ya, aquí son una especie de cooperativa y les va bastante bien.
      Ayyyy qué chulo salir a la terraza a ver terrazas, es muy inspirador.
      Besos.

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  8. me ha encantado esta entrada! los serenos los he conocido por los tebeos antiguos de bruguera. se les llamaba dando unas palmadas. en aquella época las calles a altas horas de la noche debían de estar casi desiertas.
    pocas veces en mi vida he estudiado por la noche. por naturaleza me suele costar conciliar el sueño, pero bastaba pensar que tenía que estudiar para caer como un tronco...
    lo de los fruteros estuvo genial. me ha recordado a los equívocos de las historietas de mortadelo y filemón, que escuchaban una conversación diciendo por ejemplo "ya tengo preparada la bomba", y cuando iban a detenerles resultaba que era una bomba hidráulica... cosas así. :D
    besotes!!

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    1. ¡¡¡Muchas gracias!!!
      Pues aquí también están casi desiertas, y los serenos le dan cierta seguridad.
      Jajaja, oye pues quizás has encontrado un remedio para el insomnio, piensa que tienes que estudiar, jejeej.

      Siiii, en casa yo también pensaba que parecía sacado de un tebeo, la historia que me monté yo solita, jejeje.
      Besos.

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  9. Cuantas aventuras nocturnas, que de cosas pasan cuando el resto del mundo aun duerme, y que curiosidad nos da todo lo que desconocemos. Lo que mas me ha llamado la atencion es el sereno. Pero, Aun hay serenos? Ya veo que si, me sorprende, pensaba que ya era una profesion extinta. Muy bonito post.
    Besos!

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    1. Siiii, especialmente la curiosidad, a mí me intrigan muchas cosas, jejeje.
      Veo que lo del sereno llama mucho la atención. Aquí están por varias zonas y vigilan los portales, los garajes y bajos comerciales, es una profesión que han rescatado.
      Besos.

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  10. Yo es que iría muerta de miedo porque soy una gallinita...
    Por cierto, muy fuerte lo tuyo con la furgoneta de la frutería (sí estuve en esa estación pero iba con tanta prisa que no me fijé en nada...). Cuando yo salgo por las mañanas (más bien noches) a trabajar, siempre están en la carnicería con la furgoneta descargando. Es que en ese tipo de negocios la gente va muy tempranito a la lonja o al mercado. Vamos, que no me hubiese llamado tanto la atención ver la furgoneta de la frutería (y sí, he soltado todo este rollo para esto).

    Besotes!!!

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    1. Jajaj, yo no estaba sola sino también tendría miedo.
      Si, aquí los pescaderos van a la lonja temprano pero esto fue a las cuatro y media de la madrugada, eso ya no es ni temprano...
      Besos y me ha molado el rollo, de aquí sale un anuncio pesadillesco, jeje.

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  11. Lo que da la noche y la imaginación. Como siempre me encantan tus jueves reflexivos, cuando llega este día estoy deseando leerte.
    Ah aquí hace años que no hay serenos. un beso. TERE.

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    1. Ayyyy muchas gracias por tus palabras.
      Estoy empezando a creer que solo hay serenos en Gijón.
      Besos.

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  12. No sabía que todavía hubiese serenos, me ha sorprendido!

    Me resulta curiosos que si yo hubiese visto la furgoneta también me hubiese puesto a fantasear, pero luego no soy capaz de acordarme cómo para contarlo y tu eso lo haces genial!

    Yo imagino historias pero se quedan ahí, en el paseo no me vuelvo a acordar de ellas, por cierto! te encantaría mi vecino para inventar porque a mi me tiene muy intrigada, a todas horas hay luz! por la noche cuándo me levanto con los niños, cuándo me levanto yo, durante el día.... ahí hay mucho que investigar jaja

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    1. ¡¡¡¡Hola!!!!
      Jajaj, al final la estrella de la reflexión es el sereno. Si, son una especie de cooperativa que vigila bajos comerciales, portales y garajes.

      Jajaja, a mí me pasan cosas muy raras con la memoria, la tengo muy buena para unas cosas y realmente mala, pero mala mala para otras.

      Ayyyy qué intriga con el vecino, hay que investigar.

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  13. Me ha hecho sonreír esa imagen de los serenos, en mi caso no los he conocido más que en las series y desde luego en mi ciudad hace años que no existen y pensaba que en todas partes había pasado lo mismo. Ya veo que no.

    Vaya imaginación Marigem ideal para hacernos sonreír con esas fresas y para contar relatos.
    Un beso

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    1. Siiii, aquí seguimos teniendo serenos, bueno más bien han vuelto.
      Me alegra mucho que te guste, a veces me monto cada película...Besos.

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  14. Qué gran imaginación la tuya, Gema, ¡me sorprende que no te pases el día escribiendo relatos de ficción! jajajaja. La verdad es que me has tenido súper entretenida, loca por saber en qué quedaban todos los inicios de aventura que imaginabas. Bueno, también decir que las descripciones que haces de la noche y sus sensaciones me han encantado. ¡Un post chulísimo!

    Un beso.

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  15. No sabía que seguían existiendo serenos... Si que te ha dado de sí la noche. A mi me ha dado suelo sólo de leerte.

    Un besito

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  16. No sabía que seguían existiendo serenos... Si que te ha dado de sí la noche. A mi me ha dado suelo sólo de leerte.

    Un besito

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  17. Hola guapaa, ay lo que me he reido con la frutería, yo también soy muy peliculera y me imagino cosas, de pequeña tenía un amiga invisible, con eso te lo digo todoo!.
    Un beso guapaa

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  18. Genial tu relato. Tu imaginacion ha hecho una noche muy entretenida. Un beso

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  19. Yo también soy un ave nocturna(a la vista está mira que horas)me o inspira y mi Madrid como te echo de menos...ciudad con vida donde las haya tiene un encanto y magia especial...Besos y feliz finde!!

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  20. Yo también soy un ave nocturna(a la vista está mira que horas)me o inspira y mi Madrid como te echo de menos...ciudad con vida donde las haya tiene un encanto y magia especial...Besos y feliz finde!!

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  21. ¡Cuánta imaginación! Acabo de descubrir tu blog, y me ha encantado así que me quedo a seguirte. Nos leemos♥

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  22. caramba, que pasada asi sin mas, yo tambien soy nocturna

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  23. Sorprende lo distintas que se ven las ciudades por la noche, imagínate Madrid, que durante el día es un hervidero de gente de aquí para allá y en cambio llega la noche y salvo ciertas zonas parece una ciudad de esas de las películas abandonada. Un besazo

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  24. LO de la furgoneta es un misterio.
    Caminar por la noche en una ciudad vacía es mágico.
    Besos.

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  25. En Gijón¿quedan serenos?...que romántico.

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  26. Como me gustan tus historias!
    Me hizo mucha gracia la historia que le inventaste a los pobres repartidores de frutas jajajaj
    Seguro que los miraste con cara de sospecha jaja
    A mi también me encanta la noche y el silencio que la envuelve, cuando estudiaba siempre lo hacía por la noche y me encantaba pasarme noches en vela leyendo. Ahora por mi trabajo se me hace imposible. Así que solo trasnocho en casos excepcionales. Me alegra que tu hija ya haya vuelto de Madrid y ya esté en casiña.
    Un besazo preciosa!

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  27. Los ingredientes perfectos para despertar la imaginación. La noche, la estación, la espera, el sereno (¿todavía existe alguno?) todo ello es terreno para divagar, para soñar, desde la posición de observador paciente, con ojos para observar y cabeza para imaginar. Desde luego momentos como ese son los que recordamos siempre. Me ha encantado la naturalidad con la que lo has narrados y los detalles justos pero significativos para hacernos de "acompañantes" de esa noche. ¡Saludos!

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