martes, 20 de diciembre de 2016

Carta de amor

Carta de amor

Hola a todos. ¿Cómo va la semana? Ya tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina, todo huele a humo, frío y familia y el ambiente en las calles ya nos habla de momentos felices.

Hoy me atrevo a venir con algo escrito por mí, pero en vez de mostrar un relato de misterio como el de la semana pasada es una carta de amor. 

Participé con ella en un certamen hace 4 años y tuve suerte porque la eligieron ganadora.


En estos casos suelen pedir relatos inéditos y no se pueden publicar durante cierto tiempo, pero yo creo que ha pasado tiempo suficiente para evitarme problemas de derechos, vamos, es que ni creo que nadie del certamen o del jurado la recuerde.

La temática era carta de amor, debía desarrollarse en la zona del concurso y premiaban, entre otras cosas, la originalidad así que evité la típica carta entre novios o entre hombre y mujer y busqué algo un poco distinto. Espero que os guste, y me encantará leer vuestra opinión, podéis ser todo lo sinceros que querías que me gustan las críticas. Y allá voy. Ahhh, aclaro, que la historia es ficción, no he vivido todo lo que relato, cosas parecidas sí, peor la historia es ficción y más en aquel momento.

                                     EL LADO SOLEADO DE LA CALLE


                                                                                                   (...) Madrid; 14 de Febrero de 2013.


Empiezo esta carta sin saber muy bien que decir, y lo hago con el corazón cargado de sentimientos y emociones, porque hoy, precisamente hoy, hace cuatro años que me dejaste, justo un día como este, una mañana fría y soleada con el aire cargado de aromas amalgamados, una mezcla de invierno y primavera, y sí, hoy, precisamente hoy, hace exactamente mil cuatrocientos sesenta días que te fuiste, los he contado, así como he contado las horas y los minutos que llevamos separados. 

Y a cada instante que ha ido pasando desde entonces más grande he sentido el vacío que me dejaste y tiende a envolverme. 

En estos momentos estoy sentado en mi viejo escritorio, ese que está junto a la ventana y qué era donde pegaba los cromos de fútbol cuando era niño, ese que luego tuvo una bola del mundo y un flexo que me acompañaron en mi adolescencia y que ahora está ocupado por un frío ordenador. Pero tras pasar toda la noche en vela, en algún momento en que ya empezaba a confundir el presente con el pasado decidí quitar el ordenador y escribirte una carta, una carta de verdad, de las que a ti tanto te gustaban. 

Y aquí estoy, viendo amanecer. Casi sin darme cuenta el cielo oscuro salpicado de estrellas empezó a pincelarse de retazos anaranjados, y el barrio empezó a despertar. 
Primero fueron algunos pasos sigilosos de los que tienen que enfrentarse al nuevo día y abandonan el lecho con cuidado para no despertar a los que aún han de gozar de unas horas más de sueño. Luego fue el tintineo que hacen al chocar las tazas de loza de los madrugadores que apuran un trago de café negro y humeante y luego el ladrido de algún perro. Y de pronto la noche se quedó en el recuerdo, el barrio se llenó de vida y las líneas de luz de mis persianas empezaron a juguetear por el suelo y la pared. 

Y entonces, ante esa explosión de instantes y momentos, ante ese renacer del que me sentí excluido empecé a sentirme aún más solo. ¡Cómo te echo de menos! 
Siempre pensé que el paso del tiempo mitiga el dolor pero ahora, al vivir ese dolor en mi alma, al notar ese agujero en mi pecho que me presiona y me doblega, me he dado cuenta de que el paso del tiempo en realidad lo hace más grande, esa ausencia parece cobrar vida propia y solo puedo querer que vuelvas, necesito que recuerdes que estoy aquí, que espero que vengas a abrazarme y a hablar conmigo como solo tú sabías hacer. 

¿Te acuerdas de nuestros paseos por el barrio? Tú eras tan friolera que siempre caminábamos por el lado soleado de la calle, bajo esas casitas de ladrillo de arcilla, casitas de tres o cuatro alturas. Recuerdo que siempre íbamos de la mano, y cuando me preguntabas hacia donde quería ir yo siempre te decía; A la calle del poeta
No sé que tenía esa calle que tanto me gustaba. Y eso sí, siempre buscábamos el lado soleado de la calle, justo al contrario de lo que hacía todo el mundo, que buscaban un resquicio de sombra, un fresco que alejase el fuerte calor estival. Tú jamás tuviste calor, nunca te vi sofocada, y yo creo que eso es porque todo el calor que te faltaba había anidado en tu alma y en tu corazón. 

Ahora que el sol ya está en todo lo alto y la vida resplandece ante mis ojos me doy cuenta de lo mucho que te echo en falta. 
Desde que te fuiste no volví a las fiestas del barrio. No puedo hacerlo, sé que si lo hago vería tu dulce cara en cada esquina, oiría tu risa, esa risa alegre que siempre acudía a tus labios al verme olfatear el aire durante el concurso de paellas, pensando siempre en comer. Jamás he vuelto a las fiestas, esos días de inicio estival siempre me devuelven tu recuerdo, me gritan que el verano empieza y tú no estás para sentir su calor. 

A veces, cuando la nostalgia es demasiado intensa y siento que estar en casa me trae demasiados recuerdos voy al parque o a la plaza y recuerdo las historias que me contabas a la caída de la tarde, las aventuras de tu abuelo, ese indiano asturiano que un día tuvo que cruzar el Atlántico con solo unas alpargatas y un hatillo de ilusiones. 

Y hoy, cuando el ocaso venga a pintar mis recuerdos, mientras las lágrimas buscan un sentido a tu ausencia iré a uno de esos lugares que eran solo para nosotros, nuestro sitio secreto. Y cuando esté allí romperé esta carta en mil pedazos y los lanzaré al aire, y mientras vuelan cual mariposas salpicando este cielo de invierno que parece recién lavado los veré caer, y sé que caerán allí donde reposan tus cenizas, donde las lancé al viento un ocaso de hace cuatro años, sin más compañía que tu recuerdo. 

Y mientras todo esto ocurre pensaré en lo mucho que te quiero, y seguramente lloraré al recordar en todo lo que sufriste al saber que te ibas. Tú te negabas a decirme nada, te negabas a pronunciar esa fatídica palabra que empieza por c y que muchas veces significa decir adiós. Pero cuando tus horas ya eran pocas no pudimos evitarlo, nada importaron las súplicas y los juramentos; tuviste que decirme ese temido adiós. 

Y hoy, en este rincón que nadie más conoce pensaré en nuestros últimos momentos, y lloraré por todos esos sueños que quedaron por cumplir, y me enfadaré con el destino por arrebatarme a la persona que me ha querido de la forma más fiel, más intensa y verdadera, sin pedir nada a cambio. De esa forma en que solo puede querer una madre a su hijo. Y cuando todos los trocitos de papel estén en el suelo volveré a casa para intentar seguir con mi vida, esta vida de vacío y de ausencias, de dolor y rabia pero dulcificada por el color de tu recuerdo, y seguiré adelante feliz y sonriente, disfrutando de la vida y dejándome acariciar por los sueños y los recuerdos, sabiendo que en algún momento volveremos a encontrarnos. Pero hasta entonces no debes preocuparte, pensaré en ti y caminaré siempre por el lado soleado de la calle.

 Te quiere y te espera tu hijo; Juan.

                                          ***********************

Bueno, pues hasta aquí mi carta, espero que no se os haya hecho pesada. Sé que es triste, me gustan mucho las cartas alegres, de hecho la mayoría lo son, pero también me gustan las cosas tristes y melancólicas, aunque solo a pinceladitas, que la vida tiene que ser alegre.

Mil gracias por leerme y nos vemos mañana con algún truqui.
Ciaooooooooooooooooo.

25 comentarios:

  1. Las cartas de amor tristes nos emocionan mucho más, pues nos sumergen en la historia como si la viviéramos nosotros mismos. AL menos en este caso es así. Una carta de amor preciosa. AL leer el primer párrafo creí que se trataba de una carta dirigida a un antiguo amor que le había abandonado, luego, a medida que progresaba en la lectura, ya vi que estaba dirigida a alguien amado que había fallecido, pero supuse que era la esposa, y al final descubro que es una carta de amor a la madre que ya no está.
    La calidad narrativa bien es merecedora de ese premio. Enhorabuena.
    Un abrazo.

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    1. ¡¡¡¡Hola!!!!
      Me alegra muchísimo que te guste y que te sorprenda.
      Un abrazo enorme y felices fiestas.

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  2. La carta es sencillamente preciosa. Preciosa y sorprendente por dos veces. Porque el abandono es forzoso y porque el amor es el de un hijo por su madre. No me extraña que te dieran el premio. De verdad que me ha encantado.
    Un abrazo.

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    1. ¡¡¡Muchas gracias!!!!
      Me alegra que te sorprenda. Lo del premio...quizás tuve suerte, pero la verdad es que me hizo mucha ilusión.
      Un abrazo y feliz martes.

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  3. Triste y dura pero preciosamente escrita. El final es sorprendente y emociona más aún.
    Normal que ganaras, es muy emotiva y bonita.
    Me alegro que te animes a compartir estos escritos con nosotras.
    Un besazo!

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    1. ¡¡¡Hola!!!!
      Siiii, es triste, en aquel momento quise buscar algo diferente.
      Me alegra muchísimo que te guste.
      Besos y gracias a ti por comentar siempre.

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  4. La carta es preciosa, pero demasiado triste para mí. Los temas que tratas, la enfermedad, la muerte, el recuerdo, la nostalgia... son de esos a los que aún no sé enfrentarme, y no sé por qué digo aún pues creo que nunca sabré.
    Un beso.

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    1. Muchas gracias Rosa.
      Cuando la escribí estaba en otro momento, tenía a mis padres, no había vivido ninguna enfermedad cerca...ahora me resulta más duro, de hecho la he puesto tal cual estaba, sin releer ni nada aunque seguramente tenga fallos, porque me resulta muy duro.
      Besos y en el fondo creo que es bueno no saber enfrentarse a estas cosas, asumir tampoco es la solución, me gusta resistirme a algunas cosas.
      Besos.

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  5. una vez más te has metido en el papel de un chico, y lo has hecho genial. al principio creía que era hacia una antigua novia con la que había roto o que quizá se había ido a vivir otra ciudad. sólo al final se desvela que es hacia su madre, y... bueno, el resto ya se entiende. son cosas tristes que suceden en la vida. pero, como bien dices, incluso en las peores circunstancias hay que buscar el lado soleado de la calle.
    es una carta muy poética y llena de metáforas. podría servir para la asignatura de lengua de bachillerato, para el típico ejercicio de comentar el texto y de indicar los recursos literarios que se emplean.
    besos, gemma!!

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    1. ¡Hola Chema!
      Muchísimas gracias por tus palabras.
      La verdad es que de vez en cuando me gusta meterme en el papel de un chico, no sé si quedará creíble pero me divierte, jejejeje.
      Siiii, es triste, recuerdo que en aquel momento yo aún tenía mi padre y ni me imaginaba lo que es ser huérfano, pero quise hacer algo un poco distinto, y que aunque fuese triste rezumase amor.
      Mil gracias por captar los recursos literarios, menuda ilusión.
      Besos y feliz martes.

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  6. Ohhh, qué bonita, Gema. Cuanto sentimiento hay presentes en esas líneas, pero como ese amor profundo que todo hijo siente por su madre no hay nada en el mundo.
    Me ha gustado mucho tu lenguaje claro y sencillo, pero con frases preciosas como "las líneas de luz de mis persianas empezaron a juguetear" o lo de los trocitos de papel cayendo sobre las cenizas.
    Un placer leerte, enhorabuena por ganar en su día y un beso.

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    1. Muchas gracias Chelo.
      Me alegra mucho que te gusten las frases. Lo de las líneas de luz se me vino a la cabeza al recordar los fines de semana de mi infancia, mi hermana era una dormilona pero yo despertaba temprano y recuerdo esas líneas jugueteando por el suelo y la pared.
      Un besito y feliz día.

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  7. Jo Gemma me has hecho llorar, felicidades, es una carta relato lleno de sentimientos, tristes y dolorosos y es que tú y yo sabemos lo que es perder a alguien a quien queremos tanto: nuestros padres. Gracias por compartir algo tan bonito. Y no te preocupes, serán los días que se avecinan o yo que estoy sensible ,pero tranquila a pesar de eso, es preciosa. un beso: TERE.

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    1. Joooo Tere, no quería que llorases.
      Sí, sabemos lo que es aunque cuando la escribí no había pasado por esa situación.
      Besos y mucho ánimo que el primer año siempre es duro.

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  8. Una carta preciosa merecedora de un 1º premio como así ha sido. Comienzas ese amor que parece de un chico a su novia que la había abandonado y según vas escribiendo nos hace ver que ese hombre añora mucho y termina siendo el amor por su madre que murió de una enfermedad cruel. Preciosa de verdad. Un abrazo

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    1. Muchísimas gracias Mamen.
      Siii, eso he intentado, que parezca un amor entre chico y chica para descubrir al final algo distinto.
      Me alegra un montón que te guste.
      Besos.

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  9. Me has emocionado, es muy triste, pero lo has escrito con un gusto y una delicadeza. Eres muy buena escribiendo, espero que te des cuenta, no dejes de escribir, me alegra ver que poco a poco vas quitándote los miedos a compartirlo y que te lean los demás..
    Un beso reina.

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    1. Hola guapa.
      Muchísimas gracias.
      Ayyyyy me da una vergüenza...llevo cinco años y medio con el blog y habré puesto, como mucho 5 o 6 escritos míos, es que me cuesta.
      Mil gracias por comentar.
      Besos.

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  10. ¡¡¡¡Muchas gracias!!!!
    Si es difícil, pero se intenta, jejeje.
    Besos.

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  11. Las cartas que se escriben desde la nostalgia están llena de sentimientos y emociones a flor de piel, y tal vez por eso llegan tanto al alma. Me ha encantado, wapísima y muchísimas felicidades. Felices fiestas.

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  12. Felicidades Gema, es muy emocionante, de las que se leen con el corazón en un puño y acaba sorprendiendo, ese amor puro del hijo por la madre desaparecida, cuanto dolor en la ausencia y mientras no se olvide ella está presente. Precioso, gracias por compartirlo.
    Un beso guapa

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